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- Autor, Redacción
- Título del autor, BBC News Mundo
“Un no disfrazado de sí”.
Así podría resumirse la respuesta de Vladimir Putin a la petición de Estados Unidos y Ucrania de instaurar un alto el fuego inmediato de 30 días, según Vitaliy Sevchenko, editor de Rusia de BBC Monitoring.
El presidente ruso afirmó este jueves estar de acuerdo “con la propuesta de cese de hostilidades”, pero añadió que esta “debe conducir a una paz duradera y eliminar las causas subyacentes de esta crisis”.
¿Cuáles son esas “causas subyacentes”?
Putin no las detalló explícitamente en su comparecencia ante los medios el jueves, antes de su reunión con el enviado de Donald Trump, Steve Witkoff.
Pero, desde el comienzo de la guerra en 2022, el presidente ruso ha dejado claro que su objetivo era “desmilitarizar y desnazificar” Ucrania y asegurarse de que se mantuviera neutral o, en otras palabras, mantener al país vecino fuera de la OTAN.
Y, posiblemente, algo más profundo aún, analiza Sevchenko: “La historia reciente sugiere que, para el presidente Putin, estas ‘causas subyacentes’ incluyen la propia existencia de Ucrania como Estado soberano libre de llevar a cabo su propia política interior y exterior”.
El presidente ruso tampoco enumeró públicamente cuáles son las demandas rusas para aceptar un hipotético alto el fuego.
Sin embargo, sí que se las habría hecho saber a la contraparte estadounidense, según medios como Bloomberg y Reuters, que citan personas cercanas a las negociaciones.
Según las fuentes con las que habló Reuters, funcionarios rusos y de EE.UU. discutieron sobre estos términos durante conversaciones personales y virtuales en las últimas tres semanas.
Y, aunque no ha trascendido qué es lo que Moscú habría incluido en la lista de demandas, las fuentes describieron las condiciones del Kremlin como “amplias y similares a las demandas que ha presentado anteriormente a Ucrania, Estados Unidos y la OTAN”.

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Esas condiciones antes habían incluido la no adhesión de Kyiv a la OTAN, un acuerdo para no desplegar tropas extranjeras en Ucrania, así como la desmilitarización del país, y el reconocimiento internacional de la soberanía rusa de Crimea y las otras cuatro provincias invadidas por Rusia.
Es decir, el sometimiento total de Ucrania, sin garantías de seguridad occidentales y sin rearme.
Ucrania quiere formar parte de la OTAN y de la Unión Europea; tanto es así, que está consagrado en su Constitución.
Trump, sin embargo, ya ha sembrado dudas sobre una hipotética entrada de Ucrania a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, mientras que Putin ha rechazado repetidamente la idea de Ucrania como Estado independiente.
El presidente ruso sí que enumeró el miércoles, sin embargo, una serie de “interrogantes” sobre cómo funcionaría la tregua que piden EE.UU. y Ucrania.
Putin planteó preguntas sobre lo que ocurriría en la región rusa de Kursk, una zona en la que Ucrania lanzó una incursión militar el pasado mes de agosto y de la que Rusia ha afirmado en los últimos días haber recuperado casi la totalidad del control.
Preguntó también si Ucrania aprovecharía el alto el fuego de 30 días para “movilizarse”, “rearmarse” y “entrenar a la población”, sobre todo a la luz de la situación en Kursk.
A continuación, el dirigente ruso inquiere sobre quién “vigilaría” el alto el fuego y se encargaría de determinar si alguien lo incumple.
Hay una diferencia, además, en las visiones de un alto el fuego que buscan ambos líderes.
Ucrania quiere dos fases: un alto el fuego rápido a la espera de negociar un acuerdo a más largo plazo. En cambio, Rusia cree que todo debe decidirse en un solo acuerdo.
Según Verstka, un medio opositor ruso, la intención del Kremlin es dar “formalmente” una “respuesta positiva” a la propuesta de alto el fuego, pero exigir “condiciones imposibles” que Ucrania no pueda aceptar.
De acuerdo con su fuente -que el Instituto para el Estudio de la Guerra considera una filtración intencionada de Moscú-, Putin estaría buscando de esa forma apartar a Ucrania de las conversaciones para que Rusia pueda entablar negociaciones en solitario con Estados Unidos, al tiempo que “corrige la situación en el frente” para reforzar la posición negociadora de Rusia.
Este viernes, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, criticó en la red social X a Rusia por “poner deliberadamente condiciones que sólo complican y alargan el proceso”, y aseguró que Putin “no puede salir de esta guerra, porque eso le dejaría sin nada”.
“Vladimir Putin no tiene ningún interés en detener la guerra ahora mismo, y lo ha dejado claro en su respuesta a la petición de Donald Trump de un alto el fuego inmediato”, analiza la corresponsal para Europa del Este de la BBC, Sarah Rainsford.

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El presidente ruso “no quiere insultar a Trump y quiere parecer razonable”, señala la corresponsal, “pero su prioridad es proteger los intereses de Rusia sobre el terreno”.
Y la prioridad más inmediata es poner fin a la incursión ucraniana en el óblast de Kursk, en el sur de Rusia, donde las tropas rusas han recuperado en las últimas semanas gran parte del territorio.
En su visita a los mandos militares en Kursk esta semana, el presidente Putin aseguró que quería derrotar a las fuerzas ucranianas “en el plazo más breve posible”.
Desde su red social Truth Social, Donald Trump aseguró que miles de soldados ucranianos “están completamente rodeados” por las tropas rusas en la región de Kursk, en una “posición muy mala y vulnerable”.
Según dijo, había pedido a Putin que “que les perdonara la vida”, añadiendo que “sería una masacre horrible,” a una escala “no vista desde la Segunda Guerra Mundial”.
Ucrania ha negado que sus tropas estén rodeadas en Kursk.
Putin, analiza James Landale, editor diplomático de la BBC, “puede estar ganando tiempo para intentar lograr un resultado militar decisivo en Kursk”.
Tanto Estados Unidos como Ucrania han dicho que la pelota está ahora “en el campo de Rusia”, pero Putin ha enviar esa pelota de vuelta.
Trump, “el hombre que siempre ha dicho que Rusia le escuchará, que entiende a Putin” se enfrenta ahora, según Sarah Rainsford, a la hora de la verdad: “Estados Unidos quiere el cese inmediato de los combates. Rusia, claramente, no”.
Rusia lanzó una invasión a gran escala en febrero de 2022 contra Ucrania, y ahora controla alrededor del 20% del territorio ucraniano.
Más de 95.000 combatientes que pelean en el lado ruso han muerto en la guerra, según los datos analizados hasta ahora y confirmados por la BBC. Se cree que el número real de muertos es mucho mayor.
El ejército ruso no ha revelado públicamente sus bajas en el campo de batalla desde septiembre de 2022, cuando dijo que habían muerto 5.937 soldados.
Ucrania actualizó por última vez sus cifras de bajas en diciembre de 2024, cuando Zelensky reconoció 43.000 muertes ucranianas entre soldados y oficiales. Los analistas occidentales creen que esta cifra está subestimada.

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Cortesía de BBC Noticias
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