Millonario quiso vender su Ferrari Purosangue a los tres meses después de comprarlo, pero Ferrari se lo prohibió

Todd Carlson nunca imaginó que comprar un Ferrari Purosangue se convertiría en un problema legal. Tres meses después de adquirirlo en un concesionario de, Texas, Estados Unidos, intentó venderlo a un tercero. Sin embargo, la marca italiana bloqueó la transacción y ahora enfrenta una demanda por incumplimiento de contrato. El fabricante de superdeportivos argumenta que Carlson firmó un acuerdo de primer derecho de recompra, que le prohibía revender el vehículo en el mercado antes de un año. Esta medida busca evitar la especulación y garantizar que los autos lleguen a verdaderos entusiastas, no a inversionistas que solo buscan lucrar con la exclusividad.

El caso llegó a los tribunales de Texas el 3 de septiembre de 2024 según información de CarBuzz. Ferrari alega que Carlson ignoró la cláusula de recompra y puso en riesgo la imagen de la marca. La demanda establece que el comprador estaba obligado a ofrecer el vehículo primero al concesionario donde lo compró, al mismo precio que pagó. Si lo vendía a otra persona sin seguir este proceso, debía transferir cualquier ganancia a la marca italiana. Al no cumplir con estas condiciones, el fabricante emprendió acciones legales en su contra.

Esta estrategia no es nueva en la industria automotriz. Ferrari, Ford y otras marcas han implementado contratos similares para evitar que sus modelos más exclusivos terminen en manos de especuladores. Un caso similar ocurrió en 2017 con el actor y luchador John Cena, quien vendió su Ford GT apenas dos semanas después de comprarlo, lo que rompió un acuerdo de 24 meses. Ford lo demandó, y el actor tuvo que pagar una compensación que la marca donó a organizaciones benéficas.

El Ferrari Purosangue, con su motor V12 de 725 caballos de fuerza, es uno de los modelos más codiciados de la marca. Su producción limitada lo convierte en una pieza de colección y en un objetivo para revendedores que buscan ganancias rápidas. Ferrari insiste en que este tipo de restricciones protegen el valor de sus autos y garantizan que lleguen a clientes apasionados, no a especuladores. Pero este tipo de medidas también genera debate. ¿Hasta qué punto una marca puede controlar lo que un comprador hace con su auto después de adquirirlo?

El caso de Carlson plantea preguntas sobre la libertad del consumidor y el poder de las marcas en la industria de lujo. Si bien es cierto que Ferrari busca evitar la reventa abusiva, algunos críticos argumentan que estas cláusulas limitan la propiedad privada y benefician más a la empresa que a los compradores. ¿Es justo que alguien no pueda vender su propio automóvil cuando lo desee?

Ferrari Purosangue.

La lista negra de Ferrari

Ferrari no solo impone restricciones en la reventa de sus autos, sino que también mantiene una estricta lista negra de clientes que considera problemáticos. Ingresar a esta lista significa que la marca puede negarse a venderte un superdeportivo nuevo en el futuro, sin importar tu estatus o tu capacidad económica. La lista negra de Ferrari incluye a compradores que han intentado revender sus autos antes del plazo permitido, han modificado sus vehículos sin autorización o han utilizado su imagen de forma que la marca considera dañina. Entre los nombres más famosos que han sido vetados por la amrca italiana están celebridades como Justin Bieber y Deadmau5, quienes alteraron sus autos con diseños que la marca no aprobó.

El motivo detrás de esta política es claro: Ferrari no solo vende autos, vende exclusividad. Permitir que sus modelos caigan en la especulación o sean modificados de forma extrema podría afectar su prestigio. La marca quiere asegurarse de que sus autos sean tratados como piezas de colección y no como simples bienes de inversión. Sin embargo, este nivel de control también genera controversia, ya que muchos consideran que una vez que alguien compra un Ferrari, debería tener derecho a hacer con él lo que quiera. Aun así, la firma italiana sigue imponiendo sus reglas, dejando claro que comprar uno de sus modelos no es solo una cuestión de dinero, sino de lealtad a su filosofía.

Cortesía de Xataka



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