Drones han capturado imágenes de los narvales usando sus impactantes colmillos para algo más de lo que la ciencia esperaba

El colmillo del narval ha sido un misterio para la comunidad científica, pues no se conocía completamente su “función“. Esta ballena del Ártico, apodada “el unicornio del mar“, es famosa por su diente en espiral que puede alcanzar hasta tres metros de largo. Tradicionalmente, los científicos asumieron que su función estaba relacionada con la competencia entre machos o la selección de pareja. Sin embargo, nuevas grabaciones con drones cambiaron por completo lo que se sabe sobre este peculiar diente,

Investigadores del Instituto Oceanográfico Harbour Branch de la Universidad Atlántica de Florida, junto con el Departamento de Pesca y Océanos de Canadá y comunidades inuit de Nunavut, lograron documentar por primera vez a los narvales mientras utilizaban sus colmillos de formas inesperadas. Y es que no solo era para cazar, sino también para explorar su entorno y hasta para jugar. Según la investigación publicada en la revista científica Frontiers in Marine Science, estas observaciones podrían redefinir la comprensión del comportamiento de los narvales y su capacidad de adaptación a un Ártico en constante cambio.

Golpes precisos y persecuciones submarinas

Uno de los descubrimientos más sorprendentes capturados por los drones es que los narvales utilizan su colmillo como una herramienta de caza. De acuerdo con la investigación, los científicos observaron a los narvales persiguiendo truchas árticas (Salvelinus alpinus) con movimientos rápidos y precisos mientras las golpeaban con el colmillo para aturdirlas e incluso matarlas.

Los videos analizados muestran cómo los narvales utilizan la punta del colmillo para manipular a su presa y ajustar su posición con una destreza impresionante. “Los narvales golpeaban a los peces varias veces en rápida sucesión, usando tanto la punta como el eje del colmillo“, explica el estudio.

En algunos casos, los golpes eran lo suficientemente fuertes como para incapacitar al pez antes de que fuera ingerido. Estos hallazgos son relevantes porque hasta ahora se creía que los narvales cazaban principalmente mediante succión y que tragaban a sus presas enteras en las profundidades del océano.

El colmillo también les sirve para investigar su entorno

No todo es caza. Según la universidad, los narvales también emplean sus colmillos para explorar objetos y su entorno. En varios casos, los investigadores observaron a los narvales realizar movimientos suaves y repetitivos con sus colmillos. Ellos estaban aparentemente viendo a los peces sin intención de cazarlos. Este comportamiento, descrito como “exploración de objetos“, sugiere que los narvales pueden aprender sobre nuevas presas o simplemente interactuando con su entorno por curiosidad.

El colmillo del narval es poroso y altamente inervado, lo que sugiere que podría tener funciones sensoriales“, señala el estudio. Algunas hipótesis previas sugieren que el colmillo podría servir para detectar cambios en la temperatura y salinidad del agua y así ayudar a los narvales a navegar en un Ártico que siempre esta cambiando por varios factores como la intervención humana o el cambio climático.

El juego también forma parte de la vida de los narvales

Uno de los aspectos más inesperados del estudio es la primera evidencia documentada de que los narvales juegan. Hasta ahora, el juego se ha registrado en mamíferos marinos como delfines y orcas, pero no en narvales. Sin embargo, los videos capturados por los drones muestran que algunos narvales golpean repetidamente a los peces sin intención aparente de cazarlos, lo que sugiere un comportamiento lúdico.

“Las interacciones de los narvales con los peces en algunos casos no mostraron intención de depredación, sino más bien parecían una forma de exploración o juego”

Este tipo de comportamiento es señal de que estos animales tienen una gran inteligencia y curiosidad y podría tener un papel en el aprendizaje social dentro de los grupos de narvales.

Además de los narvales y su presa, los investigadores captaron otro comportamiento interesante. Las gaviotas hiperbóreas (Larus hyperboreus) trataban de robar los peces que los narvales perseguían. Este fenómeno, conocido como “cleptoparasitismo”, ocurre cuando un animal intenta arrebatar la comida de otro en lugar de cazar por sí mismo.

“Las gaviotas parecían estar atentas a los movimientos de los narvales y se lanzaban sobre los peces justo antes de que los narvales pudieran alcanzarlos”

Aunque la mayoría de los intentos de robo fracasaron, en varias ocasiones los peces lograron escapar gracias a la intervención de las aves. Cabe mencionar que según la investigación, el calentamiento global podría estar alterando la disponibilidad de presas y generar nuevos encuentros entre especies, lo que obliga a los narvales a adaptar su comportamiento. El uso de drones fue muy importante en este estudio para revelar los comportamientos de los animales en su entorno natural sin perturbarlos.

Cortesía de Xataka



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