Un hombre de Nueva York llamado Mickey Barreto hizo algo extraordinario y surrealista. Aprovechó una ley local de vivienda para vivir gratis durante cinco años en el lujoso hotel New Yorker de Manhattan. Pero eso no es todo, ya que según The Associated Press, Barreto fue demasiado lejos cuando presentó documentación con la cual reclamaba la propiedad del edificio y además intentó cobrar alquiler a otro inquilino.
Todo comenzó en 2018, cuando Barreto y su novio se mudaron de Los Angeles a Nueva York. Allí aprovecharon una laguna jurídica que permite a los ocupantes de habitaciones en edificios construidos antes de 1969 exigir un contrato de alquiler de seis meses. Al haber pagado 200.57 dólares por su habitación (aproximadamente 4,073 pesos), Barrento se consideró a sí mismo un inquilino y solicitó un contrato de arrendamiento. No obstante, fue echado del hotel.
Intento de apropiación sin precedentes
Barreto no se quedó de brazos cruzados, de acuerdo con The Associated Press, al día siguiente fue a la corte local a presentar una apelación, pero el juez la denegó. Luego de esto apeló ante la Corte Suprema estatal, donde obtuvo fallo a favor luego de que los representantes del hotel no se presentaran a una audiencia que era crucial para el caso.
Los jueces entonces ordenaron a la empresa devolver la llave de su habitación a Barreto. Así fue como el hombre continuó habitando sin pagar alquiler en el New Yorker hasta julio del 2023. Aunque los dueños del edificio se negaron a negociar un contrato de arrendamiento, tampoco les fue posible echarlo.
Pero Barreto no solo interpretó el fallo como un derecho de “posesión” de una sola habitación. Convencido de que la orden le otorgaba la propiedad del hotel en su totalidad, acudió al Departamento de Finanzas de Nueva York para registrar el edificio a su nombre. Le tomó siete intentos, pero al final logró aparecer como propietario en el sistema de registros de la ciudad.
Con el título de propiedad en su poder, el inquilino comenzó a actuar como si fuera el dueño legítimo del New Yorker. Envió cartas a los abogados de los verdaderos propietarios del inmueble, la Iglesia de la Unificación, en las cuales reclamaba hasta 15 millones de dólares en beneficios atrasados. También quiso acceder a los documentos financieros del hotel, exigió alquiler a uno de los inquilinos, y hasta quiso tomar el control de las cuentas bancarias del establecimiento.
No pudo ser juzgado
Pese a sus intentos por tomar el control total del hotel, la Iglesia de la Unificación presentó varias demandas para recuperar la propiedad del inmueble y desalojar a Barreto. Tras una larga batalla legal, la corte estableció que sus reclamaciones de propiedad eran fraudulentas y ordenó el desalojo de Barreto, quien finalmente fue arrestado en 2023, bajo 24 cargos entre los que se incluían 14 de fraude.
Aunque Barreto estuvo a punto de ir a juicio, los médicos que lo examinaron concluyeron que el inquilino del New Yorker no era mentalmente competente para enfrentar cargos criminales, debido a que había estado recibiendo tratamiento ambulatorio por abuso de sustancias y problemas de salud mental, de acuerdo con The New York Times. Finalmente, un juez le concedió siete días para buscar tratamiento psiquiátrico. De lo contrario, sería internado de inmediato.
Cortesía de Xataka
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