La inusual reserva con la que las autoridades de Colombia han manejado los aterrizajes de dos aviones venezolanos en aeropuertos de nuestro país en los últimos cuatro meses, está dejando un aura de misterio que raya con el ocultamiento, en momentos en los que las relaciones diplomáticas arden por cuenta de los desmanes de la dictadura vecina y la ambivalencia del Gobierno de Gustavo Petro.
El caso más reciente se presentó el pasado 8 de enero, cuando un jet privado de matrícula YV3164 aterrizó en Bogotá a la 1:27 p.m. y estuvo en tierra tres horas, hasta que despegó hacia Caracas a las 4:46 p.m.
En esos momentos, en Colombia la opinión pública discutía si la Casa de Nariño debía enviar o no delegados a la posesión presidencial ilegítima de Nicolás Maduro, por lo que la presencia de la aeronave despertó sospechas. ¿A qué venía el jet privado?
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Inicialmente se había dicho que aterrizó en la sede del Comando Aéreo de Transporte Militar (Catam), por lo que se elevó una consulta a la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC).
La entidad respondió en un escueto comunicado lo siguiente: “En relación al aterrizaje y permanencia de una aeronave con matrícula venezolana YV3164, en la plataforma del Comando Aéreo de Transporte Militar, la Fuerza Aeroespacial Colombiana se permite aclarar que esta información es falsa”.
Sin embargo, fuentes militares le confirmaron a EL COLOMBIANO que el jet sí aterrizó, solo que medio kilómetro más allá, en una pista del aeropuerto El Dorado.
La FAC evitó profundizar el asunto, al igual que la Aeronáutica Civil, que al ser indagada por este diario indicó por medio de su oficina de prensa que no haría pronunciamientos. Este silencio oficial despertó suspicacias sobre quiénes integraban la tripulación, si había o no pasajeros y cuál fue el motivo del viaje.
Hay vacíos en la trayectoria
La trayectoria del YV3164 quedó registrada en la plataforma Flight Radar 24, que hace un seguimiento por internet de los vuelos a nivel global. Según esta base de datos, el 3 de enero la aeronave estuvo en la ciudad brasilera de Manaos y de allí partió a la capital de Venezuela.
Entre el 5 y 6 de enero trasegó por los aeropuertos de Barcelona (capital del estado de Anzoátegui) y Porlamar (ciudad de Isla Margarita).
A la 1:47 p.m. del 6 de enero se registró un movimiento extraño, pues salió de Caracas hacia un destino que no quedó registrado en Flight Radar 24. Una de las hipótesis es que evadió los radares o desconectó su dispositivo de geolocalización.
La plataforma volvió a percibirlo cuando ingresó a territorio colombiano, dos días después. ¿Donde estuvo durante 48 horas? ¿Se trató de un aterrizaje sin autorización? ¿Tuvo algo qué ver con la convulsa situación política en el vecino país y la eventual participación del Gobierno colombiano?
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Un Cessna había aterrizado en Cúcuta
El 20 de septiembre de 2024 se presentó otro incidente relacionado con un avión tipo Cessna, con la matrícula venezolana YV3226, el cual ingresó sin autorización al espacio aéreo de Norte de Santander.
Apareció de sorpresa en el aeropuerto Internacional Camilo Daza, de Cúcuta, poniendo en riesgo a la tripulación y los pasajeros de un avión de Clic Air, que estaba en la pista a punto del despegue.
Cuando la Policía y los funcionarios aeronáuticos interceptaron al Cessna en tierra, el piloto manifestó que había partido desde el terminal de Maiquetía, en Caracas, rumbo a San Antonio del Táchira, pero que “se desorientó” y por error llegó a Cúcuta, declarándose en emergencia.
Cuando le preguntaron qué tipo de misión cumplía, el piloto guardó silencio. Viajaba con dos tripulantes más y dos pasajeros, que resultaron ser oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana y el Ejército de Venezuela, los cuales portaban armamento.
Esta situación produjo un momento de tensión, pues los policías colombianos no sabían si debían incautarles las armas, ya que no tenían salvoconducto para transportarlas en nuestro país, por lo que hubo llamadas diplomáticas de lado a lado de la frontera.
El embrollo se zanjó cuando Sergio París, director de la Aeronáutica, autorizó el despegue de los venezolanos con sus armas, bajo el argumento de que se trató de un vuelo “en situación de peligro” que sufrió “un presunto error de navegación”.
El gobierno de Venezuela no se pronunció públicamente, por lo que también quedó el misterio de si se trataba de un vuelo de carácter civil o de una misión militar.
Cuestionamientos por vuelos de Venezuela que aterrizaron en Colombia
El secretismo con el que la Casa de Nariño ha manejado estos dos incidentes fue criticado por miembros de la oposición, en especial porque ocurrieron cuando los ojos del mundo están sobre el régimen de Maduro y la tibia posición de Petro frente a sus desmanes.
El representante a la Cámara por el partido Centro Democrático, Hernán Cadavid, envió un derecho de petición a la Aerocivil, exigiendo respuestas claras sobre el itinerario del jet que aterrizó el miércoles.
En sus palabras, describió el hecho como “la extraña y nada explicada presencia de avión venezolano en Colombia a horas de configurarse el golpe tiránico en ese país”, y reiteró que “vamos hasta el fondo de esa situación”.
En su derecho de petición, le preguntó a la entidad sobre los permisos otorgados para el aterrizaje, las solicitudes de las autoridades venezolanas, los motivos del vuelo, sus ocupantes y los protocolos de seguridad implementados durante su estadía.
La entidad se tomará las dos semanas que le permite la ley para responder; mientras tanto, quedan en el aire los misterios sobre estos desplazamientos y el porqué el gobierno colombiano ha decidido manejarlos con tan inusual sigilo.
Cortesía de El Colombiano
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