La primavera está a la vuelta de la esquina y el calor ya nos está dando spoilers de lo que se vendrá más adelante. Por suerte, no todo está perdido y podemos hacer acciones para ayudar como ponerle un poco de agua a los perros de la calle o en árboles para las aves. O bien, cuidar nuestra piel para que no tenga efectos negativos a causa del sol tan intenso.
Así es, cuidar nuestra piel es crucial para la protección y el control de la temperatura corporal. De acuerdo con especialistas, si lo hacemos bien, podemos retrasar el envejecimiento y prevenir enfermedades, lo mejor de todo es que no es del todo necesario una inversión. Por ejemplo, algo que podemos añadir a nuestra rutina es tan simple como ponernos bloqueador solar diario, aunque es indispensable saber cuál elegir.
Qué tipos de bloqueador solar existen y para qué sirven
El bloqueador solar, o protector solar como también se le conoce, es un producto cuya función es la de proteger la piel, impidiendo el paso de los rayos UV directamente, y reduciendo su penetración con la finalidad de que no perjudiquen nuestros tejidos o células. Es como si tuviéramos una capa de plástico encima de nuestra piel, pero que nos protege de posibles enfermedades a causa del sol.
De hecho, la importancia del protector solar recae en la capa de seguridad que ofrece en contra de los rayos UVB, que son los causantes de las quemaduras en la piel; así como de los UVA, que ocasionan la pérdida de elasticidad, arrugas y otros efectos relacionados al fotoenvejecimiento. Además, el Factor de Protección Solar (FPS), es el nivel de protección que ofrece el bloqueador contra las radiaciones.
Sobre esto último, si vas a comprar algún protector, asegurate que el FPS mínimo dea de 30. Este tipo bloquea el 97% de los rayos UVB del sol. Mientras que los FPS más altos son solo un poco más eficaces, aunque no debes confundirte y creer que entre mayor número, te protegerá mejor.
En México, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) reconoce que existen dos tipos de mecanismos y se diferencian de acuerdo al tipo de sustancia química con que estén elaborados. Los primeros son los físicos o inorgánicos, que reflejan totalmente la radiación e impiden que entren a la piel, protegiéndonos contra los rayos UVA y UVB: los químicos u orgánicos, absorben la radiación y transforman en otro tipo de energía que no sea dañina para la piel, aunque es más eficaz solo contra los rayos UVB.
Debes saber que la diferencia principal es que la radiación UV tiende a elevar la temperatura corporal y puede causar que la piel se engruese y endurezca; por otro lado, la reflexión evita que penetren dentro de las capas de la piel en donde los daños pueden ser serios.
Otro tipo son los bronceadores y están diseñados para permitir una mayor penetración de los rayos UVA, gracias a sus activos aceleradores del bronceado, lo que reduce el tiempo de exposición al sol para lograr el mismo efecto, aunque existen algunos que incluyen protección solar. Debes saber que su intención es broncearte, por lo que lo ideal es utilizar productos dermatológicos, puesto que de otro tipo podrían ocasionarte lesiones o quemaduras.
Cortesía de Xataka
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