Esta historia empieza en unos remotos cementerios situados en el sur de Gran Bretaña y, según argumentan sus autoras, acaba con un hallazgo extraordinario que lo cambia todo. Un equipo internacional de genetistas anuncia este miércoles en la revista ‘Nature’ el resultado de un estudio en el que, por primera vez, se demuestra que las mujeres eran el centro de las sociedades celtas de la Edad de Hierro. Tanto es así que, tal como desvela el trabajo, las tierras se heredaban por línea femenina y eran los maridos los que debían mudarse a vivir con la comunidad de su esposa. “Es la primera vez que se documenta este tipo de sistema en la prehistoria europea. Esto demuestra hasta qué punto había un empoderamiento social y político de las mujeres“, explica Lara Cassidy, una de las genetistas que ha liderado este trabajo.
“Es la primera vez que se documenta este tipo de sistema en la prehistoria europea”
La investigación, encabezada por el Trinity College de Dublín y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig, se ha centrado en el análisis genético de 57 individuos de la tribu durotriges, el último grupo celta que habitó el territorio antes de la invasión romana, y cuyos miembros fueron enterrados en tres cementerios británicos de la Edad de Hierro. Es decir, de más de 2.000 años atrás. Los científicos recogieron muestras de huesos fosilizados y dientes y, a partir de ahí, aplicaron técnicas de extracción de ADN para poder secuenciar su genoma. Y fue entonces, en la fase de análisis de los resultados, que los genes de estos individuos desvelaron una historia jamás contada.
Los análisis desvelaron que en cada uno de los cementerios había enterrado un gran grupo familiar. El equivalente a un árbol genealógico con un mismo origen pero muchas ramas diferentes en las que se podía reconstruir la historia de distintas generaciones. Gracias a la información genética, los investigadores averiguaron que la mayoría de los miembros tenían relación entre sí vía linaje materno y que, además, todos ellos se remontaban a una sola mujer que habría vivido siglos antes. Por el contrario, apenas se pudieron encontrar individuos relacionados por la línea paterna. “Esto nos indica que los maridos se trasladaban a las comunidades de sus esposas al casarse y que la tierra podía transmitirse a través de la línea femenina”, afirma Cassidy.
Sociedades matriarcales
El caso más evidente de esta dinámica matriarcal en las comunidades celtas se ha hallado en el cementerio de Dorset pero, tal como recoge el artículo publicado este miércoles, también se han encontrado ejemplos significativos en otros puntos del territorio. “En toda Gran Bretaña hemos visto cementerios en los que la mayoría de los individuos descendían por vía materna de un pequeño grupo de antepasadas femeninas. Para nuestra sorpresa, se trataba de un fenómeno muy extendido con profundas raíces en la isla“, comenta el genetista Dan Bradley, uno de los coautores de este trabajo. En la localidad de Yorkshire, por ejemplo, también se ha logrado establecer una sociedad articulada a través de una línea materna antes del año 400 a.C.
“En toda Gran Bretaña hemos visto cementerios en los que la mayoría de los individuos descendían por vía materna de un pequeño grupo de antepasadas femeninas”
Llegados a este punto de la historia, puede que muchos se pregunten cómo puede ser que nunca hayamos oído nada de los matriarcados celtas hasta ahora si, tal como apunta esta investigación, era algo tan extendido. Y es aquí donde los científicos apuntan directamente a la narrativa, o mejor dicho los bulos, creados por los romanos tras su llegada a la isla.
“Cuando los romanos llegaron a la isla se sorprendieron al encontrar mujeres ocupando puestos de poder. Dos de los primeros gobernantes registrados en sus crónicas, de hecho, fueron las reinas Boudica y Cartimandua, que también comandaban ejércitos. Por eso se ha sugerido que los romanos o minimizaron el rol de estas personas o exageraron las libertades de las mujeres británicas para pintar un retrato de una sociedad indómita“, comenta Miles Russell, uno de los líderes de las excavaciones presentadas en este trabajo.
Los expertos sugieren que los romanos habrían utilizado sus crónicas para minimizar el rol de estas mujeres en las sociedades celtas o utilizarlo para especular sobre “sociedades indómitas”
El hallazgo de unas sociedades celtas lideradas por mujeres sorprende no tanto por la historia en sí de estos grupos sino porque, hasta ahora, la mayoría de ejemplos que tenemos de sociedades antiguas se han articulado a través de la narrativa del dominio masculino (aunque en muchos casos, gracias a investigaciones recientes, se está descubriendo que ellos no eran los únicos que ostentaban el poder social, económico y político).
“Estudios como este son interesantes porque visibilizan roles de género donde los individuos femeninos tienen un estatus que tradicionalmente se ha otorgado a los hombres. Así se visibiliza que las estructuras sociales del pasado eran mucho más diversas de lo estipulado hasta el momento”, comenta Marina Lozano, investigadora en el IPHES-CERCA y profesora asociada en la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona (URV), en declaraciones a la plataforma Science Media Centre España.
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Cortesía de El Periodico
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