El “efecto lavadora” se refiere a cómo la imposición de aranceles para proteger una industria termina por aumentar los precios finales para los consumidores, aumentar los costos de producción y bajar la competitividad de una economía.
Esto ya sucedió durante el primer mandato de Donald Trump, cuando decidió imponer un gravamen del 20% a las importaciones de lavadoras chinas. Podría volver a suceder si, en menos de 30 días, decide imponer aranceles del 25% a las mercancías provenientes de México y Canadá.
¿Cómo funciona el efecto lavadora?
En 2018, Donald Trump decidió imponer un arancel del 20% a la importación de lavadoras provenientes de China, con el objetivo, supuestamente, de proteger los empleos de los estadounidenses.
El efecto en la creación de empleos fue costoso, de acuerdo con economistas de la Universidad de Chicago y la Reserva Federal, los consumidores estadounidenses tuvieron que pagar 817,000 dólares en precios más altos por cada empleo creado, en la industria de las lavadoras. Y 900,000 dólares extra, por cada empleo creado en la industria del acero.
De hecho, después de cuatro meses de implementación de los aranceles, los precios de las lavadoras subieron 12% y ya no volvieron a los precios de inicios de 2018, incluso después de que se retiraron los aranceles.
¿Puede volver a suceder?
De acuerdo con los especialistas, si Trump impone aranceles del 25% a las mercancías canadienses y mexicanas, el efecto sobre las cadenas productivas de la región sería inmediato, pero se concentraría en industrias como la automotriz.
Este 2025, los aranceles afectarían casi una cuarta parte de los 16 millones de automóviles que se venden al año en Estados Unidos, así como a las autopartes y otros componentes para su fabricación y mantenimiento. Y, según analistas de Wofe Research, esto podría aumentar en unos 3,000 dólares el precio promedio de un automóvil nuevo, para los consumidores norteamericanos.
¿Por qué pasa esto?
De acuerdo con análisis realizados por economistas de la Reserva Federal de Estados Unidos, existen mecanismos que hacen que las industrias más expuestas a las importaciones sufran los efectos de los aranceles.
En primer lugar, los costos de los insumos aumentan, al reducirse la oferta de ciertos productos para fabricar autos, por ejemplo. En segundo lugar, en el momento en que recurren a productores locales, éstos están en una posición de ventaja. Ya que al estar protegidos por los aranceles, tienen el poder económico para aumentar precios y márgenes.
En tercer lugar, los aranceles no los pagan las empresas que exportan desde México, Canadá o China. O al menos no en su totalidad. De acuerdo con Banco ING, en el caso de los aranceles a las lavadoras, el 60% del costo de los aranceles fueron absorbidos por los consumidores finales. El resto se repartió entre los exportadores, que redujeron el precio y asumieron pérdidas, y los importadores, que también redujeron sus márgenes.
Cortesía de Expansión
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