La ciencia tiene un consejo universal para quemar calorías caminando: algo tan obvio, pero que muchos pueden ignorar

Para perder peso existen diversos enfoques, pero el más importante es entender que no hay una fórmula mágica que funcione para todos. En su lugar, hay una serie de pautas generales que pueden ayudar a reducir medidas, como la práctica de ejercicio y una alimentación adecuada. Entre todas las opciones disponibles, una de las más destacadas es caminar.

Hasta ahora, se sabía que caminar es una de las actividades más recomendadas para mantener el cuerpo sano, controlar el peso y adelgazar. Sin embargo, si se considera como la única forma de obtener resultados, la ciencia indica que el proceso de quema de calorías no se suele realizar de forma óptima.

La clave del estudio

Una investigación de la Universidad de Milán, dirigida por Francesco Luciano, concluyó, tras una serie de experimentos, que para quemar calorías de manera más eficiente es necesario hacer pausas durante la caminata, en lugar de recorrer una distancia de manera continua.

El estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society B, señala que muchas estimaciones previas solo consideraban la energía necesaria para caminar en personas en un estado metabólico estable. Esto significa que solo se tomaban en cuenta la frecuencia cardiaca constante y el equilibrio entre producción y consumo de energía, similar a un automóvil que viaja a velocidad de crucero.

Para profundizar en las necesidades energéticas durante la caminata, se reclutó a 10 voluntarios sanos, quienes fueron monitoreados mientras usaban una máquina para subir escaleras y una cinta de correr. Las pruebas se realizaron a tres velocidades diferentes, con sesiones que oscilaron entre 10 segundos y cuatro minutos.

El objetivo de la investigación era medir la demanda de oxígeno y energía en trayectos cortos en comparación con recorridos largos. Los resultados mostraron que caminar o subir escaleras en periodos de 10 a 30 segundos requería entre un 20 % y un 60 % más oxígeno en comparación con una caminata continua de la misma distancia. Esto se debe a que caminar se vuelve más eficiente energéticamente tras varios minutos de actividad.

Según Luciano, este fenómeno tiene sentido, ya que el cuerpo consume más oxígeno y energía al iniciar un movimiento, de forma similar a un automóvil que gasta más combustible en sus primeros kilómetros y en cada arranque.

Un mayor consumo de energía

El estudio también midió el consumo de oxígeno en cada sesión de ejercicio y calculó las demandas específicas de energía en las distintas caminatas. Se encontró que el cuerpo requiere más energía al inicio de la marcha, cuando debe “calentar“, que una vez alcanzado un ritmo estable, donde el gasto energético se optimiza.

Caminar 03

El investigador principal destaca que el punto clave está en el inicio de la caminata, ya que se comprobó que el consumo de oxígeno es considerablemente alto al arrancar desde el reposo, independientemente de si el tramo dura entre 10 y 30 segundos. Esto sugiere que los trayectos cortos pueden ser más efectivos que los largos para estimular el gasto calórico.

Además, los datos revelaron que, en las primeras etapas de la caminata, el cuerpo es menos eficiente al convertir oxígeno en energía para el movimiento. Esta eficiencia mejora al mantener un ritmo constante tras el calentamiento inicial.

La investigación concluye que, aunque se recomienda caminar al menos 150 minutos a la semana, también es importante considerar el impacto de los pequeños movimientos intermitentes. Estos periodos cortos de actividad pueden contribuir significativamente al gasto energético y facilitar la pérdida de peso.

Cortesía de Xataka



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