En la Cancillería se instala la versión de que Trump buscará reemplazar el T-MEC por acuerdos bilaterales

Es conocida la historia de cómo salvó el expresidente López Obrador a Canadá en el T-MEC, cuando en su primer mandato Donald Trump buscaba un acuerdo bilateral con cada una de las naciones y no -como terminó ocurriendo- un tratado trilateral: México, Estados Unidos y Canadá.

La hostilidad de Trump contra Canadá en su segundo mandato no ha disminuido. Su enemistad personal con Justin Trudeau pasó por una humillación pública del todavía primer ministro canadiense y concluyó con su renuncia, además del trato diferenciado que el presidente de Estados Unidos da a Canadá en contraste con México, país que aceptó sin chistar la restitución del programa “Quédate en México”, en los hechos un tercer país seguro.

Durante su intervención en el Foro Económico Mundial en Davos el pasado viernes,

en el primer día de este segundo periodo, Trump hizo esa distinción: mientras con el Gobierno de México, a cargo de la presidenta Claudia Sheinbaum, hasta ahora está haciéndolo muy bien, con Canadá ha sido muy difícil hacerlo, dijo.  

Y calificó de “tremendo” el déficit comercial de su país con Canadá. “Ya no vamos a tener eso, no podemos hacerlo, no sé si es bueno para ellos. Pueden convertirse en un estado [de Estados Unidos], pero Canadá ha sido muy difícil de tratar a lo largo de los años y no es justo que tengamos ese déficit”, agregó en una declaración mientras firmaba varias órdenes ejecutivas.

Por lo que en la Cancillería de Juan Ramón de la Fuente se ha instalado la versión de que Trump y sus negociadores buscarán que la revisión del T-MEC no sólo se adelante (de forma oficial está programada para el 2026), sino además que concluya su validez antes y se transforme en esos acuerdos bilaterales en los que pensó inicialmente el magnate republicano.

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Las señales en ese sentido no dejan de acumularse, pero la más importante llegó este martes con la confirmación de la Casa Blanca de que este sábado primero de febrero se impondrán aranceles de 25% a los productos que llegan a Estados Unidos desde México y Canadá, sus socios comerciales en el T-MEC, además de un arancel del 10% a los productos procedentes de China, en particular los precursores químicos para la elaboración del fentanilo.

“No los necesitamos para fabricar nuestros autos y ellos fabrican muchos. No necesitamos su madera, porque tenemos nuestros propios bosques. No necesitamos su petróleo y gas. Tenemos nuestro… tenemos más que nadie […] Y sólo… ya sabes, sólo queremos ser tratados de manera justa con otras naciones”, agregó Trump en Davos, Suiza.

La pregunta que se hacen en el entorno de Juan Ramón de la Fuente es si México salvará a Canadá por segunda ocasión, al insistir en un acuerdo trilateral que privilegie la integración de América del Norte por encima de las diferencias. Algo similar se pregunta el embajador en China, Jesús Seade, quien en espera de instrucciones de Palacio Nacional pone el dedo en la llaga: ¿vale la pena salvar a Canadá de la furia de Trump mientras México hace bien su parte?

Cortesía de La Política Online



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