Este truco para sobrevivir a un incendio te sorprenderá: solo necesitas la manguera de la ducha y… ¡el váter!

Cuando pensamos en incendios en edificios, lo primero que nos viene a la mente es, obviamente, el fuego. Sin embargo, la causa principal de muerte en estos casos no son las llamas, sino el humo. La inhalación de gases tóxicos puede desmayar a una persona en cuestión de minutos, reduciendo drásticamente sus posibilidades de escape o rescate.

Por eso, cualquier método que nos ayude a conseguir aire limpio en una situación de emergencia es invaluable. Y aquí es donde entra en juego un truco que pocos conocen: usar el váter y la manguera de la ducha para obtener aire fresco mientras esperas el rescate.

El problema: el humo es el verdadero asesino

Durante un incendio, el humo se propaga rápidamente por pasillos y habitaciones, reduciendo la visibilidad y volviendo casi imposible respirar en pocos minutos. La mayoría de las víctimas de incendios no mueren por quemaduras, sino por asfixia o intoxicación debido a la inhalación de gases tóxicos. Dependiendo del tipo de materiales que se estén quemando, el humo puede contener sustancias letales que afectan al cuerpo de diversas maneras.

Uno de los gases más peligrosos presentes en los incendios es el monóxido de carbono (CO), un compuesto incoloro e inodoro que impide que la sangre transporte oxígeno, provocando desmayos y, eventualmente, la muerte. Otro gas altamente tóxico es el cianuro de hidrógeno (HCN), liberado por la combustión de plásticos y materiales sintéticos como espumas y textiles. El cianuro afecta al metabolismo celular, impidiendo que el cuerpo utilice el oxígeno de manera eficiente.

Además de estos, los incendios también pueden liberar dióxido de carbono (CO₂) en grandes cantidades, reduciendo la concentración de oxígeno en el aire y acelerando la hipoxia. Otros compuestos irritantes, como el ácido clorhídrico (HCl) y el óxido de nitrógeno (NO₂), pueden inflamar las vías respiratorias, causando tos severa, dificultad para respirar y, en casos extremos, edema pulmonar.

En una situación así, la clave para sobrevivir es minimizar la inhalación de estos gases y encontrar una fuente de aire limpio hasta que los bomberos puedan sacarte de ahí. Cerrar puertas, tapar rendijas con telas húmedas y mantener la cabeza lo más cerca del suelo posible pueden ayudar a reducir la exposición al humo. Sin embargo, en casos extremos, contar con un método alternativo de respiración puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

Patente US4320756A. Fuente: Google Patents

La solución: aire limpio desde el sistema de fontanería

En 1982, el inventor William O. Holmes, residente de Belmont, California, registró la patente US4320756, titulada Fresh-Air Breathing Device and Method (Dispositivo y método para respirar aire fresco). La patente fue concedida el 23 de marzo de 1982 y describe un método innovador para permitir que las personas atrapadas en un incendio puedan acceder a aire limpio utilizando el sistema de fontanería del edificio.

La patente fue presentada en un contexto de creciente preocupación por las muertes por inhalación de humo en incendios en hoteles y rascacielos. Holmes diseñó este método como una solución de emergencia que pudiera aplicarse sin necesidad de equipamiento especializado. Aunque su invención no tuvo un impacto comercial significativo, el principio detrás de ella sigue siendo útil en situaciones extremas.

Patente US4320756A. Fuente: Google Patents

La reciente oleada de incendios en hoteles de gran altura y las muertes ocasionadas por ellos han generado la necesidad de un dispositivo y método para proporcionar aire fresco a un huésped de hotel y/o a un bombero hasta que puedan ser rescatados. El dispositivo y el método de esta invención permiten la inserción de un tubo de respiración a través del sifón de agua de un inodoro para exponer un extremo abierto del mismo al aire fresco proveniente de una tubería de ventilación conectada a la línea de desagüe del inodoro, lo que permite al usuario respirar aire fresco a través del tubo”, Holmes.

¿Cómo funciona este método?

  1. Ve al baño de la habitación o piso donde te encuentras. Si el humo ya está entrando, tapa las rendijas de la puerta con toallas mojadas.
  2. Toma la manguera de la ducha (o cualquier tubo flexible que tengas a mano). Si la ducha es fija, podrías intentar usar un snorkel o cualquier otra tubería disponible.
  3. Introduce el extremo del tubo en el váter y pásalo a través del sifón. Puede sonar extraño, pero el diseño de los inodoros incluye una trampa de agua que bloquea los gases del alcantarillado, separando el baño del sistema de ventilación.
  4. Sopla con fuerza en el tubo antes de inhalar. Esto servirá para eliminar cualquier residuo de agua.
  5. Respira por el tubo. El otro extremo estará en contacto con el aire fresco proveniente del conducto de ventilación, que generalmente está conectado al exterior del edificio.

¿Por qué funciona?

El sistema de ventilación de los inodoros en edificios modernos está diseñado para evitar la acumulación de gases y permitir un flujo de aire constante. Estas tuberías están conectadas al exterior, proporcionando una fuente de oxígeno que no está contaminada por el humo del incendio.

Además, el sifón de agua del inodoro actúa como un sellador natural, impidiendo que los gases del alcantarillado lleguen al baño. Al introducir un tubo a través del sifón, se supera esta barrera y se accede a un aire relativamente limpio en comparación con el ambiente saturado de humo en la habitación.

Aunque este método no es una solución perfecta y depende de la estructura del sistema de fontanería, en una situación extrema puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

¿Es seguro?

Este método no es perfecto y tiene algunas consideraciones:

  1. No elimina todo el riesgo, pero puede darte tiempo suficiente para ser rescatado.
  2. Puede haber malos olores o rastros de gases del alcantarillado. Pero, en comparación con el humo tóxico de un incendio, es una mejor opción.
  3. Solo funciona en edificios con un sistema de ventilación adecuado. En estructuras muy antiguas o inusuales, el aire podría no ser fresco.

Referencias

Cortesía de Muy Interesante



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