En la naturaleza, existen diversos entornos que no pueden combinarse debido a la incompatibilidad entre ciertas especies, lo que puede provocar la desaparición de algunas de ellas por completo.
Uno de estos casos ocurrió en la isla de Guam, una de las 14 regiones no incorporadas a Estados Unidos, donde se presentó una anomalía ecológica: hay hasta 40 veces más arañas que en las zonas boscosas de otras islas cercanas en el Pacífico. Esto se debe a la llegada inesperada de una criatura en la década de 1940.
La isla atraviesa un ciclo de transformación ecológica en el que su fauna nativa ha sido desplazada casi por completo por especies invasoras, como las serpientes arbóreas marrones. Además, la proliferación descontrolada de arañas ha modificado la fisonomía del ecosistema, creando un ambiente único que ha alterado de manera irreversible su biodiversidad.
Una serpiente invasora
Haldre Rogers, profesor asociado del Departamento de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Virginia Tech, fue entrevistado por la BBC y relató un descubrimiento ocurrido en 2019 tras más de 22 años estudiando la ecología de la isla.
Mientras asaba un cerdo en el exterior de un recinto en Guam, se encontró con un visitante inesperado: una figura marrón, brillante y escamosa, con ojos verticales y boca ancha, arrancaba trozos de carne del cerdo y los tragaba enteros.
Se trataba de una serpiente arbórea marrón, un invasor documentado que llegó a Guam en la década de 1940, probablemente oculta en un barco de carga. Desde entonces, ha provocado una aniquilación sin precedentes de la fauna local, eliminando casi todas las aves nativas, las cuales no contaban con mecanismos de defensa ante estos depredadores.
Como consecuencia, los bosques han perdido elementos clave, como el canto de las aves y su papel en la dispersión de semillas, un proceso fundamental para la regeneración de la vegetación.
Además, la ausencia de aves ha favorecido el crecimiento descontrolado de las poblaciones de arañas. La falta de depredadores ha permitido que estas se multipliquen y creen densas redes de telarañas a lo largo del bosque, transformando por completo su aspecto.
En particular, la especie Argyrodes ha sido una de las más beneficiadas, tejiendo estructuras descomunales que evidencian la alteración del ecosistema provocada por el desequilibrio ecológico.
La desaparición de las aves ha generado otros problemas. Muchos árboles no logran reproducirse, lo que ha ralentizado la regeneración natural y puesto en riesgo el ecosistema. Ahora, el suelo está cubierto de hojas secas y frutos caídos que no son consumidos, lo que impide la renovación de los espacios dejados por los árboles muertos.
Una isla peculiar
Si bien los investigadores han intentado controlar la población de serpientes mediante cebos envenenados y barreras a prueba de reptiles, el éxito ha sido limitado. Actualmente, se estima que hay más de dos millones de serpientes arbóreas marrones en la isla.
Esta especie ha demostrado ser extremadamente resistente, adaptándose a diversos métodos de erradicación, incluso en proyectos con los mejores recursos financieros. No obstante, en algunas regiones, como la base aérea de Andersen, se ha logrado reducir su presencia, aunque en la mayor parte de la isla sigue dominando el ecosistema.
Por ahora, el bosque continúa perdiendo diversidad y su red trófica se encuentra gravemente desequilibrada. Todo indica que la isla de Guam se dirige hacia una transformación irreversible, un fenómeno digno de estudio debido a la desaparición de especies nativas y la aparición de nuevas dinámicas provocadas por los invasores.
Este caso también plantea interrogantes sobre la fragilidad de los ecosistemas insulares y el impacto que pueden tener las especies invasoras en estos entornos.
Cortesía de Xataka
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