Científicos chinos ha desarrollado un motor de detonación capaz de impulsar aeronaves a velocidades hipersónicas. De acuerdo con un estudio publicado en Chinese Journal of Propulsion Technology, puede alcanzar velocidades Mach 16 (es decir, de hasta 20,000 km/h). Es tan rápido que puede dar la vuelta al mundo en tan solo dos horas.
El motor tiene dos modos de funcionamiento: a velocidades inferiores a Mach 7 utiliza una detonación rotatoria que genera un empuje constante, mientas que a velocidades superiores adopta una detonación oblicua que focaliza la energía para mantener el impulso. Esta tecnología promete estabilizar la aeronave y optimizar el consumo de combustible.
¿Cómo funciona?
Según el estudio publicado en 2023, el equipo explicó que cuando la velocidad está por debajo de Mach 7, el aire del exterior se mezcla con el combustible y se enciende, lo que genera una onda de choque durante la rotación. De acuerdo con South China Morning Post, esto proporciona un empuje potente y continuo al avión.
Cuando la velocidad supera Mach 7, la dinámica del motor cambia. La onda de choque deja de rotar y se concentra en una plataforma circular en la parte trasera del motor. El combustible se autodetoniza al alcanzar esa plataforma debido a la alta velocidad del aire entrante. Esto genera una detonación oblicua en línea recta que mantiene el empuje.
Una de las ventajas clave de este motor es su alta eficiencia termodinámica. Se estima que la detonación puede convertir hasta el 80% de la energía química del combustible en energía cinética, en comparación con el 20% a 30% que se logra en motores convencionales basados en combustión continua. Esto se debe a que la detonación ocurre casi a volumen constante, lo que mejora significativamente la conversión de energía.
Plano de un motor de vuelo hipersónico que combina el accionamiento por detonación rotativa y oblicua.
Imagen | Instituto de Maquinaria Eléctrica de Beijing.
Una nueva era de la aviación hipersónica
De ser viable para su producción a gran escala, esta tecnología podría redefinir la industria aeroespacial a nivel mundial. Su adopción tendría aplicaciones significativas tanto en el transporte comercial, los viajes espaciales. Pero sin duda lo que genera dudas son su posibles aplicaciones militares, ya que se trata de un motor capaz de eludir los sistemas de defensa tradicionales.
Aunque los resultados teóricos y las pruebas en laboratorio fueron prometedores, aún quedan retos importantes antes de que esta tecnología pueda integrarse en aviones operativos. Los desafíos técnicos incluyen la gestión de las altas temperaturas y las presiones extremas generadas por las detonaciones, así como la necesidad de garantizar la fiabilidad y seguridad en condiciones de vuelo reales.
Cortesía de Xataka
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