El recién descubierto asteroide 2024 YR4 nos deja algo claro: faltan ocho años para que se acerque a la Tierra, pero ni así podemos calcular su trayectoria

El asteroide 2024 YR4 ha generado una serie de alertas a nivel mundial, principalmente en múltiples medios de comunicación que coinciden en un punto: este objeto podría impactar la Tierra a finales de 2032. Sin embargo, al momento de escribir esta publicación, la probabilidad de impacto es apenas del 1.6%. A pesar de ello, la humanidad aún está lejos de determinar con precisión su trayectoria debido a la falta de más información.

Descubierto el 27 de diciembre de 2024 gracias al telescopio ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System) en Río Hurtado, Chile, el asteroide fue inicialmente clasificado con un riesgo bajo de impacto el 22 de diciembre de 2032. No obstante, debido a su tamaño estimado, que varía entre 40 y 90 metros de ancho, su colisión podría causar daños significativos en una región local.

Ante esta situación, el asteroide fue incluido en la lista de objetos en riesgo de la Agencia Espacial Europea (ESA). Desde principios de enero de 2025, diversas investigaciones de seguimiento prioritario se han llevado a cabo con telescopios de todo el mundo, con el objetivo de obtener más datos sobre su tamaño y trayectoria.

Hasta el 4 de febrero de 2025, la probabilidad de impacto se mantiene en 1.6%, según organismos como el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS) de la NASA y NEOD. Esta evaluación ha llevado a clasificarlo en el nivel 3 de la escala de riesgo de impacto de Turín, que va del 0 al 10 y utiliza colores verde, amarillo, naranja y rojo para indicar distintos niveles de peligro. Su propósito es facilitar la comunicación pública sobre amenazas de asteroides.

La falta de información del asteroide

Un factor clave, según la ESA, es que la probabilidad de impacto suele aumentar en un principio tras el descubrimiento de un asteroide. Sin embargo, esta cifra tiende a reducirse rápidamente a cero conforme se realizan nuevas observaciones.

Esto es porque cuando un asteroide es detectado por primera vez, aparece como un punto de luz en el cielo, sin una trayectoria claramente definida. Para determinar su movimiento, es necesaria una segunda observación, y al menos tres son requeridas para calcular su velocidad y trayectoria. Con análisis adicionales, se puede afinar su órbita hasta establecer su destino con mayor precisión.

La ESA explica que, tras su descubrimiento, la posición futura de un asteroide suele ser incierta. Por ello, existe un concepto denominado “corredor de riesgo”, un rango de posibles trayectorias por las que el asteroide podría desplazarse. Si alguna de estas intersecciones pasa por la Tierra, el objeto es considerado una amenaza.

Conforme se obtienen más datos, si la posible intersección con la Tierra persiste dentro del corredor de riesgo, la probabilidad de colisión se mantiene, y hasta puede aumentar, ya que hay menos trayectorias estimadas. Sin embargo, a medida que se afina la predicción, el corredor suele alejarse de la Tierra, lo que reduce el peligro repentinamente hasta llegar a cero en muchos casos.

Adicionalmente, la ESA señala que el asteroide 2024 YR4 mantiene una probabilidad superior al 1% de impacto en los próximos 50 años. Inicialmente, cumple con los criterios para activar dos grupos de respuesta ante asteroides aprobados por la ONU: la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN) y el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG).

Si el riesgo de impacto aumenta en el futuro, el IAWN deberá desarrollar estrategias para que los gobiernos analicen las posibles consecuencias y establezcan planes de mitigación. Según las proyecciones actuales, el corredor de riesgo abarca el Océano Pacífico oriental, el norte de Sudamérica, el Océano Atlántico, África, el Mar Arábigo y el sur de Asia.

Un largo camino para determinar elriesgo

Por ahora, la ESA ha determinado que el asteroide tiene una órbita alargada alrededor del Sol. De acuerdo con las observaciones disponibles, se aleja de la Tierra en una trayectoria casi lineal, lo que dificulta precisar su órbita sin datos adicionales que permitan calcular cómo se curva con el tiempo.

En los próximos meses, el asteroide comenzará a desaparecer de la vista terrestre. No obstante, su observación continuará con telescopios cada vez más potentes, como el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile, para obtener la mayor cantidad de datos posible.

La trayectoria estimada actual del asteroide 2024 YR4

A pesar de estos esfuerzos, la ESA advierte que el asteroide podría perderse de vista antes de que se descarte por completo cualquier posibilidad de impacto en 2032. En consecuencia, podría permanecer en la lista de riesgos hasta que pueda ser observado nuevamente en 2028.

Hasta el 3 de febrero de 2025, el blog oficial de seguimiento del asteroide indica que el SMPAG continuará con el monitoreo de 2024 YR4 antes de tomar nuevas decisiones.

Este grupo asesor se reunirá entre finales de abril y principios de mayo de 2025, cuando el asteroide haya desaparecido de la vista, para evaluar la situación. Si su diámetro sigue estimándose por encima de los 50 metros y la probabilidad de impacto se mantiene sobre el 1%, se emitirán recomendaciones sobre las acciones que la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA) debería tomar.

Una de las posibles estrategias que podrían adoptarse es el lanzamiento de una misión espacial, similar a la Prueba de Redireccionamiento de Doble Asteroide (DART). Esta misión de la NASA demostró con éxito la capacidad de desviar un objeto en el espacio mediante un impacto directo.

Cortesía de Xataka



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