Momias, rituales y funerales: las prácticas de enterramiento a lo largo de la historia

Robespierre escribió en uno de sus discursos que “la muerte es el inicio de la inmortalidad”. Para los arqueólogos que estudian las tumbas del pasado, la máxima encierra una gran verdad: esos enterramientos funcionan como cápsulas del tiempo, un ámbar precioso que encierra un fragmento de vidas pasadas. Por ello, las prácticas funerarias ofrecen a los estudiosos una puerta de entrada fascinante a las creencias, las estructuras sociales y las cosmovisiones de las culturas a lo largo del tiempo. Desde los enterramientos más antiguos hasta las elaboradas momificaciones, los rituales que rodean la muerte revelan cómo las sociedades han lidiado con la mortalidad, lo divino y, sobre todo, la propia vida. En este artículo, exploraremos la evolución de estas prácticas en su diversidad.

Arqueología funeraria: un campo multidisciplinario

El estudio de las prácticas funerarias supone la colaboración de especialistas en distintas áreas. Es, por tanto, un campo multidisciplinario que incluye la arqueología mortuoria, la bioarqueología social y la antropología de la muerte. Estas disciplinas convergen para analizar los restos humanos y los contextos en los que se encuentran, y buscan comprender las dimensiones sociales, culturales y biológicas de la muerte. La información obtenida de los entierros antiguos es crucial para reconstruir aspectos de la vida pasada, como la salud, la dieta, las prácticas culturales y las relaciones sociales.

Los primeros enterramientos intencionales: ¿por qué son tan importantes?

Los primeros enterramientos intencionales llevados a cabo por los homínidos tienen gran relevancia para la historia. Son indicadores clave de la evolución del pensamiento simbólico y de la creciente preocupación social por el destino de los difuntos. Los neandertales, por ejemplo, realizaban entierros que sugieren un respeto por los muertos y una posible creencia en el más allá. Hallazgos en sitios como la cueva de Shanidar en Irak revelan restos neandertales dispuestos con cuidado y acompañados de ofrendas. Estos actos demuestran la existencia de una conciencia de la muerte, pero también una preocupación y cuidado por el destino de los individuos de la comunidad.

El descubrimiento del Homo naledi en Sudáfrica también ha generado un debate sobre la naturaleza las prácticas funerarias tempranas. Aunque la interpretación de sus enterramientos no está exenta de controversias, la evidencia sugiere que estos homínidos ya depositaban intencionalmente los cuerpos en cámaras subterráneas.

Vasos canopos y baúl egipcio
Vasos canopos egipcios y baúl que los contenía, Dinastía XII. Fuente: The Trustees of the British Museum

Ritos funerarios en el Antiguo Egipto: momificación y Más Allá

Momias para la eternidad

El Antiguo Egipto posee una de las culturas funerarias más famosas de la historia. Pirámides, sarcófagos y momias ocupan, en la cultura popular, el epicentro de sus elaborados ritos funerarios, diseñados para asegurar la supervivencia del difunto en el más allá. La momificación era un proceso central que implicaba la preservación del cuerpo a través de la deshidratación de los tejidos blandos y el embalsamamiento. Este proceso, que se realizaba sobre la parte material del sifunto, se complementaba con una serie de rituales complejos, como la Apertura de la Boca, que buscaban restaurar las capacidades sensoriales del difunto en el mundo de los muertos.

Textos funerarios: guías para el Más Allá

Los textos funerarios, como el archiconocido Libro de los muertos, proporcionaban a los difuntos las herramientas necesarias para navegar por el inframundo de manera segura. Estos textos contenían hechizos, oraciones y mapas que ayudaban al difunto a superar los peligros y alcanzar la vida eterna. La riqueza y complejidad de estos rituales reflejan la profunda preocupación de los egipcios por la vida después de la muerte.

Lápida antigua
Lápida. Fuente: Pixabay

Variedad de prácticas funerarias en el mundo antiguo

Más allá de Egipto, otras culturas de la antigüedad desarrollaron sus propias prácticas funerarias distintivas. En Mesopotamia, por ejemplo, como en muchas otras civilizaciones, los enterramientos presuponían la deposición de objetos personales y ofrendas. Esto reflejaba la creencia en una continuación de la vida terrenal en el más allá y enfatizaba, además, la responsabilidad de los vivos con los muertos, cuya memoria debían salvaguardar.

La inhumación no siempre fue el método elegido para tratar los restos humanos de los muertos. En la antigua Roma, por ejemplo, se prefirió la cremación durante mucho tiempo, hasta que la inhumación la sustituyó, a menudo acompañada de monumentos elaborados.

Detalle del monumento funerario de un obispo
Monumento funerario. Fuente: Pixabay

Influencia de las creencias religiosas y sociales en las prácticas funerarias

Las prácticas funerarias están intrínsecamente ligadas a las creencias religiosas y sociales de cada cultura. La disposición del cuerpo, los objetos que lo acompañan y los rituales realizados reflejan las concepciones sobre la muerte, el alma y el más allá. En algunas sociedades, los entierros reflejan la existencia de jerarquías sociales, con tumbas más elaboradas para los individuos de mayor estatus y deposiciones más sencillas para los miembros de la clase común.

Muerte y cultura material: una alianza arqueológica

El estudio de las prácticas funerarias nos ofrece una visión profunda de la diversidad y complejidad de las culturas humanas. Desde los primeros enterramientos intencionales hasta los elaborados rituales de momificación, todas estas prácticas reflejan la capacidad humana de dar sentido a la muerte y de crear sistemas de creencias que trascienden la existencia terrenal. La arqueología funeraria continúa revelando nuevos detalles sobre cómo las sociedades antiguas lidiaron con la mortalidad y cómo estas prácticas influyeron en la vida de la comunidad.

Referencias

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Cortesía de Muy Interesante



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