Donald Trump tiene la lupa puesta sobre todos los organismos defensores de Derechos Humanos a los que Estados Unidos apoya. La semana pasada fue USAID y ahora anuncia que también revisará los recursos que le entrega a la ONU, sumado a que recientemente firmó un decreto con el que espera retirar a su país del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
La suspensión de ayuda humanitaria no es la única medida que Trump toma contra estos organismos, pues también firmó un decreto en el que ratifica la salida de Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
El decreto retira a la nación del Consejo de Derechos Humanos, órgano del que no es Estado miembro sino observador, y además prolonga la suspensión de toda financiación estadounidense a la agencia de la ONU.
Aunque el portavoz del organismo, Pascal Sim, explicó que, técnicamente, EE. UU. ya no es miembro activo desde el 1 de enero de 2025, advirtió que la administración Trump planea emitir una orden ejecutiva para formalizar su retiro como Estado observador. “Estados Unidos ha sido un actor clave en el Consejo. Una retirada definitiva sería un duro golpe para el multilateralismo”, afirmó Sim.
La decisión se da “en vista de las numerosas medidas adoptadas por varios organismos de Naciones Unidas que demuestran un profundo sesgo antiestadounidense”, dijo Will Scharf, asesor de Trump. Además agregó que con el documento también se dará lugar a revisiones en organismos como la UNESCO y la WNRA. “De manera más general, la orden ejecutiva pide una revisión de la participación y financiación estadounidense en la ONU a la luz de las disparidades disparatadas en los niveles de financiación entre los distintos países”, dijo.
La suspensión de miles de millones de dólares en ayuda ha causado una seria alerta al interior de la organización, pues según informaron, pone en riesgo la vida de millones de personas al afectar programas de salud, educación y alimentación.
“La decisión no es solo una cifra en un documento presupuestario. Se trata de personas reales, de las más vulnerables del mundo”, afirmó Pio Smith, director regional del Fondo de Población de la ONU para Asia y el Pacífico.
La situación comenzó a generar preocupación desde el pasado 24 de enero, cuando la administración Trump anunció una pausa de 90 días en casi todos los programas de ayuda exterior estadounidense mientras se realiza una revisión interna.
Los recortes de Trump no solo afectan a la ONU. USAID, la principal agencia de desarrollo internacional de EE. UU., ha sido blanco de críticas del propio Gobierno, especialmente de Elon Musk, quien ha sugerido su cierre definitivo, argumentando financiamiento de proyectos “innecesarios”.
Como resultado, organizaciones humanitarias han empezado a suspender servicios esenciales que antes eran financiados con recursos de EE. UU., dejando sin acceso a atención médica a millones de personas. Entre los países más afectados están, con cerca de 600.000 personas en Bangladesh, con 1,7 millones Pakistán, y Afganistán con 1,2 millones de refugiados que eran atendidos con estos recursos.
El Fondo de Población de la ONU advirtió que en Afganistán la retirada de fondos de EE. UU. podría provocar 1.200 muertes maternas y 109.000 embarazos no deseados adicionales entre 2025 y 2028.
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“Estamos buscando más claridad del Gobierno de EE. UU. sobre por qué nuestros programas se ven afectados, en particular aquellos que esperábamos que estuvieran exentos por razones humanitarias”, dijo Smith.
Cortesía de El Colombiano
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