3 momentos de la jornada en la que Donald Trump regresó a la Casa Blanca como presidente de EE.UU.

Donald Trump regresó este 20 de enero a la presidencia de Estados Unidos en una jornada marcada por el contraste entre el tradicional traspaso del poder y la agenda cargada de medidas del nuevo gobierno que apuntan a revertir de inmediato decenas de las medidas adoptadas por su antecesor, el demócrata Joe Biden.

Mientras los rituales y las formalidades iniciales del día daban una idea de continuidad, el discurso y las órdenes ejecutivas firmadas por el mandatario republicano dejaban claro que el nuevo gobierno se propone un giro radical de políticas.

Luego, a medida que avanzaba la jornada, los actos y gestos del nuevo gobierno también sirvieron para ratificar este cambio de rumbo.

BBC Mundo te cuenta tres momentos de este día de traspado de poder en EE.UU.

A las 18:00 hora local, Trump acudió al estadio Capital One Arena en Washington DC, en compañía de su familia y de miembros de su naciente gabinete, para firmar sus primeras órdenes ejecutivas ante una multitud de unos 20.000 de sus seguidores que daban gritos en señal de apoyo cada vez que el mandatario estampaba su firma en estos decretos.

“¿Se imaginan a Biden haciendo esto? No lo creo”, dijo Trump a una multitud eufórica, mientras lo veía firmar los decretos.

“Donald Trump tomó un acto presidencial ordinario –rescindir órdenes de un gobierno anterior de otro partido– y lo convirtió en espectáculo”, señaló Anthony Zurcher, corresponsal de la BBC en América del Norte.

El nuevo mandatario rubricó estas órdenes sentado en un pequeño escritorio con el sello presidencial colocado en el estadio y, al culminar, lanzó los bolígrafos que había empleado para firmar hacia la multitud cuyos miembros, visiblemente emocionados, intentaron atrapar ese trocito de historia que venía en su camino.

Antes de que Trump pronunciara su discurso -el tercero del día- en el acto popular en el estadio en Washington DC, habló su enviado especial para Medio Oriente, Steve Witkoff, un empresario de bienes raíces que es también amigo del nuevo presidente.

Witkoff hizo una defensa de la visión “clara” y “audaz” de Trump sobre Medio Oriente que, según dijo, ha redefinido lo que es posible en esa región.

Además, aseguró que Trump ya había logrado un éxito destacado con la liberación el domingo de las tres primeras rehenes israelíes que se encontraban secuestradas en Gaza desde el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. Se trata de un logro que también se atribuye el gobierno saliente de Biden.

En todo caso, la mención de este hecho no era gratuita, pues al acto en el estadio acudieron numerosos familiares de los rehenes israelíes, quienes fueron invitados a acercarse al escenario y estrechar las mano de Trump, de su vicepresidente, JD Vance; de su esposa, Usha; y de la primera dama, Melania.

El hecho de que Witkoff haya sido el encargado de dar paso al discurso de Trump, así como la presencia en la arena de los familiares de los secuestrados israelíes son indicadores del peso que la situación en Medio Oriente podría tener en el gobierno que se inicia.

Pese a ello, en ese mismo discurso lanzó duras críticas en contra del gobierno que le precede, al que acusó de no ser capaz de gestionar crisis sencillas dentro del país y de tropezarse con un gran número de eventos “catastróficos” en la escena internacional.

El detalle está en que Trump hizo esas críticas en presencia del expresidente Biden y de su vicepresidenta, Kamala Harris, quienes con gesto serio escuchaban el discurso sentados a pocos metros del nuevo mandatario.

“Tenemos un gobierno que ha otorgado fondos ilimitados para la defensa de las fronteras extranjeras, pero se niega a defender las fronteras estadounidenses o, lo que es más importante, a su propio pueblo”, dijo Trump en lo que pareció ser una crítica al apoyo que el gobierno de Biden ha otorgado a Ucrania, al tiempo que permitía la entrada masiva de migrantes a Estados Unidos.

También dijo que el gobierno “ya no es capaz de prestar servicios básicos en momentos de emergencia”, lo que parece ser una referencia a lo ocurrido recientemente con los fuertes incendios que han golpeado Los Ángeles y criticó un sistema educativo “que le enseña a nuestros niños a estar avergonzados de sí mismos”.

El tono catastrófico del discurso de Trump y sus críticas al gobierno saliente contrastan con el hecho de que, pese a que él nunca aceptó su derrota electoral ante Biden en 2020, ni quiso participar en la toma de posesión de este hace cuatro años, los dirigentes demócratas se implicaron a fondo en los actos de traspaso de poder.

En ese sentido, Biden no solamente acudió a la juramentación de Trump y facilitó todo el proceso de transición, sino que incluso mantuvo los tradicionales gestos de cortesía con el mandatario entrante como, por ejemplo, invitarle a tomar té en la Casa Blanca o dejarle una carta privada de despedida en el Salón Oval de la residencia presidencial.

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