Un equipo de arqueólogos franceses ha hecho un hallazgo que podría arrojar nueva luz sobre la historia de Taposiris Magna, una de las ciudades más enigmáticas del Egipto grecorromano. En medio de las ruinas de una vivienda del siglo VII d.C., los investigadores encontraron una colosal cabeza de mármol de la época ptolemaica, un detalle desconcertante que plantea preguntas sobre su origen y la razón por la que acabó en un lugar tan inesperado.
El descubrimiento, dirigido por el arqueólogo Joachim Le Bomin, de la Universidad de Lyon y el Instituto Francés de Arqueología Oriental (IFAO) en El Cairo, ha captado la atención de historiadores y expertos en arte antiguo. La cabeza, de 38 centímetros de altura, muestra un realismo sorprendente: arrugas marcadas, una expresión severa y signos visibles de envejecimiento. La calidad del tallado es excepcional, lo que sugiere que pertenecía a una estatua de grandes dimensiones, probablemente ubicada en un edificio público de gran importancia en la antigua ciudad.
Pero, ¿quién era el hombre representado en esta escultura? Y más importante aún, ¿cómo terminó en una casa construida aproximadamente 700 años después de su creación?
Un rostro enigmático del Egipto helenístico
Los expertos han determinado que la escultura pertenece al periodo ptolemaico, que se extendió desde el 305 a.C. hasta el 30 a.C., cuando Egipto estaba gobernado por la dinastía macedonia fundada por Ptolomeo I Sóter, uno de los generales de Alejandro Magno. Durante esta época, el arte helenístico se fusionó con la tradición egipcia, dando lugar a un estilo escultórico refinado y altamente expresivo.
El rostro del anciano de mármol refleja ese grado de maestría artística: su frente está marcada por profundas arrugas, sus ojos parecen cargados de gravedad y la estructura de su rostro sugiere signos de enfermedad o desgaste físico. Estas características han llevado a los arqueólogos a suponer que no se trata de un rey ni de un dios, sino de un personaje de la élite política o intelectual de la época.
Sin embargo, la estatua original a la que pertenecía sigue sin aparecer. Su gran tamaño hace pensar que no era una escultura privada, sino parte de un monumento ubicado en una plaza o un templo de relevancia. El enigma se intensifica con el hecho de que fue hallada en una vivienda medieval, lo que indica que en algún momento fue trasladada y reutilizada.
El papel de Taposiris Magna en la historia egipcia
Para entender la importancia de este hallazgo, hay que mirar más de cerca la ciudad de Taposiris Magna, fundada entre el 280 y el 270 a.C. por Ptolomeo II Filadelfo. Situada a unos 45 kilómetros al oeste de Alejandría, la ciudad tenía una importancia estratégica y religiosa, con un templo dedicado a Osiris, el dios de la muerte y la fertilidad, del cual toma su nombre (derivado del antiguo egipcio “Per Wsir”, que significa “Casa de Osiris”).
A lo largo de los siglos, Taposiris Magna se convirtió en un centro de actividad cultural y comercial. Su faro, construido en la misma época que el legendario Faro de Alejandría, servía como punto de referencia para las embarcaciones que navegaban en la región. Además, la ciudad albergó una extensa necrópolis y diversos complejos urbanos que fueron utilizados hasta el período bizantino.
Uno de los aspectos más fascinantes de este sitio es que algunos arqueólogos creen que podría albergar la tumba de Cleopatra VII y Marco Antonio. Aunque hasta ahora no se ha encontrado evidencia definitiva, las excavaciones han revelado estructuras monumentales de gran relevancia histórica, lo que mantiene viva la posibilidad de que los restos de la última reina de Egipto se hallen en la zona.
Un hallazgo que reescribe la historia de la ciudad
El descubrimiento de la cabeza de mármol no solo pone de manifiesto la riqueza artística del Egipto helenístico, sino que también plantea preguntas sobre el destino de las antiguas estatuas de la ciudad. Es posible que la escultura fuera removida de su ubicación original durante la época romana o bizantina, cuando el cristianismo comenzó a reemplazar las antiguas creencias paganas y muchas estatuas fueron destruidas o reutilizadas en nuevas construcciones.
El hecho de que la cabeza haya sido hallada en una vivienda medieval refuerza esta hipótesis. ¿Fue ocultada deliberadamente por alguien que intentó preservarla? ¿O simplemente se usó como material de construcción en una época en la que su valor simbólico ya no era comprendido? Los arqueólogos seguirán investigando para determinar cómo y por qué la escultura llegó a este punto.
Otro aspecto crucial es la identidad del personaje representado. Aunque se ha descartado que sea un rey, algunos sugieren que podría tratarse de un filósofo, un gobernante local o incluso un sacerdote de alto rango del templo de Osiris. La ausencia de inscripciones hace que la identificación sea complicada, pero los estudios en curso podrían arrojar nuevas pistas en el futuro.
El futuro de la investigación y la conservación
Actualmente, la cabeza de mármol está siendo sometida a trabajos de conservación y restauración para garantizar su preservación. Se espera que en el futuro forme parte de una exhibición que permita a los visitantes conocer más sobre la historia de Taposiris Magna y su relevancia en el mundo antiguo.
Mientras tanto, las excavaciones continúan en el sitio, con la esperanza de encontrar más fragmentos de la estatua original o descubrir nuevas estructuras que ayuden a contextualizar mejor este enigmático hallazgo. Cada descubrimiento en Taposiris Magna no solo revela aspectos desconocidos de la historia egipcia, sino que también alimenta la posibilidad de que un día se descubran los restos de algunos de los personajes más legendarios del pasado.
La cabeza de mármol encontrada en la casa medieval es, sin duda, una de las piezas más intrigantes desenterradas en Egipto en los últimos años. Su historia aún está incompleta, pero promete añadir un nuevo capítulo a la rica y fascinante historia del Egipto grecorromano.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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