
En septiembre pasado, en del escándalo por el arresto de Ismael “el Mayo” Zambada”, el Gobierno de Estados Unidos desclasificó un memorando enviado en marzo de 1986 desde su Embajada en México al director del FBI en el que se consignan las sospechas sobre Manuel Bartlett, entonces Secretario de Gobernación, quien habría trabajado con los narcotraficantes que secuestraron y mataron a Enrique “Kiki” Camarena.
El homicidio en México en 1985
del agente de la DEA a manos de sicarios del capo Rafael Caro Quintero. Oficialmente, para la agencia antidrogas de Estados Unidos, Bartlett Díaz tuvo un grado de participación en el asesinato de su agente (al menos como testigo de la tortura), aun cuando el expriista lo ha negado una y otra vez. Un demonio de su pasado que parecía perseguirlo sin consecuencias, hasta ahora.
Se trata de un caso viejo que sigue despertando un apasionado interés entre oficiales de Estados Unidos, en particular de aquellos que han luchado contra los cárteles de la droga. El propio Caro Quintero recibió un trato especial el jueves de la semana pasada: fue recibido por docenas de agentes de la DEA en el aeropuerto que lo escoltaron como un “trofeo”, y en la corte de Nueva York el capo de capos del Cártel de Guadalajara fue esposado con unas esposas que pertenecieron en Kiki Camarena.
Esta redacción informó sobre la molestia de la Casa Blanca con las políticas energéticas de la 4T, impulsadas desde la administración de Andrés Manuel López Obrador y continuadas por Claudia Sheinbaum, que le apuestan a una mayor soberanía nacional respecto de la compra de combustóleos a Estados Unidos. Obra que ejecutó Barttlet como director de la Comisión Federal de Electricidad.
Con la creación de la Refinería Olmeca en Dos Bocas, por un lado, y por otro lado y principalmente, con la compra de CFE de 13 plantas eléctricas a Iberdrola, esa política ha sido exitosa y va por buen camino. Sin embargo, para la administración de Donald Trump no hay espacio para arranques soberanistas al sur de su frontera. De ahí que celebraran que con la designación de la ingeniera Emilia Esther Calleja en la CFE, México se apartaría del camino que comenzó Bartlett.
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Pero no ocurrió, Emilia Esther Calleja continúa el trabajo de Bartlett, lo cual no da garantía alguna sobre un futuro sin una investigación oficial en Estados Unidos contra el también exgobernador de Puebla. Al menos se comenta en los escaños del grupo parlamentario de Morena en el Senado de la República. Ahí los morenistas recuerdan que recientemente el exdirector de CFE amenazó con demandar a un periodista por confirmar el memorando de septiembre pasado y que tiene cuentas con la justicia estadounidense.
Se trata del corresponsal de la revista Proceso en la Casa Blanca, Jesús Esquivel, quien afirmó que en documento en del Departamento de Estado sobre el caso Camarena se menciona a Bartlett, aunque admitió si “tienen desarrollada o no los fiscales de ese país”. Y recordó que el caso Camarena, tan abierto que Caro Quintero fue un gran intercambio del gobierno de Sheinbaum al gobierno de Trump para acaso saciar su impaciencia ante la impunidad en México del narcotráfico que -asegura Trump- es responsable de la crisis de fentanilo que vive su país.
Cortesía de La Política Online
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