Seguramente viste esos tuits o publicaciones de Facebook en donde una persona, recién independizada, llenaba su refrigerador con mucha comida como verduras, frutas, carnes, etcétera, y solo pensaste “Se le va a echar a perder”. Si no viste esos casos, seguramente fuiste uno de ellos cuando recién comenzabas a hacer tu propio súper.
Si tuviste algo de suerte, aprendiste a comprar mejor y de manera inteligente, o bien, a tener trucos que te ayudarán a conservar de mejor manera tus alimentos, ya sea congelándolos, eligiéndolos mejor o evitando que se contaminen. En el caso específico de las frutas, existen formas de hacer que conserven su frescura por más tiempo.
Por qué la fruta madura
Antes de darte los trucos para conservar de mejor manera tus alimentos, debes saber que las frutas maduran debido a la producción de gas etileno. En este proceso biológico del fruto, el oxígeno atmosférico se aprovecha para metabolizar los compuestos de almacenamiento, como el azúcar o el almidón, y como resultado tenemos bióxido de carbono (CO2), agua y energía. Este proceso ocurre desde que la fruta cuelga del árbol hasta el resto de sus días, inclusive en tu frutero.
Al etileno que se sintetiza durante la respiración de los frutos se le conoce como la hormona de la maduración. Para este punto, también debes saber que la fruta y verdura respiran, con esto, absorben oxígeno de la atmósfera y liberan dióxido de carbono. Este es el proceso que permite su maduración o envejecimiento.
El gran problema con el etileno es que a pesar de que sirve para el crecimiento y maduración de las frutas y verduras, provocando que se ablande la textura, mejore su aroma y color de piel y que su sabor ácido cambie a dulce, cuando los alimentos pasan su punto de madurez, este gas es el responsable del envejecimiento y la putrefacción. También es importante señalar que la respiración se clasifica en dos tipos: climatéricos y no climatéricos.
Las frutas y verduras climatéricas tienen una respiración rápida y, por lo tanto, una vez cosechadas, su vida es más corta. Entre este tipo de frutas están el aguacate, ciruela, guayaba, higo, kiwi, mamey, mango, manzana, melón, papaya, pera, plátano, sandía, jitomate y zapote.
También están las no climatéricas, las cuales tienen una respiración muy lenta, lo que permite un mayor tiempo de almacenamiento. A pesar de esto, los expertos recomiendan comprar estos alimentos ya maduros, ya que al mismo tiempo que llegan a su madurez, llega a su envejecimiento. En otras palabras, no van a mejorar en tu frutero, por lo que, al adquirirlas, deben tener buen color, aroma y sabor. Algunas frutas de este tipo son arándanos, brócoli, cereza, frambuesa, fresa, lechuga, lima, lichi, limón, mandarina, naranja, pepino, piña, toronja, uva y zanahoria.
Cuáles son las mejores formas de conservar las frutas
Una vez que sabemos el tipo de frutas que tenemos y por qué maduran, lo siguiente es conocer cuál es la mejor forma en que debemos almacenarlas. Primero, debes saber que los clásicos fruteros ya no son opción, ya que aceleran la maduración de las frutas que están más al fondo. Por tanto, lo ideal, según expertos en el tema, es:
- Separa las frutas en climatéricas y no climatéricas, porque el etileno que producen algunas frutas afecta a todas por igual.
- Si hay una pieza madura, sepárala para que no apresure el proceso de maduración del resto.
- En el caso del plátano, sepáralo desde la penca hasta el pedúnculo para retrasar el proceso de maduración.
- Si tienes fruta madura, golpeada o mallugada, consúmela rápido para evitar que acelere el proceso de maduración de tus otros alimentos.
- Ten varios canastos para guardar la fruta, esto hará que no respiren todas en un pequeño espacio y, por ende, no maduren rápido.
Cortesía de Xataka
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