Hace más de una década, Dylan O’Brien comenzó su carrera frente a las cámaras al ser fichado para la serie Teen Wolf y poco después en la película The First Time. Su éxito llegó con el papel de Thomas en Maze Runner, lastimosa y paradójicamente, esta misma saga fue la que truncó su estrellato tras un accidente que casi le cuesta la vida.
Fue en 2016, durante el rodaje de la tercera entrega La Cura Mortal, cuando sufrió un percance. Durante una maniobra automovilística fallida, O’Brien fue expulsado de un vehículo y, según se informa, impactado por otro. Como consecuencia del accidente, sufrió una conmoción cerebral, una fractura facial y un traumatismo craneal, además de otras lesiones. Esto detuvo la producción del filme.
A sus 33 años, el actor rememoró esa dolorosa experiencia al calificarla como un “accidente que le cambió la vida”. Según relató en una entrevista con Men’s Health, este suceso lo motivó a asumir una postura más decidida y cautelosa al enfrentar desafíos en el set.
“Podría decirse que he abordado todo de manera diferente, en particular en lo que respecta a mantenerme firme en el set. Es muy común en la cultura que los actores jóvenes sean controlados, y la forma en que se esfuerzan por lograrlo es siempre diciendo: ‘Oh, no te pongas difícil. No seas un dolor de cabeza'”.
Dylan O’Brien para Men’s Health.
Después de haber estado al borde de la muerte, O’Brien llegó a entender que cuidar de uno mismo nunca debe considerarse como algo negativo y que, en ocasiones, es completamente válido decir “no” a ciertas situaciones.
“Puedo mirar ese día y saber que yo era un chico de 24 años que estaba planteando inquietudes sobre cómo estábamos abordando las cosas, y nadie los escuchó, nadie los respetó. Y luego pasó lo que pasó“.
Si algo positivo pudo extraer de esta experiencia, fue reconocer que expresar sus preocupaciones no lo convierte en un mal compañero ni en alguien conflictivo en el set. Está convencido de que el trabajo en una producción audiovisual es un esfuerzo colaborativo, donde es válido plantear preguntas, compartir inquietudes y aportar ideas.
“Llevo 15 años haciendo esto. Sé la persona que soy, el personaje que aporto al entorno, la forma en que trato a la gente y la forma en que trato un espacio de trabajo, y sé que no soy difícil. […] No hay nada de malo en hacer preguntas. No hay nada de malo en aportar ideas. No hay nada de malo en plantear inquietudes. Es un proceso creativo, pero también a veces te enfrentas a grandes problemas peligrosos”.
Sumado a estas declaraciones, años atrás el actor abordó el tema en otra conversación con Vulture, donde reveló la magnitud del incidente. Describió ese periodo como uno de los más oscuros de su vida y compartió que su recuperación fue un proceso largo y complicado, además de las dificultades de volver a pisar un estudio de grabación.
Con el pasar del tiempo y una vez recuperado, regresó al ojo público para diferentes producciones. Entre ellas, protagonizó la cinta de acción American Assassin, prestó su voz en Bumblebee, participó en el cortometraje dirigido por la cantante Taylor Swift, All too Well, y más recientemente apareció en la comedia Saturday Night.
Al final, a pesar de los retrasos y las malas críticas recibidas, La cura mortal logró convertirse en un éxito al recaudar 288 millones de dólares a nivel mundial. Eso sí, no fue la más taquillera de la franquicia. Actualmente, puedes encontrar la trilogía de Maze Runner a través de Disney+.
Cortesía de Xataka
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