Un día cualquiera, un conductor abre el cofre de su nueva Ram 1500 para revisar el aceite. Pero algo falta. Busca del lado del motor donde toda la vida ha estado ese pedazo de metal flexible con mango amarillo. No está, no hay varilla. En su lugar, la computadora del vehículo le da una lectura digital en la pantalla central del tablero. El cambio puede parecer menor, pero marca una transformación profunda en la forma en que los fabricantes quieren que interactuemos con nuestros autos.
Los primeros en notarlo fueron propietarios de SUVs Jeep y camionetas Ram con el nuevo motor Hurricane de seis cilindros biturbo. El sistema tradicional de revisión manual fue eliminado. En su lugar, el nivel de aceite se mide por un sensor que envía datos al sistema de infoentretenimiento. No es un invento nuevo. Mercedes-Benz y BMW lo aplican hace años, y MINI también se sumó. Pero hasta ahora, los fabricantes estadounidenses se habían resistido. ¿Por qué ahora?
La respuesta no está solo en la tecnología, sino en un cambio cultural. El consumidor moderno ya no quiere ensuciarse las manos. Prefiere ver el estado del motor en pantalla, sin abrir el cofre. Además, los sensores ofrecen lecturas más precisas. No dependen del ángulo, la temperatura o si el coche está nivelado. Pueden alertar automáticamente si algo va mal, incluso desde la aplicación del auto. Parece un avance, pero no todos están convencidos.
Entre los conductores de camionetas, la desaparición de la varilla de aceite ha sido un escándalo. HuntFordChrysler, creador de contenido especializado, publicó un video sobre la RAM 1500 sin varilla y explotó lso comentarios en redes. La mayoría negativos. Muchos propietarios afirman que no confían en un sistema que no pueden verificar por sí mismos. Quieren ver el aceite, tocarlo, juzgarlo con sus propios ojos. No creen que una computadora pueda hacerlo mejor.
RAM 1500 en México.
Hay otro argumento que no se puede ignorar. Los fabricantes quieren menos intervención del usuario. No quieren que alguien rellene con el aceite incorrecto. No quieren errores por exceso de llenado. Y tampoco quieren que un conductor sin conocimientos se meta debajo del cofre de un híbrido con alto voltaje. La varilla representa un punto de entrada al motor. Sin ella, el usuario queda fuera. Es un acto de control, no solo de tecnología.
Esto puede tener sentido para algunos temas de garantía. Muchos dueños ni siquiera saben cómo revisar el aceite y hacerlo mal podría ser un gran problema, así que mientras el sensor sea confiable, la función se cumple. Sin embargo, aún hay razones para tener una varilla: la independencia, este componente permite comprobar por cuenta propia y, sobre todo, nos ayuda a no depender de un software que pueda fallar sin previo aviso.

Revisar el aceite no será como antes.
El fondo de todo esto no es una simple pieza de metal. Es un símbolo de transición. De cómo los autos pasaron de ser máquinas con las que uno se involucraba físicamente, a ser plataformas digitales que reportan todo por pantalla. Puede que sea el futuro, pero no todos están listos para renunciar a la vieja costumbre de sacar la varilla, limpiarla y ver el aceite por sí mismos. Porque en ese gesto, tan sencillo, todavía hay algo de confianza.
Cortesía de Xataka
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