Durante más de cuatro milenios, la silueta de Stonehenge ha dominado la llanura de Salisbury, proyectando sombras de un pasado aún lleno de incógnitas. A lo largo de los siglos, este icónico monumento ha sido testigo de teorías, excavaciones y restauraciones que han intentado desentrañar sus secretos. Pero uno de los mayores misterios sigue sin resolverse: ¿qué pasó con las piedras que faltan?
Las investigaciones recientes han revelado que el círculo de piedra que vemos hoy es solo una fracción de lo que fue. Durante la Edad del Bronce, la estructura pudo haber estado compuesta por más piedras de las que quedan en pie, con algunas de las más imponentes desaparecidas sin dejar rastro. Ahora, gracias a nuevas tecnologías y estudios arqueológicos, los expertos han conseguido reconstruir parte de su historia perdida, desvelando indicios sobre su construcción, desaparición y posibles traslados.
El Stonehenge que nunca vimos
Si hoy nos situamos en el centro del monumento en pleno solsticio de invierno, podemos ver cómo los últimos rayos del Sol se alinean con las piedras supervivientes, filtrándose entre ellas como si fueran las ventanas de una fortaleza en ruinas. Sin embargo, hace 4.500 años, esta imagen habría sido aún más impresionante. La estructura original, según sugieren los arqueólogos, contaba con más megalitos alineados con precisión, algunos de los cuales ya no están. Es, de hecho, lo que plantea el arqueólogo y Mike Pitts, autor del libro Cómo construir Stonehenge, publicado en el año 2022.
Las investigaciones han demostrado que la construcción de Stonehenge se desarrolló en varias fases, y los cambios en su disposición pueden haber sido intencionados. Pero la pregunta clave sigue en el aire: ¿desaparecieron algunas piedras debido a causas naturales, saqueos o modificaciones humanas?
Los registros históricos y excavaciones han revelado la existencia de pozos vacíos donde antes había grandes bloques de piedra. Algunos de estos hoyos, conocidos como los agujeros de Aubrey o “Aubrey Holes”, fueron identificados hace siglos y han sido objeto de debate desde entonces. Durante mucho tiempo, se creyó que nunca contuvieron megalitos, pero investigaciones recientes sugieren lo contrario.
¿Quién se llevó las piedras de Stonehenge?
A lo largo de los siglos, Stonehenge ha sido víctima del expolio. Documentos históricos relatan cómo visitantes arrancaban fragmentos de piedra como recuerdos o incluso utilizaban los megalitos caídos para la construcción en la zona. En el siglo XIX, era posible alquilar martillos en las cercanías para extraer trozos de sarsen como suvenires. Esta práctica ha dejado cicatrices visibles en los megalitos restantes, algunos de los cuales han sido notablemente erosionados.
Pero el robo de piedras no es solo un fenómeno reciente. Se han encontrado evidencias de que algunas fueron extraídas y reutilizadas en tiempos antiguos. Un ejemplo sorprendente es el bloque de piedra que terminó en el jardín de una casa en Salisbury antes de ser donado a un museo. Esta piedra sugiere que, en algún momento, se retiraron megalitos de Stonehenge y fueron trasladados a otros lugares.
Otro indicio de esta desaparición organizada es la presencia de fragmentos de piedra rotos y dispersos en el sitio. A diferencia de los enormes bloques de sarsen, las piedras son más fáciles de fracturar, y parece que muchas fueron destruidas deliberadamente. Los arqueólogos sospechan que estos fragmentos eran considerados objetos de valor ritual o incluso medicinales en la antigüedad.
En los últimos años, las investigaciones han revelado que la estructura de Stonehenge podría haber sido aún más imponente de lo que imaginamos. En 2009, un equipo de arqueólogos descubrió una segunda alineación de piedras a pocos metros del monumento. Los pozos vacíos sugieren que en algún momento hubo otro círculo de megalitos, pero sorprendentemente, todas las piedras habían desaparecido.
