En la década de los 90, la carrera de Tom Hanks estuvo en su apogeo. Entre el cine bélico y el drama, pudimos ver a la estrella en diversos proyectos donde derrochó carisma y talento. Fue para el año 2000 cuando protagonizó Náufrago, cinta que le valió un Globo de Oro y co-protagonizó con… un balón de voleibol.
A más de dos décadas de haberse estrenado, el filme de Robert Zemeckis se mantiene con un éxito crítico gracias a su 89% de aprobación en Rotten Tomatoes y cuando fue estrenada, también arrasó en taquilla al superar los 429 millones de dólares. Tal recepción puede que se deba a quien verdaderamente capturó los corazones del público: Wilson.
Si bien este objeto inanimado ayudó a entretejer la narrativa, el origen del “personaje” no fue nada más que pura suerte. Porque, al igual que muchas grandes producciones de Hollywood, Náufrago se inspira en un evento real. No obstante, sus guionistas añadieron un toque de creatividad para ofrecer una historia inolvidable.
Si recordamos, la película no solo retrata cómo el personaje de Hanks, Chuck, logra sobrevivir, sino también cómo lidia con la soledad y el aislamiento en esa remota isla desierta. Es en este contexto donde Wilson, el emblemático balón, cobra un papel crucial en el largometraje.
Durante el proceso de escritura, el guionista William Broyles decidió sumergirse en la experiencia de la supervivencia. Para ello, consultó a expertos en el tema y pasó una semana en una isla desierta donde enfrentó desafíos similares a los del protagonista. Según platicó para Observer, lo abandonaron en una playa sin comida, agua, refugio o herramientas.
“Encontré un coco. Y luego todo lo que el personaje de Hanks hace en las primeras etapas de la película es exactamente lo que yo hice”.
William Broyles en entrevista para Observer.
Fue durante esta etapa cuando, alrededor del quinto día, encontró a su fiel compañero a la orilla del mar. En ese momento, Broyles y los productores descubrieron, casi por casualidad, al segundo protagonista que se convirtió en un elemento clave de la película.
“La película no trata sólo de la supervivencia física, sino de lo que ocurre una vez que hemos sobrevivido y ahora debemos enfrentarnos a quiénes somos como seres humanos. Tenemos que conectarnos, no sólo físicamente, sino emocionalmente, con otros seres para sobrevivir”.
Tras documentarse para escribir el guion, Broyles comprendió que un objeto inanimado era clave para avanzar la trama. Tras la anécdota del balón, el equipo contactó a la marca deportiva del mismo nombre, lo que dio origen al icónico Wilson.
“No explicaron demasiado sobre la película ni sobre cómo se utilizaría el producto”, comentó Molly Wallace, representante del área de comunicaciones de la compañía. La cuestión es que el equipo envió un cargamento de pelotas de fútbol. Sin embargo, al no tener el agarre necesario, solicitaron balones de voleibol.
“Regresaron y nos dijeron que las pelotas no funcionaban porque… algo… no se adhería al material de estas pelotas. Así que pidieron algunas pelotas de voleibol en su lugar. No teníamos ni idea de por qué lo necesitaban, pero lo hicimos. Fabricamos 60 pelotas de voleibol con una sola cara y las enviamos a Fox“.
Molly Wallace en entrevista para Wilson.
Como sabemos, el resto es historia. Fue así que la marca protagonizó una de las campañas publicitarias más memorables en la historia del cine. Como datos, se le otorgó una categoría especial al balón en los premios Critic’s Choice Awards, tiene su propio perfil en el portal IMDB y en 2021 la pieza original fue subastada por más de 300,000 dólares.
Si gustas disfrutar de Náufrago, te recordamos que puedes encontrarla disponible a través de Mercado Play sin costo.
Cortesía de Xataka
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