Teniendo las horas contadas para salir de la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden podría dejar en marcha un proceso para modificar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia.
Esa intención tiene expectantes a los empresarios colombianos, toda vez que el país del norte es el principal socio económico y destino clave de las exportaciones.
Según datos del Dane, entre enero y noviembre de 2024 Estados Unidos fue el principal destino de las ventas colombianas, con una participación de 29,1% del total, representando US$13.106 millones.
La inquietud radica en que miembros del Congreso estadounidense mandaron una carta al presidente Biden, en la que el expresaron su preocupación por los esfuerzos que está haciendo la Oficina del Representante Comercial de EE. UU., para negociar nuevas interpretaciones en las inversiones, aspectos contemplados en los acuerdos comerciales suscritos con Colombia, así como con México y Canadá.
Según la versión del Wall Street Journal, la dependencia norteamericana ha estado celebrando conversaciones discretas con esos gobiernos, mientras que en la misiva los congresistas advierten que las nuevas interpretaciones a los acuerdos puedan ser inconsistentes con el interés nacional y criticaron la falta de transparencia en las negociaciones.
Incertidumbre por revisión del TLC
María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara de Comercio Colombo Americana, explicó que por lo que se sabe se estaría buscando una revisión del TLC, que es distinto a una renegociación del acuerdo comercial.
La posible revisión implicaría que ambos países se planteen el análisis de alguno de los capítulos del tratado para efectuar un proceso de mejora, sin que ello conlleve a la apertura total del acuerdo.
Así las cosas, Biden estaría buscando cambiar los acuerdos comerciales para eliminar las protecciones para los inversionistas estadounidenses en México y Colombia.
Según Lacouture, el texto sujeto a la eventual revisión sería el llamado Capítulo 10, en el que están contenidos los parámetros, procedimientos y mecanismos relacionados con la inversión extranjera.
“Eso incluye aspectos referentes al trato justo, nación más favorecida, tratamiento en caso de contienda, expropiaciones, es decir variables importantes para los inversores, porque son las que establecen el protocolo en caso de dificultades”, comentó Lacouture en diálogo con EL COLOMBIANO.
La dirigente se acogió a los reclamos de los congresistas norteamericanos, quienes consideran inaceptable que se pretenda ejecutar cambios de interpretación a los acuerdos comerciales sin pasar por el Congreso.
“Es preocupante que se esté haciendo un cambio en la definición de un capítulo relevantes del TLC, para la inversión, sin tener en cuenta a los actores claves del proceso, o sea los empresarios”, dijo.
La probabilidad de que esto suceda es muy alta, incluso en el escenario de que Biden saldrá de la presidencia este 20 de enero, pues hay interés de ambos gobiernos de hacerlo, aunque vale anotar que en el caso colombiano se ha hablado más de una renegociación del tratado, que de una revisión, que es lo que se está intentando por parte de Estados Unidos.
De lograr su objetivo el saliente presidente Biden, no sería necesario que el ministro de Comercio, Luis Carlos Reyes, viaje a Estados Unidos, pues bastaría delegar en el embajador de Colombia en ese país, Daniel García-Peña, o cualquier otro funcionario, para que firme la nota interpretativa del tratado.
Exportadores colombianos expectantes
Desde la perspectiva de Javier Díaz Molina, presidente de Analdex, en el primer mandato de Donald Trump no hubo grandes afectaciones para las exportaciones colombianas hacia este destino.
Pero, advirtió que será necesario monitorear muy de cerca temas que tengan que ver con nuevos aranceles o afectaciones al TLC.
Precisamente, sobre este último tema, Díaz añadió que “en esa renegociación del TLC, que la verdad no sabemos exactamente qué puntos aborda, no han invitado al sector privado a las conversaciones, cuando las empresas son las que deberían estar de primeras en esos espacios. Entendemos que hay una voluntad de querer nivelar la cancha, pero ojalá no sea en detrimento de otros aspectos en los cuales hemos ganado terreno”.
Para el gremio de los exportadores colombianos, el regreso de Trump a la presidencia de Estados Unidos ha sido marcado por anuncios contundentes sobre cambios significativos en la política comercial estadounidense.
Entre las medidas anunciadas se encuentra la imposición de aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, y un arancel adicional del 10% a los bienes importados desde China.
Estas decisiones, justificadas por Trump como una estrategia para abordar la inmigración ilegal y el combate al tráfico de drogas, generan interrogantes sobre sus efectos en el comercio global y abren oportunidades para países como Colombia, que pueden capitalizar las nuevas dinámicas comerciales.
“Los nuevos aranceles podrían generar un encarecimiento de productos básicos en Estados Unidos, incluyendo alimentos, automóviles y dispositivos electrónicos, impactando directamente a los consumidores estadounidenses. Además, estas medidas amenazan con tensar las relaciones comerciales y diplomáticas entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales. China, en respuesta, ha manifestado su intención de diversificar sus fuentes de importación para reducir su dependencia de Estados Unidos”, aseveró Díaz.
En ese contexto, Colombia podría atraer inversión para desarrollar su sector manufacturero, enfocándose en la producción de bienes que actualmente se importan en China o Estados Unidos.
Sin embargo, para aprovechar estas oportunidades, es fundamental que el país acelere la modernización de su infraestructura aduanera, vial y de transporte, optimizando su cadena de suministro para ser más competitiva a nivel internacional.
Lacouture, por su parte, aseguró que hay 144 partidas con ventaja comparativa revelada frente a China, 43 frente a Canadá y 37 frente a México, es decir, productos pertenecientes a sectores como agroindustria, textiles, manufacturas, productos químicos, plásticos y bienes de valor agregado, con los que Colombia sería un proveedor competitivo para el mercado estadounidense.
Cortesía de El Colombiano
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