En España, las mujeres representan un 42% de la comunidad investigadora. En algunos ámbitos, como en ciencias de la salud, este porcentaje es aún más alto y, en algunos casos, supera hasta el 60%. ¿Entonces por qué la presencia de estas profesionales es tan escasa en medios de comunicación, mesas redondas y encuentros públicos? Un estudio liderado por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el Science Media Centre España (SMC) ha indagado sobre esta cuestión para entender en profundidad este fenómeno y, sobre todo, señalar las causas detrás de este sesgo de género en la comunicación de la ciencia. “La menor participación de las científicas perjudica sus carreras y empobrece el debate público. Estamos perdiendo perspectivas esenciales”, ha afirmado Izaskun Lacunza, directora general de FECYT.
El trabajo se presenta como el primero de su tipo diseñado específicamente para estudiar el alcance de este fenómeno en España. Para ello, junto a un equipo de investigadores de la Universidad del País Vasco, se analizaron los registros de fuentes expertas interpeladas por el Science Media Centre España, una plataforma cuya labor consiste en recoger la opinión de académicos de diferentes disciplinas sobre cuestiones relacionadas con la actualidad. También se envió una encuesta a casi 650 científicos y científicas que habían recibido recientemente una solicitud de entrevista y que, por lo tanto, habían tenido la oportunidad de aparecer públicamente en medios de comunicación. El análisis de ambos permitió, por un lado, hacer una radiografía de la situación y, por el otro, indagar en el porqué de los sesgos.
En la muestra analizada, las científicas recibieron un 43% de las solicitudes de entrevista pero, finalmente, solo aparecieron en un 37% como fuentes expertas
Según apunta el estudio, de todas las peticiones de entrevistas enviadas en un plazo de tres meses, un 43% eran dirigidas a mujeres científicas mientras que el 56% eran para hombres científicos. Es decir, que al menos en un principio la proporción de investigadoras interpeladas está en la media de las cifras de la profesión en España. Aun así, tal y como constatan los registros de respuestas, el porcentaje de rechazo de entrevistas es mayor entre las científicas que entre los varones de la profesión. En total, de todos los expertos que sí aceptaron aparecer como fuentes solo hubo un 37% de mujeres y un 62% de hombres.
“Solo vamos a poder resolver los grandes desafíos de nuestros tiempos si aprovechamos todo el talento de la comunidad científica, incluyendo al de las mujeres”, ha argumentado Diana Morant, ministra de Ciencia, Innovación e Universidades, tras la presentación de los resultados de este estudio. “Las mujeres no deberían verse obligadas a escoger entre las labores de cuidado y su profesión, sino impulsar un paradigma en el que las científicas puedan conciliar ambas facetas”, ha añadido Morant en una comparecencia desde el Círculo de Bellas Artes.
Grandes obstáculos
El estudio señala que la mayoría de científicos y científicas que rechazan peticiones de entrevistas lo hace por una falta de tiempo y la gran carga de trabajo que requiere la labor investigadora. En el caso concreto de las mujeres, la encuesta recoge dos grandes obstáculos más que sesgan su visibilidad. En primer lugar, son muchas las profesionales que rechazan dar declaraciones porque “no se consideran lo suficientemente expertas en el tema” (algo que ocurre mucho menos entre los varones de la profesión y que, según otros estudios, está muy relacionado con el llamado síndrome de la impostora). Y en segundo lugar, el 22% de las científicas afirma que no pueden dedicar más tiempo a labores divulgativas debido a motivos de conciliación, algo que en el caso de los hombres solo afecta al 10% de los entrevistados.
Más de la mitad de la mitad de las investigadoras españolas denuncia haber sufrido campañas de acoso tras participar en medios de comunicación
En otros estudios también se ha observado que las mujeres científicas también son las que reciben una mayor carga de odio y de insultos en redes sociales. El 56% de las investigadoras españolas, de hecho, denuncia haber sufrido campañas de acoso tras participar en medios de comunicación o hacer divulgación en redes sociales. Una de cada tres científicas denuncian haber recibido comentarios de desprecio sobre su capacidad profesional o su valía como investigadoras, algo mucho menos frecuente entre los hombres de sus mismas áreas. Las mujeres científicas también reportan una gran cantidad de mensajes insultantes sobre su aspecto físico, origen étnico o ideología. Y aunque en menor proporción, también son las que concentran más porcentaje de mensajes violentos y amenazas de muerte en comparación con sus homólogos varones.
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Cortesía de El Periodico
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