El huapango en Hidalgo: tradición, música y baile que siguen vivos

El huapango es una de las expresiones culturales más representativas de Hidalgo y de la
región huasteca. Su combinación de música vibrante, zapateado enérgico y letras que
cuentan historias de amor, naturaleza y vida cotidiana lo han convertido en un símbolo de
identidad para los hidalguenses. Aunque tiene raíces en la época colonial, este género ha
evolucionado con el tiempo, manteniéndose como una parte esencial de las festividades y
celebraciones del estado.


En Hidalgo, el huapango se encuentra principalmente en la Huasteca Hidalguense, donde
municipios como Huejutla, Atlapexco y Huautla conservan esta tradición con gran orgullo.
Los tríos huastecos, formados por violín, jarana y guitarra quinta huapanguera, son el alma
de esta música. Su ritmo sincopado y las improvisaciones vocales, conocidas como
“versadas”, hacen de cada interpretación una experiencia única.


Uno de los eventos más importantes que celebran esta tradición es el Encuentro Nacional
de Huapango, que se lleva a cabo en Huejutla de Reyes. Durante este festival, músicos,
bailadores y amantes del huapango se reúnen para participar en competencias y
exhibiciones, manteniendo viva la herencia cultural de la región. Además, hay talleres y
actividades que buscan transmitir esta tradición a las nuevas generaciones.


El baile del huapango es otro elemento esencial de esta expresión artística. Se caracteriza
por un zapateado ágil y rítmico sobre tarimas de madera, donde las parejas demuestran su
destreza con movimientos coordinados y elegantes. En Hidalgo, cada comunidad tiene su
propio estilo, con ligeras variaciones en el ritmo y la vestimenta, pero siempre conservando
la esencia del huapango tradicional.


Más que un género musical, el huapango es un símbolo de identidad para los pueblos
hidalguenses. A través de sus acordes y versos, esta tradición ha trascendido generaciones
y continúa siendo una parte fundamental de las festividades y la vida cotidiana en la
Huasteca. Su vigencia demuestra que la cultura popular sigue viva y que el huapango, con
su energía y pasión, sigue siendo el corazón de muchas comunidades en Hidalgo.



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