Ya sean universitarias, escolares o de barrio, las bibliotecas nos dan mucho. Nos permiten estudiar, mantenernos informados y descubrir obras que, de otro modo, nos pasarían desapercibidas. También ejercen de guardianas de saberes pasados e incluso del legado de la historia. Entre todas ellas, sin embargo, solo hay una que, después de un milenio y medio de existencia, aún siga operativa. Se trata de la Biblioteca Capitolare. Y, para conocer la biblioteca más antigua del mundo, tenemos que viajar a Italia.
La Biblioteca Capitolare de Verona: un tesoro milenario
La Biblioteca Capitolare se emplaza en el corazón de la ciudad italiana de Verona (una urbe famosa, entre otras muchas cosas, por ser el escenario de los amores de Romeo y Julieta). Fundada en el siglo V d.C., esta institución ha sido custodio de una vasta colección de manuscritos y textos que reflejan la evolución del pensamiento y la cultura occidental.
Ubicada en el complejo arquitectónico de la catedral de Verona, esta biblioteca ha estado intrínsecamente ligada a la Iglesia. A lo largo de los siglos, ha desempeñado un papel crucial en la preservación y la transmisión del conocimiento. En los momentos de crisis, además, en un mundo donde gran parte del saber estaba amenazado por las guerras y la inestabilidad política, la Capitolare actuó como un refugio intelectual que ha perdurado hasta nuestros días.
Su nacimiento como “scriptorium“
La importancia de las copias en la transmisión del conocimiento
El germen de la Biblioteca Capitolare se encuentra en un scriptorium medieval. Los scriptoria eran talleres dedicados a la copia y producción de manuscritos. En la era que precedió a la invención de la imprenta de Gutenberg, estos talleres permitieron la difusión del saber durante la Edad Media.
La Biblioteca Capitolare, por tanto, echó a rodar como scriptorium en el siglo V. En esa fecha temprana, los canónigos del capítulo de la catedral elaboraban libros en pergamino para la formación de futuros sacerdotes. Este proceso era extremadamente laborioso. Los textos se copiaban a mano, letra por letra. Se utilizaban materiales como el pergamino, fabricado a partir de pieles de animales, y tintas elaboradas con pigmentos naturales.
Más de 200 títulos en un año
En el siglo IX, bajo el impulso del arcediano Pacifico, el scriptorium de la Capitolare produjo 218 volúmenes, una cifra notable para la época. Esta época dorada de producción textual consolidó la reputación de la biblioteca como un centro de excelencia cultural y académica.
Un sorprendente manuscrito del siglo VI d.C.
El códice de Ursicino representa un testimonio notable de esta actividad. Ursicino fue un lector de la iglesia veronesa que completó la transcripción de la Vita Sancti Martini de Sulpicio Severo y La vida de San Pablo Ermitaño de San Jerónimo el 1 de agosto del año 517: así lo dejó escrito en el propio documento. Este manuscrito, además de ser un testimonio tangible de la labor que se realizaba en el scriptorium, también prueba la continuidad histórica y cultural que ha caracterizado a la Biblioteca Capitolare desde sus primeros días.
El siglo XII: de taller de copia a biblioteca
Aunque la actividad del scriptorium fue intensa desde sus inicios, en el siglo XII la colección de manuscritos comenzó a organizarse como una biblioteca propiamente dicha. Durante esta época, se establecieron espacios dedicados al estudio, la consulta y la conservación de los textos. La transición de scriptorium a biblioteca marcó un cambio significativo: de ser un centro de producción de textos, la Biblioteca Capitolare se convirtió en un repositorio del conocimiento acumulado hasta entonces.
En este período, también se introdujeron prácticas de organización y catalogación que facilitaban el acceso a los textos. La creciente cantidad de documentos llevó a la biblioteca a prestar algunos de ellos a las antiguas parroquias del territorio veronés, lo que permitió ampliar su influencia educativa y cultural. Este modelo de biblioteca compartida sentó las bases para el sistema de bibliotecas que conocemos hoy.
La biblioteca que inspiró a Dante Alighieri
A lo largo de los siglos, la Biblioteca Capitolare ha tenido que enfrentarse a numerosos desafíos, desde guerras y saqueos hasta desastres naturales. Sin embargo, ha logrado preservar su valioso patrimonio gracias a la dedicación de los canónigos y bibliotecarios. Durante el Renacimiento, la biblioteca atrajo la atención de figuras como Dante Alighieri y Francesco Petrarca, quienes encontraron en sus estanterías fuentes de inspiración y conocimiento.
En la actualidad, la biblioteca alberga más de 1200 manuscritos históricos que abarcan disciplinas como la teología, el derecho, la poesía, la filosofía, la astronomía, la medicina, la botánica y la historia. Estos textos reflejan la integración del conocimiento religioso y secular en la cultura occidental. La biblioteca también ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, digitalizando gran parte de sus colecciones para garantizar su conservación y accesibilidad.
Las obras más importantes de la Capitolare
Entre los tesoros que custodia la Biblioteca Capitolare, se encuentra un manuscrito de De Civitate Dei de San Agustín. Este excepcional códice, que aborda la relación entre la ciudad terrenal y la ciudad de Dios. Data de los primeros años del siglo V. Es decir, se compuso en fecha contemporánea al propio autor.
Los fondos de la biblioteca también poseen las Institutiones de Gaio, un palimpsesto único en el mundo que contiene esta obra fundamental del derecho romano. Tampoco falta la Rateriana Iconografia, un manuscrito que ofrece una panorámica visual de excepción de la Verona medieval.
Otras bibliotecas de gran antigüedad
Aunque la Biblioteca Capitolare de Verona ostenta el título de la más antigua en funcionamiento, Europa cuenta con otras bibliotecas de notable antigüedad.
Biblioteca del Monasterio de San Millán de la Cogolla (España)
Fundada en el siglo X, es una de las más antiguas de la península ibérica. Custodia las Glosas Emilianenses, uno de los primeros escritos en lengua romance.
Biblioteca de la Abadía de Saint Gall (Suiza)
Establecida en el siglo VIII, alberga una de las colecciones más antiguas y ricas de manuscritos medievales.
Biblioteca del Monasterio de Santa Catalina del Sinaí (Egipto)
Este centro se fundó en el siglo VI. Es relevante no solo por su antigüedad, sino por su vasta colección de manuscritos cristianos primitivos.
Una biblioteca para el siglo XXI
Desde sus humildes comienzos como un scriptorium en el siglo V hasta su evolución en una de las bibliotecas más prestigiosas del mundo, la Biblioteca Capitolare de Verona ha sido un faro de conocimiento.
Además de por su longevidad, la Biblioteca Capitolare se distingue por la calidad y rareza de las obras que conserva. Elias Avery Lowe (1879-1969), paleógrafo de renombre, la describió como “la reina de las colecciones eclesiásticas” tanto por su antigüedad como por el valor incalculable de sus manuscritos.
Referencias
- Briguglio, Filippo. 2013. La prima trascrizione delle istituzioni di Gaio Il Codex DCCCIX (DCCCXIII) Gaii Institutionum Libri della Biblioteca Capitolare di Verona. Bologna University Press.
- Granata, Leonardo. 2016. I manoscritti datati della Biblioteca Capitolare di Padova. SISMEL Edizioni del Galluzzo.
- Página oficial de la Biblioteca Capitolare. URL: https://www.bibliotecacapitolare.it/
Cortesía de Muy Interesante
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