La arqueología sigue sorprendiendo con hallazgos que nos obligan a replantearnos la historia de las civilizaciones antiguas. En Dinamarca, un equipo de arqueólogos ha desenterrado un enorme círculo de madera, una estructura ritual de al menos 4.000 años de antigüedad que podría estar conectada con los famosos monumentos de Stonehenge y Woodhenge en Inglaterra. Este descubrimiento sugiere que las sociedades prehistóricas compartían conocimientos y creencias en un área mucho más extensa de lo que se pensaba.
Un hallazgo inesperado en tierras danesas
El descubrimiento ocurrió en Aars, en la región de Jutlandia del Norte, cuando arqueólogos realizaban excavaciones previas a la construcción de un nuevo barrio residencial. Lo que en un principio parecía una alineación de agujeros de postes resultó ser una gran estructura circular de aproximadamente 30 metros de diámetro, formada por al menos 45 postes de madera. La sorpresa del equipo fue enorme al darse cuenta de que no se trataba de simples restos de viviendas o cercados antiguos, sino de un “woodhenge”, un tipo de monumento ritual que tiene claros paralelismos con los encontrados en el Reino Unido.
Estos círculos de madera eran utilizados por las sociedades neolíticas y de la Edad del Bronce para realizar rituales relacionados con el calendario solar, la agricultura y posiblemente la conexión con lo divino. Aunque aún no se ha determinado con precisión su fecha exacta, los investigadores estiman que se construyó entre el 2600 y el 1600 a.C., un periodo en el que monumentos similares se estaban levantando en diferentes partes de Europa.
¿Una conexión con Stonehenge?
Lo más intrigante de este hallazgo es su alineación con otros sitios rituales similares en Europa. Los arqueólogos han observado que el círculo danés comparte una orientación comparable con la de Stonehenge y Woodhenge, lo que sugiere que estos monumentos podrían haber sido construidos siguiendo principios astronómicos y religiosos comunes a las civilizaciones de la época.

Esta teoría refuerza la idea de que, en tiempos prehistóricos, las sociedades del norte de Europa no estaban aisladas, sino que mantenían contactos y transmitían ideas a través de redes de intercambio y migración. Algunas hipótesis sugieren que los constructores de estos monumentos compartían conocimientos sobre astronomía, ingeniería y rituales que trascendían las fronteras actuales de los países.
Para comprobar esta conexión, los investigadores planean realizar análisis de ADN en restos de madera hallados en el sitio. Si se encuentran similitudes genéticas entre los habitantes de Dinamarca y los constructores de Stonehenge, se podría demostrar que existió un flujo de población y cultura entre ambas regiones en la antigüedad.
Un paisaje ritual en el corazón de Dinamarca
Este no es el primer hallazgo de un “woodhenge” en Dinamarca, pero sí es uno de los más grandes y completos. La estructura se encuentra dentro de un área que ya ha revelado otras evidencias de actividad ritual, como una necrópolis con túmulos funerarios de la misma época y asentamientos humanos. Esto sugiere que el sitio formaba parte de un complejo ceremonial más amplio, en el que los habitantes de la región realizaban ofrendas, rituales solares y reuniones comunitarias.
Los arqueólogos también están buscando posibles “depósitos rituales”, objetos que podrían haber sido enterrados deliberadamente como parte de ceremonias. En otros “woodhenges” europeos se han encontrado armas, herramientas y restos de alimentos que indican prácticas religiosas y sociales complejas.
La construcción de estas estructuras de madera requería una planificación precisa y un esfuerzo considerable. Los postes, probablemente de roble, debieron ser cortados, transportados y alineados con una finalidad específica, lo que refuerza la idea de que estos sitios eran de gran importancia para las sociedades prehistóricas.

Reescribiendo la historia de la Europa prehistórica
Este descubrimiento aporta nuevas claves sobre la organización social y las creencias de las civilizaciones prehistóricas en Europa. Hasta ahora, Stonehenge ha sido considerado el principal testimonio de este tipo de construcciones rituales, pero la aparición de estructuras similares en Dinamarca refuerza la idea de que el fenómeno fue mucho más extendido de lo que se creía.
Además, los investigadores están analizando si existen evidencias de migraciones o intercambios de conocimiento entre Dinamarca y las Islas Británicas durante el Neolítico y la Edad del Bronce. Algunos estudios previos han demostrado que poblaciones del continente europeo viajaron hasta las islas británicas en esa época, lo que pudo haber contribuido a la construcción de monumentos como Stonehenge.
La posibilidad de que existiera un vínculo cultural entre las antiguas poblaciones de Dinamarca y Reino Unido cambia nuestra comprensión de la prehistoria europea y abre nuevas líneas de investigación sobre cómo las sociedades antiguas se organizaban, interactuaban y compartían sus creencias.
El futuro de la excavación
Las excavaciones en Aars continúan y los arqueólogos esperan encontrar más evidencias que ayuden a descifrar la función exacta del círculo de madera. Entre las pruebas que se realizarán, además del análisis de ADN, se incluyen estudios del polen fosilizado y restos de carbón, que pueden ofrecer pistas sobre el entorno en el que se construyó la estructura y la posible existencia de rituales de fuego.
Además, el equipo espera compartir los resultados con otros expertos en Stonehenge y sitios similares en Europa, con el objetivo de comparar datos y establecer conexiones más sólidas entre estos monumentos.
Por ahora, el “woodhenge” de Dinamarca sigue siendo un enigma fascinante, pero su descubrimiento ya está dejando una huella en la forma en que entendemos la interconexión de las civilizaciones prehistóricas. ¿Podría ser esta la prueba definitiva de que el Neolítico y la Edad del Bronce fueron periodos de intensa comunicación cultural en Europa? La historia aún se está escribiendo.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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