Durante meses, Corea del Sur ha recibido un “visitante inesperado” de su vecino del norte: globos de helio cargados de basura y excrementos. Estos globos, en numerosas ocasiones, han terminado en el suelo tras flotar por las provincias surcoreanas, en un movimiento que ha afectado a casi todo el territorio nacional.
Para detener esta actividad, Corea del Sur ha tomado medidas y se ha equipado con una herramienta especial para combatir la plaga de globos contaminantes: drones.
Aunque pueda parecer un problema menor, el país es consciente de las posibles implicaciones futuras. Este tipo de acciones, que actualmente solo representan desperdicios, podrían evolucionar hacia amenazas más graves, como la propagación de bacterias en una guerra biológica o incluso la dispersión de restos radioactivos.
Drones para combatir los globos contaminantes
En respuesta, Corea del Sur ha desarrollado el concepto de “drones antiglobos de basura”. Estos vehículos están diseñados para detectar, capturar y neutralizar los miles de globos enviados desde Corea del Norte.
Medios como The Korea Times han informado que empresas especializadas en defensa, académicos e instituciones de investigación han unido fuerzas para proponer al gobierno la creación de estos drones.
La iniciativa incluye la participación de universidades como Jeonbuk y Hanseo, la empresa UAM Tech, el Instituto de Investigación de Energía Atómica de Corea (Kaeri), la Academia Militar de Corea y la firma BioLT. Juntas, estas entidades planean formar un comité de defensa para establecer un sistema de respuesta rápida.
Un problema creciente
Aunque pueda parecer algo inofensivo, esta situación ha generado serios inconvenientes. Según estimaciones del Ministerio del Interior y Seguridad de Corea del Sur, entre mayo y septiembre, Corea del Norte envió más de 5,500 globos aerostáticos cargados con basura, lo que activó múltiples alertas de seguridad.
La complejidad del problema radica en que algunos globos están equipados con temporizadores, lo que les permite explotar y esparcir su contenido. Por ejemplo, un globo provocó un incendio en un edificio de Gyeonggi, una provincia cercana a la capital.
Ante estas circunstancias, el gobierno surcoreano ha advertido que, si estas acciones causan víctimas mortales, responderá con “acciones militares decisivas”.
Retos en la implementación de drones
El desafío no radica solo en reventar los globos. El ejército surcoreano teme que interceptarlos en pleno vuelo pueda liberar sustancias peligrosas. Según un estudio del Instituto de Estrategia de Seguridad Nacional (INSS), las bacterias y microorganismos presentes en los excrementos enviados pueden causar enfermedades como el cólera.
Actualmente, se evalúan diferentes propuestas para enfrentar este problema. Una de ellas contempla el uso de dos tipos de drones: multirrotores para detectar y recoger globos, y drones de despegue y aterrizaje vertical para operar en zonas afectadas. Los primeros estarán equipados con detectores de radiación y dispositivos para recoger muestras y neutralizar los globos.
Estos drones serán desplegados a lo largo de la frontera, con una autonomía de tres horas por vuelo y la capacidad de neutralizar un solo globo en cada operación. Una vez desactivados, los globos serán trasladados a instalaciones donde se analizarán y eliminarán de forma segura. No obstante, este proyecto requerirá al menos tres años y un presupuesto anual de aproximadamente 10,000 millones de wones (unos 6.8 millones de euros).
El reto principal será diseñar drones capaces de transportar equipos pesados en condiciones climáticas adversas, lo que requerirá numerosas pruebas.
Relaciones tensas entre los países
Es importante destacar que las relaciones entre ambas naciones están en uno de sus peores momentos. Las tensiones han escalado significativamente.
Pyongyang, por ejemplo, anunció el cierre total de accesos por carretera y ferrocarril hacia Corea del Sur. Además, bloqueó permanentemente la frontera como una medida para “evitar la guerra”.
Cortesía de Xataka
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