Alemania: Merz presentó el acuerdo de gobierno con los socialdemócratas

El futuro canciller alemán, el conservador Friederich Merz, reveló este miércoles su acuerdo de gobierno con la socialdemocracia para “hacer avanzar Alemania“, un país que se enfrenta a “retos históricos“, desde el conflicto en Ucrania hasta el impacto de la guerra comercial emprendida por el presidente estadounidense, Donald Trump.

“Estamos ante una Alemania con un Gobierno capaz de actuar y fuerte“, afirmó Merz, líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU), al presentar el acuerdo alcanzado un mes y medio después de las elecciones generales del 23 de febrero.

“Nos jugamos mucho. El futuro de nuestro país, de nuestra gente y de Europa“, afirmó el líder conservador, destacando que este Gobierno enfrentará “crecientes tensiones políticas globales“, como la resolución del conflicto en Ucrania y el aumento de las “incertidumbres económicas”.

Tras revelar el acuerdo, Merz expresó su deseo de que “el nuevo gobierno pueda empezar a trabajar a principios de mayo“. Según declaró el futuro jefe del Gobierno, la hoja de ruta para los próximos cuatro años se elaboró después de unas negociaciones “llevadas a cabo en un contexto de crecientes tensiones políticas mundiales (…) en el que muchas fuerzas, dentro y fuera del país, trabajan contra nosotros en Alemania”

“Tenemos ante nosotros un plan sólido con el que podemos hacer avanzar de nuevo juntos a nuestro país”, destacó el líder democristiano, quien subrayó la importancia del “centro político” como la única vía para “resolver los problemas” pendientes y abordar retos como el estancamiento económico o el refuerzo de la seguridad.

Un mes y medio después de las elecciones, el bloque conservador, formado por la CDU y la Unión Social Cristiana de Baviera (CSU), se prepara para tomar las riendas de la mayor economía europea, esta vez en alianza con el SPD del canciller saliente, Olaf Scholz.

En cuanto a la distribución de ministerios, la CDU asumirá siete carteras clave, incluyendo Economía y Energía, Asuntos Exteriores, Educación, Sanidad, Transporte y el nuevo Ministerio de Digitalización. El SPD retendrá Finanzas y Defensa, este último con la posible continuidad de Boris Pistorius como ministro.

Alemania regresa a la “Grosse Koalition” (gran coalición en alemán), una fórmula que, aunque no era la preferida por la CDU y el SPD durante la campaña, se ha convertido en la única opción viable para asegurar un gobierno estable y evitar que la ultraderecha se convierta en la principal fuerza política del país.

Durante su mandato, la ex canciller Angela Merkel recurrió a esta coalición en doce de sus 16 años al frente del Gobierno, con Scholz como su número dos. El canciller saliente ya anunció que no formará parte del nuevo gobierno, aunque continuará como diputado en el Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento.

El nuevo ejecutivo enfrentará varios desafíos, entre ellos revitalizar una economía en recesión desde hace dos años, frenar el crecimiento del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y fortalecer la defensa europea, especialmente frente al distanciamiento de Estados Unidos.

El contrato de coalición de 140 páginas destaca los “retos históricos” que enfrenta Alemania. Promete un “apoyo total” a Ucrania, tanto en el ámbito militar como diplomático, y prevé un incremento considerable del gasto en defensa en los próximos años.

La urgencia es palpable, especialmente ante el ascenso del AfD, que se coloca como primer partido en las encuestas tras las elecciones del 23 de febrero. Según un sondeo de Ipsos, AfD lidera ahora las intenciones de voto con un 25 por ciento de los apoyos, mientras que los conservadores alcanzan un punto porcentual por debajo de ellos.

Cuestiones de urgencia

La política migratoria fue uno de los grandes temas de la campaña electoral, con todos los principales partidos abogando por restringir la llegada de extranjeros. El acuerdo establece una política migratoria más restrictiva, que incluye el fortalecimiento de los controles fronterizos, la repatriación de inmigrantes irregulares y la suspensión de la reunificación familiar. Merz también adelantó que la ley de ciudadanía se modificará para que la naturalización vuelva a requerir cinco años en lugar de tres.

“Habrá controles en las fronteras nacionales y también rechazos de solicitudes de asilo. Lanzaremos una ofensiva de repatriación, pondremos fin a los programas de admisión voluntaria, suspenderemos la reunificación familiar y aumentaremos significativamente el número de países de origen seguros”, explicó el futuro canciller.

Merz promete que estos cambios forman parte de un “nuevo rumbo para la política migratoria”, que ponga fin a la inmigración ilegal y suspenda la reagrupación familiar. “La seguridad y el orden vuelven a ser una prioridad en la política alemana“, enfatizó en un mensaje en su perfil de X.

Durante el acto de presentación, el presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, Markus Söder, señaló que Alemania volverá a antes de 2015 cuando la entonces canciller Merkel “abrió las puertas del país a más de un millón de refugiados”.

En el ámbito de la defensa, otro de los reclamos fundamentales durante la campaña, se plantea la renovación del servicio militar, que seguirá siendo voluntario, y la creación de un Consejo de Seguridad Nacional y un gabinete de crisis dentro de la Cancillería.

En tiempos de recesión, el acuerdo también propone medidas para fortalecer la competitividad económica de Alemania, como incentivos fiscales para la innovación y la inversión, y una reducción de impuestos. Además, se busca modernizar el Estado, creando un Ministerio de Digitalización y reduciendo el tamaño de la Administración federal en un 8 por ciento, en los cuatro años del término.

La economía alemana, muy dependiente de las exportaciones, es una de las más expuestas a las consecuencias de los nuevos aranceles estadounidenses. El gobierno de coalición tripartito de Scholz se hundió a principios de noviembre debido a las diferencias presupuestarias insalvables entre su partido y los demás miembros de su “coalición semáforo”, Los Verdes y el Partido Democrático Libre, por lo que maniobrar el desafío económico será una de las claves para el gobierno de la gran coalición.

Un mensaje a Trump

Durante el acto, Merz envió un mensaje claro al presidente estadounidense: “Alemania está de vuelta, cumplirá con sus compromisos de defensa y está dispuesta a reforzar su competitividad”. También reafirmó que Alemania se posicionará como un socio fuerte dentro de la Unión Europea y trabajará para hacer avanzar el bloque comunitario.

El co-líder del SPD y probable futuro ministro de Finanzas, Lars Klingbeil, destacó la importancia de este momento histórico: “En los próximos meses, se decidirá el papel de Alemania y Europa en el redimensionamiento del mundo“. Lo que hace falta ahora, dijo, es un “Gobierno estable“, que comenzará con un “histórico” paquete financiero de 500.000 millones de euros para modernizar la infraestructura y proteger el clima, y un presupuesto casi ilimitado para la defensa.

Sin embargo, el futuro jefe de gobierno ha sido muy criticado en Alemania, incluso dentro de su propio partido, por haber reformado el “freno de la deuda”, que limita la capacidad de endeudamiento del país para gastos militares y regionales, a pesar de haber prometido no tocarlo.

Cortesía de Página 12



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