Nissan atraviesa una de las crisis más profundas de su historia y está lista para una reestructuración radical. La compañía japonesa anunciará el 12 de marzo un cambio en su cúpula directiva, con el objetivo de enderezar el rumbo tras dos trimestres consecutivos de malos resultados, informa Reuters. Aunque el CEO Makoto Uchida parece mantenerse en su puesto por ahora, las presiones internas y externas podrían terminar sacándolo.
Esta medida responde al fracaso de las negociaciones con Honda y a la urgente necesidad de una recuperación financiera. Sin una estrategia clara, la marca corre el riesgo de perder relevancia en mercados clave como Estados Unidos y China. La junta directiva aún evalúa la solidez del plan de recuperación y la capacidad del equipo actual para ejecutarlo. Se habla de una reestructuración agresiva, con el posible cierre de tres plantas y una administración más eficiente.
Si Uchida decide dar un paso al costado, Nissan podría optar por un CEO interino en lugar de uno definitivo, lo que generaría más incertidumbre. Mientras tanto, el gobierno japonés busca evitar que la empresa termine en manos de grupos extranjeros con intereses opuestos a su industria automotriz. El gigante taiwanés Foxconn ha mostrado interés en comprar una parte de Nissan, lo que ha encendido alarmas en Japón.
Para evitarlo, figuras clave como el ex primer ministro Yoshihide Suga y el ex miembro de la junta de Tesla, Hiro Mizuno, están moviendo fichas para atraer a Elon Musk como socio estratégico. En este contexto, Tesla aparece como un posible salvador. La caída de Nissan no es nueva, pero la situación se ha vuelto crítica.
En los últimos años, la marca ha luchado por mantener su competitividad en un mercado cada vez más dominado por vehículos eléctricos e innovaciones tecnológicas procedentes de China. Además, su alianza con Renault ha generado tensiones internas, y su fallida fusión con Honda dejó en evidencia su falta de una estrategia clara.
Makoto Uchida, CEO de Nissan.
¿Tesla definirá el futuro de Nissan?
La compañía de Musk ha sido clara en su postura de no adquirir fabricantes tradicionales, ya que argumenta que prefiere desarrollar su propia tecnología desde cero. Sin embargo, una alianza con Nissan podría darle acceso a infraestructura de producción y redes de distribución consolidadas, lo que podría acelerar su expansión en Asia. Japón apuesta fuerte por esta posibilidad, pues una intervención de Tesla evitaría que Nissan cayera en manos de inversionistas que podrían desmantelarla o llevarla por un rumbo incierto.
A pesar de los rumores y movimientos estratégicos, Nissan enfrenta una cuenta regresiva. Si la reestructuración no ofrece resultados rápidos, la empresa podría entrar en un punto de no retorno. Las decisiones de las próximas semanas definirán su futuro y determinarán si logra mantenerse como un jugador relevante en la industria automotriz global o si terminará como una sombra de lo que alguna vez fue.
Cortesía de Xataka
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