A veces, la historia se esconde bajo nuestros pies sin que nos demos cuenta. Esto es exactamente lo que ocurrió en High Tarns Farm, en Cumbria, noroeste de Inglaterra, donde un equipo de arqueólogos y voluntarios han desenterrado la mayor estructura de la era vikinga jamás encontrada en Gran Bretaña. El hallazgo, liderado por Grampus Heritage & Training Limited, ha revelado un gran salón de madera, de aproximadamente 50 metros de largo por 15 de ancho, lo que lo sitúa como un edificio de dimensiones colosales para su época.
El descubrimiento se produjo gracias a una combinación de imágenes aéreas, geofísica y excavaciones, que confirmaron la presencia de una estructura oculta bajo un campo aparentemente común. Aunque inicialmente se pensó que el edificio podría estar vinculado al cercano monasterio cisterciense de Holme Cultram, las pruebas de radiocarbono han demostrado que su origen es mucho más antiguo, datando entre el 990 y el 1040 d.C.. Esto sitúa al edificio en plena era vikinga, cuando los escandinavos no solo saqueaban las costas británicas, sino que también se establecían y formaban comunidades.
Una gran estructura vikinga en el corazón de Inglaterra
El tamaño y diseño de la estructura han llevado a los expertos a interpretar que no se trata de una simple vivienda, sino de un salón señorial vikingo, probablemente el centro de un gran complejo agrícola y productivo. En términos escandinavos, se asemejaría a un “manor farm”, una granja de alto estatus como las documentadas en Dinamarca y otras regiones de influencia vikinga.
La presencia de un horno de secado de grano y un pozo de producción de carbón vegetal refuerzan la idea de que este sitio no era solo un hogar, sino también un centro de producción agrícola y artesanal. A diferencia de los asentamientos urbanos vikingos, que han dejado más rastros en la arqueología británica, este descubrimiento aporta una valiosa visión sobre cómo vivían y trabajaban los vikingos en el ámbito rural.
La gran incógnita es quiénes pudieron haber habitado este edificio. Su tamaño sugiere que pertenecía a una figura de alto rango, posiblemente un caudillo o líder local con una gran red de vasallos y trabajadores a su servicio. En Cumbria, la influencia escandinava está bien documentada en la toponimia, el dialecto y la cultura, pero hasta ahora se habían encontrado pocos vestigios arquitectónicos que demostraran su presencia de manera tan tangible.

Excavaciones comunitarias: historia desenterrada por voluntarios
Uno de los aspectos más fascinantes de este proyecto es que fue realizado en gran parte por voluntarios locales, dirigidos por arqueólogos profesionales. Más de 50 personas dedicaron semanas a excavar el sitio, removiendo cuidadosamente la tierra para exponer los restos de la estructura.
Los trabajos se llevaron a cabo en el verano de 2024, en el marco del programa Farming in Protected Landscapes de DEFRA, que financia proyectos de conservación en áreas rurales británicas. Este enfoque permitió no solo desenterrar un trozo de historia, sino también involucrar a la comunidad en la preservación de su pasado.
La excavación confirmó la disposición de 10 grandes agujeros de postes, que habrían sostenido los enormes troncos de madera que formaban la estructura. Aunque el tiempo y la actividad agrícola han erosionado gran parte de los niveles de ocupación, los restos del edificio han sobrevivido lo suficiente como para reconstruir su diseño original.
Además del gran salón, se encontró un horno de secado de grano, una instalación clave para la producción de cereales, y un foso de producción de carbón, lo que sugiere que la finca no solo abastecía a sus habitantes, sino que también participaba en el comercio local.

El enigma de los vikingos en Cumbria
El descubrimiento de High Tarns Farm reabre un viejo debate en la arqueología británica: ¿por qué se han encontrado tan pocos edificios vikingos en Inglaterra? Mientras que en Escandinavia se han desenterrado grandes salones y fortalezas, en Gran Bretaña la mayoría de las evidencias vikingas provienen de objetos, inscripciones o tumbas, pero no de estructuras habitacionales.
La teoría más aceptada es que muchos asentamientos vikingos fueron reutilizados o construidos sobre ellos con el paso del tiempo, especialmente en zonas agrícolas como Cumbria. Además, las técnicas de construcción con madera y los suelos ácidos han dificultado la conservación de los restos.
Sin embargo, la influencia vikinga en la región es innegable. El hallazgo de High Tarns Farm refuerza la idea de que los vikingos no solo llegaron como invasores, sino que se establecieron y prosperaron en el interior de Inglaterra. Su legado aún perdura en nombres de lugares, costumbres y, ahora, en esta gran estructura desenterrada.

Un paso adelante en la historia vikinga británica
Este hallazgo marca un antes y un después en el estudio de la presencia vikinga en Gran Bretaña. La estructura de High Tarns Farm no solo es la mayor de su tipo encontrada en el país, sino que también ofrece una visión más detallada de la vida cotidiana de los escandinavos en suelo británico.
Las excavaciones han demostrado que este sitio fue un centro de producción agrícola y artesanal, un punto clave en la organización económica de la época. Si bien la ausencia de artefactos culturales limita algunas interpretaciones, los paralelos con estructuras vikingas escandinavas refuerzan la teoría de que se trataba de un asentamiento de élite.
Con este descubrimiento, Cumbria se suma a la lista de lugares clave en la historia vikinga de Inglaterra. Lo que antes se consideraba un período poco documentado en la región, ahora cobra una nueva dimensión gracias a una excavación que ha sacado a la luz una pieza perdida del pasado.
Referencias
Cortesía de Muy Interesante
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