Este mayo, el libro seleccionado como “Libro del mes” es “Niñapájaroglaciar” de Mariana Matija, una serie de pequeños ensayos en torno a nuestra relación con la naturaleza.
Como cada mes, comentaremos este libro en nuestro Club de lectura el 4 de junio en la librería La Americana (Iztaccihuatl #36), a las 7:00 pm. El club tiene un costo de $180 pesos. Para más información e inscripciones en libro.chilango.com o a [email protected].
Con la curiosidad y la mirada de una niña, en este libro Mariana Matija se pregunta sobre la forma en la que nos relacionamos con la naturaleza. Comienza relatando una excursión que hizo al glaciar Poleka Kasué (ahora renombrado nevado Santa Isabel) en Colombia. Allí presenció un glaciar, un glaciar que moría y formaba una laguna con sus aguas perdidas.
Hace una preciosa analogía con el término “laguna mental”, estos charcos y la memoria del planeta. La Tierra como un enorme cerebro, con su propio lenguaje, con su memoria, con sus experiencias. Y a lo largo del libro, la autora cuenta cómo estamos formando lagunas, a la Tierra se le está olvidando cómo comunicarse, la estamos enfermando, como un caso de alzheimer forzado, una tragedia.

“Niñapájaroglaciar” repiensa nuestra experiencia con los árboles, con los animales, y muestra cómo hemos olvidado ese respeto divino que solíamos tener por la naturaleza.
Entonces, ya no es solo la forma en la que la naturaleza se comunicaba, sino también nuestra habilidad para escucharla. Porque es más fácil amar las cosas materiales, inmortales y al mismo tiempo muertas, que recordar nuestra relación con la vida frágil y finita que nos rodea.
Sobre la autora
Es magíster en Humanidades Ecológicas, Sustentabilidad y Transición Ecosocial. Fundó un club ecológico cuando tenía siete años, desde entonces su vida ha estado marcada por el interés en el cuidado del planeta y actualmente se dedica a explorar ideas en torno a los animales, el feminismo, y cualquier otra cosa que sienta que le ayuda a entender mejor su relación con la Tierra y con todos los seres que la habitan.
Cortesía de Chilango
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