Desde hace siglos, los astrónomos han intentado descifrar la verdadera naturaleza del universo. Pero, ¿y si todo lo que creemos saber estuviera equivocado? Una reciente observación del Telescopio Espacial James Webb (JWST) ha llevado a algunos científicos a sugerir una hipótesis radical: nuestro universo podría estar atrapado dentro de un agujero negro.
Este hallazgo proviene de un estudio liderado por Lior Shamir, de la Universidad Estatal de Kansas, quien analizó 263 galaxias en la Advanced Deep Extragalactic Survey (JADES) del JWST. Su equipo encontró que dos tercios de estas galaxias giran en la misma dirección, en lugar de distribuirse aleatoriamente, como cabría esperar en un universo sin una orientación preferida. Esta asimetría podría tener profundas implicaciones para nuestra comprensión del cosmos y apoyar teorías que llevan décadas en debate.
¿Qué significa que las galaxias giren en la misma dirección?
Para la cosmología estándar, el universo no debería tener una dirección de giro predominante. En un espacio que surgió del Big Bang, los movimientos galácticos deberían distribuirse de manera aleatoria. Sin embargo, los datos del JWST no encajan con esta suposición. Según Shamir, el número de galaxias que rotan en la misma dirección es tan alto que se puede notar a simple vista”.
Si este patrón no es un error de observación, existen dos explicaciones posibles. La primera sugiere que el universo nació girando, lo que implicaría que las teorías actuales sobre su formación son incompletas. La segunda posibilidad es que este patrón sea solo un efecto óptico debido a la velocidad de rotación de la Vía Láctea, lo que obligaría a recalibrar las medidas de distancia en el universo.

¿Estamos dentro de un agujero negro?
Una de las hipótesis más intrigantes para explicar esta observación es la llamada cosmología de agujero negro. Esta teoría propone que el universo observable es en realidad el interior de un agujero negro que existe dentro de un “universo padre” más grande.
Este concepto no es nuevo. El físico Raj Kumar Pathria y el matemático I. J. Good propusieron en los años 70 que el “horizonte de eventos” de un agujero negro —el límite a partir del cual nada puede escapar— podría ser equivalente al horizonte del universo observable. Es decir, lo que percibimos como el universo podría ser simplemente una región sellada dentro de un agujero negro.
Además, los agujeros negros rotan y su eje de rotación podría influir en la dinámica del universo que contienen. Esto significaría que la asimetría en la rotación de galaxias observada por el JWST podría ser una huella de nuestro “universo madre”.

Un gran impacto en la cosmología actual
Si el universo estuviera dentro de un agujero negro, las leyes físicas podrían ser diferentes a lo que suponemos. Este modelo podría ofrecer respuestas a algunos de los problemas sin resolver en cosmología, como la expansión acelerada del universo o la naturaleza de la energía oscura.
Incluso hay teorías que sugieren que cada agujero negro en nuestro universo podría ser la semilla de un “universo bebé” dentro de su propio horizonte de eventos. En este caso, nuestro universo podría haber nacido de un agujero negro en un cosmos más grande, y los agujeros negros dentro de nuestra propia galaxia podrían ser portales a otros universos.
Sin embargo, esta idea no está exenta de desafíos. La teoría de la relatividad general de Einstein predice que el interior de un agujero negro colapsaría en una singularidad, un punto de densidad infinita. Pero algunos físicos, como Nikodem Poplawski, han propuesto que una propiedad del espacio-tiempo llamada torsión evitaría este colapso, permitiendo que el universo “rebote” y se expanda.

¿Cómo se puede comprobar esta teoría?
Para confirmar si el universo realmente está dentro de un agujero negro, los astrónomos necesitarán más observaciones. En particular, es crucial analizar si la asimetría en la rotación de las galaxias se mantiene en otras regiones del universo. Si el JWST sigue detectando este patrón en distintas direcciones del cielo, la idea de una orientación preferida en el cosmos ganaría peso.
Por otro lado, los físicos teóricos deberán revisar sus modelos sobre los agujeros negros para determinar si es posible que nuestro universo sea el interior de uno de estos objetos cósmicos. Si este modelo es correcto, no solo cambiaría nuestra visión del universo, sino que plantearía la posibilidad de que nuestro cosmos sea solo uno entre una infinita cadena de universos interconectados.
Referencias
- Lior Shamir. The distribution of galaxy rotation in JWST Advanced Deep Extragalactic Survey. Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (2025). DOI: 10.1093/mnras/staf292.
Cortesía de Muy Interesante
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