Si hay un lugar en el mundo donde los cenotes ―Ts’ono’ot, en maya― son protagonistas, es en la península de Yucatán. Se estima que hay entre 2,400 y 8,000 de estas cavidades naturales, formadas por el colapso de la roca caliza que oculta un sistema de ríos subterráneos.
Su origen se remonta al impacto del meteorito de Chicxulub, hace 66 millones de años (en el que se cree desaparecieron los dinosaurios), que creó un cráter de 180 kilómetros de diámetro, dejó una capa de roca caliza y formó el famoso Anillo de Cenotes.
Para los mayas, estos pozos de agua cristalina eran mucho más que fuentes de vida: eran portales al inframundo, entradas a Xibalbá, el reino de los dioses y los espíritus, ahí solo los elegidos por los dioses podían entrar. Durante siglos, las mujeres fueron excluidas de estos espacios, pues se decía que su presencia podía “contaminar” el agua, especialmente si estaban menstruando. Para su cosmovisión, el agua de los cenotes debía mantenerse pura, ya que era el medio a través del cual se comunicaban con los dioses.

En Valladolid, visitamos Muúk Karant, un cenote de 60 metros de diámetro y aguas turquesa hipnóticas, iluminado por la luz que se filtra desde lo alto. Descubierto por exploradores en la selva, su acceso fue facilitado con escaleras de piedra que conducen a un entorno casi mágico. Además de Muúk, el sitio alberga otros tres cenotes, algunos abiertos y otros ocultos en cavernas, con una biodiversidad impresionante.
Nadar en sus aguas es sentir la historia en la piel. Para los mayas, eran portales sagrados; hoy, aunque los rituales han cambiado, la sensación de asombro sigue intacta.

Lo que debes comer en Valladolid, Yucatán:
- Papad’zul – Huevo duro, tortilla de maíz, crema de semilla de calabaza y sofrito de tomate y cebolla.

- Sopa de lima – Caldo de pollo con lima agria, jitomate y tiras de tortilla crujiente.

- K’éek’ en Píibil – Cochinita pibil: cerdo en achiote, naranja agria y hoja de plátano.
- Longaniza de Valladolid – Embutido con achiote y especias, frijol, ensalada y chiltomate.

- Camarón Xibalba – Camarón salteado con chile quemado y especias, tortilla, arroz y chaya.
- Camarón Ix Cat Ik – Camarón salteado, crema chile ixcatik y salteado chaya.

Visitar los cenotes en Valladolid, Yucatán es un viaje al corazón del mundo maya, conectar con una historia milenaria, con rituales que aún resuenan bajo la superficie. Y tras el baño sagrado, nada mejor que probar los sabores de la región. En Valladolid, cada cenote y cada platillo cuentan una historia que vale la pena descubrir. En cuánto puedas, lánzate, no te vas a arrepentir.
Cortesía de Chilango
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