En un mar de comedias románticas ligeras y películas de fórmula predecible, Déjame estar contigo llega como un soplo de aire fresco en el cine mexicano. Es de esas películas que no se quedan en contar una historia, sino que la sienten, la viven y logran que el espectador la haga suya.
Dirigida por Isaac Cherem, esta cinta nos invita a un viaje emocional profundo y sincero en el que el amor, la pérdida y la esperanza se entrelazan con una Ciudad de México vibrante y nostálgica.
¿De qué trata Déjame estar contigo?
La premisa es sencilla, pero su ejecución es poderosa. Déjame estar contigo sigue a Lucía (Andrea Sutton), una joven que enfrenta una enfermedad incurable; y Bruno (Aksel Gómez), un joven que ha sido deportado a México sin un rumbo fijo. Sus vidas se cruzan en un momento de incertidumbre, y juntos emprenden un viaje de amor, autodescubrimiento y segundas oportunidades.
A diferencia de muchas historias románticas convencionales, esta película apuesta por la profundidad emocional en lugar de los clichés. No es nada más una historia de amor juvenil; es una reflexión sobre la fragilidad de la vida, sobre cómo encontramos luz en los momentos más oscuros y cómo, a veces, el destino une a las personas de la forma más inesperada.
Andrea Sutton y Aksel Gómez: una gran dupla que promete mucho en el cine mexicano
El talento joven es uno de los grandes aciertos de Déjame estar contigo. Andrea Sutton brilla en su papel como Lucía, transmitiendo con naturalidad la vulnerabilidad y fortaleza de su personaje. No es una sorpresa, pues Sutton ha demostrado su versatilidad en cintas como Familia, de Rodrigo García; Viaje todo robado y Todas las pecas del mundo, consolidándose como una de las actrices jóvenes más prometedoras del cine mexicano.
Por otro lado, Aksel Gómez debuta en la pantalla grande con una actuación entrañable que deja claro que es una promesa a seguir. Su interpretación de Bruno es sincera y emotiva, alejándose de los estereotipos para ofrecernos un personaje con matices y profundidad. Es maravilloso ver cómo el cine mexicano no solo apuesta por nuevas historias, sino también por nuevas caras que refrescan la industria.
Un soundtrack que nos conecta con la historia
La música juega un papel fundamental en la película. José Nacif, productor del filme, destaca que el soundtrack fue un viaje entre generaciones, y que la elección de “No se va” de Morat como tema principal fue clave para conectar con la audiencia.
La combinación de score original y canciones cuidadosamente seleccionada acompaña la historia, la enriquece y la convierte en una carta de amor no solo a sus protagonistas, sino también a la Ciudad de México.
Filmar en la UNAM: Un privilegio cinematográfico
Otro aspecto destacable de Déjame estar contigo es su fotografía y locaciones. Mariana Rodríguez, productora de la película, confesó que filmar en la UNAM fue un sueño hecho realidad.
“Era uno de los lugares que más se me antojaban para filmar. Increíble retratarla, darle vida en pantalla y convertirla en un espacio que forma parte de esta historia de amor”, advirtió.
Esto sí vale la pena remarcarlo como buenos chilangos que somos: la película no solo es un relato íntimo sobre sus protagonistas, también una celebración visual de los rincones más emblemáticos de la ciudad. Y es que ella, (la protagonista) lleva a Bruno a conocer la CDMX, el Metro, los esquites, CU, toda la ciudad y las tomas son fantásticas porque se siente, se respira a nuestra capital.
¡Ah! ¿Que por qué pusimos una foto de Regina Blandón? Porque también sale en la película. Sí amigos… pero no les voy a contar. Mejor véanla y me cuentan qué opinan.
¿Por qué ver Déjame estar contigo?
- Porque el cine mexicano necesita más historias como esta: profundas, reales y conmovedoras.
- Porque apuesta por nuevos talentos, como Aksel Gómez, y confirma el talento de Andrea Sutton.
- Porque su fotografía y música nos sumergen en una Ciudad de México nostálgica y hermosa.
- Porque nos recuerda que el amor y la esperanza pueden encontrarse en los momentos más inesperados.
Déjame estar contigo es un cine que se siente, que toca fibras profundas y que, al salir de la sala, nos deja con el corazón lleno. Vayan a verla al cine: se estrenó este 30 de enero.
Cortesía de Chilango
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