El triunfal regreso de los astronautas ‘atrapados’ en el espacio: Suni y Butch logran volver a la Tierra tras nueve meses de odisea espacial

Esta debía ser la historia de una misión rutinaria, de una prueba técnica sin demasiada gracia, de uno de esos viajes que pasan prácticamente desapercibidos. Pero a veces el destino es caprichoso y se conjura para convertir una historia corriente en algo inesperadamente épico y, por qué no decirlo, digno de la gran pantalla de Hollywood. Este ha sido el caso del viaje de los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, que en junio del año pasado partieron para una misión espacial de ocho días que se ha acabado alargando más de nueve meses y medio. Su odisea espacial ha terminado por fin este martes cuando, tras 288 días en el espacio, han logrado volver sanos y salvos a la Tierra. Tras el ansiado amerizaje de su nave, estos viajeros espaciales ponen fin a una travesía marcada por la espera, el suspense y las pugnas políticas y empresariales que se gestan a la sombra de la exploración espacial.

El triunfal regreso de Butch y Suni a su planeta madre se ha producido este martes alrededor de las once de la noche (hora peninsular española). Ha sido entonces cuando la nave en la que viajaban, la Crew-10 de SpaceX, ha se ha posado con éxito frente a las costas de Florida poniendo así fin a su (casi) interminable viaje. La imagen de su llegada ha desatado la euforia en la sala de control. Un equipo de rescate se prepara ya para sacarlos de la cápsula con la que han regresado a la superficie terrestre junto a otros dos astronautas, Nick Hague y Aleksandr Gorbunov. También hay un equipo médico esperando para realizarles un chequeo y comprobar su estado. Después, todo apunta a que estos viajeros espaciales se reunirán con sus familias y, tras esos ansiados abrazos, comparecerán para narrar su apasionante historia. 

Operación de rescate

La historia de esta odisea espacial moderna empieza el 5 de junio de 2024, cuando Butch y Suni despegaron a bordo del primer vuelo espacial de la nave Starliner de Boeing. Su objetivo era algo tan sencillo, modesto y a su vez importante como demostrar que este vehículo espacial estaba capacitado para transportar astronautas a la Estación Espacial Internacional. Porque de ser así, la empresa podía poner a disposición de las grandes agencias espaciales del mundo sus servicios de transporte y, de esta manera, competir con los vehículos SpaceX. El desarrollo de la nave Starliner acumuló años de retrasos y problemas técnicos pero cuando por fin despegó todo apuntaba a que su vuelo iba a ser un éxito total y que, de hecho, iba a abrir las puertas a muchos más. Pero no fue así. 

Vista de la nave Starliner acoplada a la Estación Espacial Internacional. / NASA / AP

Ya durante su primer vuelo, Butch y Suni detectaron varios problemas técnicos en la Starliner. Tanto fue así que incluso tuvieron que desactivar temporalmente los sistemas automáticos y asumir los mandos manuales de la nave mientras, desde la sala de control, se intentaba averiguar la naturaleza del problema. Cuando por fin lograron llegar a la Estación Espacial Internacional, los responsables de la misión descubrieron que la Starliner sufría una fuga de helio que comprometía sus sistemas de propulsión. También se detectaron fallos graves en al menos cinco de sus motores. Tras varios análisis y aún más intentos de reparación, finalmente se determinó que la nave no era segura para regresar a la Tierra y que, por lo tanto, Butch y Suni debían quedarse en el espacio hasta que se encontrara una solución para su regreso.

La nave con la que viajaron al espacio sufrió una fuga de helio y un fallo en sus motores, por lo que se decidió que no era seguro utilizarla de nuevo

El destino de Butch y Suni se quedó en un limbo durante semanas. Aunque su despegue se realizó inicialmente bajo el paraguas de Boeing, la NASA acabó asumiendo el liderazgo de su misión ya que, según establece la normativa espacial, es esta entidad quien debe salvaguardar el bienestar de los astronautas ante este tipo de incidentes. En un primer momento se especuló con que Boeing enviaría otra Starliner al rescate, pero la opción se descartó rápidamente. También se exploró la posibilidad de realizar la operación de ‘rescate’ mediante una nave Soyuz rusa, aunque la logística se acabó complicando. Finalmente, tras semanas de debate, se determinó que la solución más segura (y económica) era esperar el lanzamiento de una de las misiones ya pactadas con SpaceX hacia la Estación Espacial Internacional para traer de vuelta a los astronautas ‘varados’. 

Los astronautas Sunita Williams y Barry Wilmore (arriba), los viajeros 'atrapados' en el espacio, cenan junto a Nick Hague and Donald Pettit a bordo de la Estación Espacial Internacional.

Los astronautas Sunita Williams y Barry Wilmore (arriba), los viajeros ‘atrapados’ en el espacio, cenan junto a Nick Hague and Donald Pettit a bordo de la Estación Espacial Internacional. / NASA

Tormenta política

Este incidente espacial ha acabado desatando una sonora pugna política y empresarial entre todos los agentes implicados en esta rocambolesca historia. Boeing, que otrora llegó a dominar la industria aeroespacial, vio cómo su credibilidad se desmoronaba frente al ascenso de la empresa de Musk, que no solo se adelantó con su programa espacial sino que, encima, se encargó de rescatar a los astronautas que se quedaron ‘colgados’ por el fallo de Boeing. La NASA, por su parte, se vio atrapada en medio de esta disputa con el aliciente de que, además, es esta entidad la que en un principio se había comprometido a financiar el desarrollo de estas dos naves espaciales para que, a la larga, se pudieran reducir los costes derivados del transporte de sus astronautas al espacio. Una filosofía que, por ahora, ha salido bien en el caso de la Crew Dragon de SpaceX y que, visto lo visto, aún no ha funcionado con la Starliner de Boeing.

El incidente espacial ha desatado una pugna política y empresarial que ha involucrado hasta a Trump, Musk y Biden

La historia de estos astronautas también se vio envuelta en medio de una tormenta política cuando  Donald Trump, en plena campaña electoral, aprovechó el incidente para atacar a la administración Biden y acusar al entonces presidente de “dejar abandonados” a Butch y Suni por “intereses políticos”. Incluso se llegó a acusar a los demócratas de entorpecer las labores de rescate para así quitarle poder a Musk, que ya entonces remaba en el equipo trumpista. Esta guerra de acusaciones cruzadas fue rápidamente desmentida por los responsables de la misión, quienes recordaron que su única prioridad era asegurar un regreso seguro para los astronautas. Butch y Suni, por su parte, también negaron sentirse utilizados en un juego político y aseguraron en múltiples ocasiones sentirse “abandonados” en el espacio.

Cortesía de El Periodico



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