Han pasado más de 20 años desde que un equipo de arqueólogos descubrió la entrada al túnel que pasa debajo de la Plaza de la Ciudadela y conduce al Templo de Quetzalcóatl, en Teotihuacan. A pesar de que encontraron muchas cosas interesantes en su interior, el túnel no arrojó luz sobre uno de los grandes misterios de los habitantes de esta gran ciudad: su sistema de gobierno.
Entre los hallazgos hechos por el equipo se encuentra la presencia de grandes cantidades de mercurio líquido debajo del Templo de Quetzalcóatl. Si bien los arqueólogos han tratado de explicar el simbolismo detrás de este metal líquido, la pieza faltante en este rompecabezas sigue sin aparecer.
Mercurio debajo de Teotihuacan
De acuerdo con Sergio Gómez, líder del proyecto que concluyó a mediados de 2017, el túnel, de 103 metros de largo, habría sido utilizado con fines rituales. Esto explicaría el paisaje montañoso miniatura, ubicado a 17 metros bajo tierra, con pequeños estanques de mercurio líquido.
Además, el equipo descubrió, tanto en las paredes y el suelo del túnel, rastros de pirita. A la luz del fuego, este material dotaba al lugar con un efecto parecido a estar debajo de una galaxia. De acuerdo con Reuters, el túnel sería entonces una representación del inframundo y el mercurio representaría los cuerpos de agua del mismo.
Annabeth Headreck, profesora de la Universidad de Denver, dijo en 2015 a The Guardian que “los espejos se consideraban una forma de mirar hacia el mundo sobrenatural, eran una forma de adivinar lo que podría suceder en el futuro. Podría ser una especie de río, aunque uno bastante espectacular”.
Como apunta el medio, la exposición prolongada al mercurio puede ser fatal para el cuerpo humano. No obstante, Rosemary Joyce, profesora de antropología de la Universidad de California en Berkeley, aseguró que los arqueólogos han encontrado mercurio en otros tres yacimientos de América Central. También se ha hallado este metal, aunque en menor cantidad, en sitios mayas, apunta Excélsior.
La búsqueda de la tumba de un gobernante
Al ser un metal tan escaso en el México precolombino, los arqueólogos pensaron que las grandes concentraciones de mercurio líquido en el interior del túnel sería indicio de la tumba de algún gobernante. Sin embargo, pese a que durante los años en los que estuvieron investigando el lugar encontraron muchos objetos que ampliaron su perspectiva de la cosmovisión y la religión de los teotihuacanos, no hallaron rastros de la tumba en cuestión.
Sin embargo, una nota de Animal Político explica que el equipo de Gómez formuló una nueva hipótesis a partir de las evidencias recabadas dentro del túnel. “Sabemos que en la época prehispánica a los grandes gobernantes se los incineraba“, dijo. De ser así, es probable que hayan esparcido sus cenizas dentro del túnel, lo que explicaría el carácter funerario del mismo a pesar de la ausencia de tumbas.
Y es que la organización sociopolítica de los teotihuacanos sigue siendo tema de debate entre los arqueólogos. Se cree que la ciudad, que floreció entre el 100 y el 700 d. C., pudo haber tenido un gobierno dinástico, como los mayas, con los cuales se han encontrado varias similitudes. Sin embargo, hay especialistas, como la arqueóloga Linda Manzanilla, que defiende la idea de que Teotihuacan fue gobernada por cuatro grandes señores.
Por su parte, Annabeth Hendrick sugiere que el modelo de gobierno pudo haber sido más fluido, en el que los linajes o clanes más fuertes intercambiaban el poder sin consolidarse en dinastías. El hallazgo de una tumba ayudaría a poner fin a esta discusión. Sin embargo, los arqueólogos dudan que aparezca alguna en el futuro.
Cortesía de Xataka
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