A esto se suma el hallazgo de una fosa junto a la famosa Piedra del Talón, la gran roca solitaria que marca la entrada al sitio. Se encontró evidencia de que una piedra gemela estuvo allí alguna vez, formando un portal simbólico alineado con el Sol. ¿Fue destruida, trasladada o sigue enterrada bajo la superficie?
Pero quizás el hallazgo más sorprendente llegó en 2013, cuando un verano especialmente seco reveló patrones en la hierba dentro del círculo de Stonehenge. Estas marcas delataban la ubicación de piedras desaparecidas, sugiriendo que el monumento alguna vez estuvo más completo de lo que hoy vemos. Curiosamente, los expertos notaron que las piedras ausentes en la parte suroeste eran más delgadas y frágiles, lo que las habría convertido en objetivos más fáciles para ser removidas o destruidas.
El enigma de la piedra del altar: ¿una piedra de Escocia en Stonehenge?
Uno de los grandes misterios de Stonehenge es el origen de sus piedras. Sabemos que los enormes bloques sarsen proceden de Wiltshire, pero las piedras fueron traídas desde Gales, a más de 200 kilómetros de distancia. Sin embargo, la llamada piedra del altar no encaja con ninguna de estas procedencias.
Recientes análisis geológicos han demostrado que esta piedra arenisca, que yace tumbada en el centro del círculo, proviene del noreste de Escocia, tal y como comentamos en un anterior artículo. Este hallazgo ha sacudido las teorías sobre la construcción del monumento, ya que implica un viaje de más de 700 kilómetros para transportarla hasta su ubicación actual. ¿Fue llevada como un objeto de culto? ¿Quién tuvo la capacidad de trasladar semejante roca a tal distancia?
El descubrimiento de su origen ha abierto nuevas preguntas sobre la posible conexión entre comunidades prehistóricas de Escocia e Inglaterra. Por ejemplo, recientemente hemos conocido la publicación de un nuevo estudio que reveló que, Stonehenge, pudo ser un monumento construido para unificar Gran Bretaña hace 5.000 años. No obstante, también plantea la duda de si existen más piedras de este tipo aún enterradas en el sitio, esperando ser descubiertas.
Un Stonehenge más complejo de lo que imaginamos
Cada nuevo hallazgo sobre Stonehenge nos recuerda que aún queda mucho por descubrir. La desaparición de sus piedras no solo nos habla de saqueos o del paso del tiempo, sino también de la evolución de su significado a lo largo de los milenios.
Desde la alineación de los solsticios hasta los recientes descubrimientos sobre sus piedras perdidas, el monumento sigue desafiando nuestras ideas sobre las sociedades prehistóricas. Su historia es un rompecabezas aún incompleto, pero con cada excavación y avance tecnológico, nos acercamos un poco más a entender el verdadero propósito de este enigmático círculo de piedra.
Referencias
- Abbott M, Anderson-Whymark H. Stonehenge Laser Scan: Archaeological Analysis Report. English Heritage; 2012.
- Bowden M, Soutar S, Field D, Barber M. Stonehenge World Heritage Site Landscape Project: The Stonehenge Environs. English Heritage; 2014.
- BBC News. Stonehenge bluestones ‘were quarried in Wales’; 2014.
- Bakker JA. Lucas de Heere’s Stonehenge. Antiquity. 1979;53(208):107-111. DOI: 10.1017/S0003598X00042307
- Pearson MP, Chamberlain A, Jay M, et al. Who was buried at Stonehenge? Antiquity. 2009;83(319):23-39. DOI: 10.1017/S0003598X00098069
- Field D, Anderson-Whymark H, Linford N, et al. Analytical Surveys of Stonehenge and its Environs, 2009–2013: Part 2 – the Stones. Proceedings of the Prehistoric Society. 2015;81:125-148. DOI: 10.1017/ppr.2015.2
Cortesía de Muy Interesante
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