La búsqueda del noveno planeta ha obsesionado a los astrónomos durante años, pero ¿y si este nunca ha existido? Estudios recientes plantean una nueva hipótesis sobre el origen de las anomalías gravitacionales detectadas en objetos transneptunianos (TNOs).
Esta teoría sugiere la posibilidad de que no se trate del tan buscado Planeta 9. En su lugar, el paso de una estrella cercana al Sol podría ser la razón detrás de las extrañas órbitas de estos cuerpos celestes y lunas irregulares de los planetas gigantes.
El misterio de los TNOs
Los planetas gigantes desempeñaron un papel importante durante las primeras etapas del sistema solar al capturar algunos cuerpos celestes para convertirlos en lunas irregulares, mientras que expulsaban otros fuera del sistema solar. Estos últimos son los llamados objetos transneptunianos.
Es por ello que, desde el descubrimiento del primer TNO en 2008, los astrónomos han buscado el Planeta 9, pues su existencia explicaría las anomalías observadas en los objetos transneptunianos. No obstante, dos artículos publicados Dos estudios, uno publicado en Nature Astronomy y otro en The Astrophysical Journal Letters sostienen que, en realidad, la pieza faltante en este rompecabezas podría ser una estrella que pasaba y no el hipotético planeta.
No fue un nuevo planeta, sino una estrella
Mediante una serie de 3,000 simulaciones, investigadores de varias partes del mundo moldearon la evolución del sistema solar. realizó variaciones en la masa y la distancia de diversas estrellas que podrían haber pasado cerca de este para dar con una que pudiera explicar las extrañas órbitas de los TNOs
Los científicos descubrieron una estrella de aproximadamente a 0.8 masas solares, la cual encaja con las órbitas actuales de los TNOs y las lunas irregulares. Esta habría pasado a una distancia de 110 unidades astronómicas del Sol con una inclinación de 70 grados.
Que una estrella pasara cerca del Sol no es improbable, puesto que el sistema solar debió formarse en un entorno estelar denso. En esas circunstancias, las interacciones cercanas entre estrellas eran comunes. Un encuentro estelar semejante podría influir en la forma actual del sistema solar exterior.
Posible influencia en la vida terrestre
Este modelo no solo explica las órbitas excéntricas de los TNOs, sino también la distribución peculiar de colores en las lunas irregulares. Los objetos muy rojos, característicos de los TNOs más lejanos, están ausentes entre las lunas de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Se estima que alrededor del 7.2% de los TNOs habrían sido arrojados hacia la región de los planetas gigantes debido al paso de la estrella.
Estos encuentros estelares podrían haber tenido un impacto significativo en la evolución de la Tierra y otros planetas rocosos. Algunos TNOs desviados hacia el sistema solar interior habrían transportado materiales prebióticos y volátiles esenciales para la aparición de la vida.
Cortesía de Xataka
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