El gran apagón que este lunes sacudió España también se dejó sentir en los centros de investigación españoles, unos lugares donde la electricidad no solo es esencial para seguir trabajando sino que, además, también es necesaria para salvaguardar experimentos en curso o preservar muestras biológicas de alto valor. Según ha podido confirmar este diario, en estos momentos todos los grandes centros de investigación del país trabajan para reanudar la actividad tras lo ocurrido ayer y, aunque aún no se reportan daños significativos, se siguen rastreando eventuales daños y pérdidas derivadas de la falta de electricidad. Los primeros balances apuntan a que la mayoría de los trabajos científicos se han salvado gracias a la aplicación de protocolos de emergencias.
La mayoría de grandes centros de investigación españoles cuentan con generadores autónomos y protocolos de emergencia sobre cómo actuar ante este tipo de escenarios. Según explican varias instituciones biomédicas, durante el apagón de este lunes se apagaron todos los sistemas eléctricos no esenciales, como los que alimentan los ordenadores o la luz de las oficinas, para priorizar el mantenimiento de “equipos esenciales” como, por ejemplo, los congeladores donde se almacenan muestras refrigeradas o las instalaciones en las que viven los animales de laboratorio, que requieren de un sistema de ventilación y climatización muy específicos. “La pérdida de la cadena de frío, aunque sea durante unos instantes, podría echar a perder años de investigación. En este apagón podríamos haberlo perdido todo“, afirma un investigador que ayer vivió en primera persona el apagón en un laboratorio puntero.
“La pérdida de la cadena de frío, aunque sea durante unos instantes, podría haber echado a perder años de investigación”
Pero por suerte, pese al susto inicial, por el momento no se reportan daños significativos en las instalaciones científicas españolas. Desde el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), por ejemplo, se explica que durante la jornada de ayer se activaron todos los generadores eléctricos disponibles, que funcionan con combustible diesel y que, en caso de necesidad, tienen una autonomía total de más de 2 días. También se realizaron las gestiones correspondientes para que, en caso de necesidad, se dispusiera de más combustible para mantener la infraestructura en marcha durante un periodo más largo. Fuentes de la entidad afirman que los protocolos funcionaron correctamente y que por el momento no se reportan daños o pérdidas en el centro.
En algunos centros de investigación se aplicaron protocolos de emergencia para mantener en marcha infraestructuras críticas, mientras que otros optaron por “guardar la información” y apagarse
El Barcelona Supercomputing Centre (BSC-CNS) también tuvo que activar el sistema de alimentación ininterrumpida (SAI) pero, en este caso, no para mantener la actividad sino para realizar un guardado de emergencia de los datos generados por los proyectos en marcha en ese momento. Según explican desde el centro, gracias a este protocolo no se han reportado daños en ninguno de las iniciativas en marcha durante el apagón. Aun así, por motivos de seguridad, el conjunto de la infraestructura del superordenador se apagó durante toda la jornada del lunes y parte de la del martes, “hasta que la red eléctrica vuelva a ser sólida y estable”, para proteger así los proyectos de investigación.
Evaluación de daños
Pero no todos los centros tuvieron la misma suerte. Tal y como ha podido saber EL PERIÓDICO, hay al menos una institución científica catalana dedicada a la investigación biomédica donde fallaron los generadores auxiliares y que en estos momentos, tras una jornada de electricidad, aún se está trabajando para volver a activar los equipos y evaluar posibles daños derivados de la pérdida generalizada de energía. También se reportan varios casos de centros de investigación que han permanecido sin electricidad durante casi una jornada entera y otros muchos que han pedido a sus trabajadores no desplazarse hasta sus instalaciones para evitar así problemas de movilidad.
Hay al menos una institución científica catalana que reporta fallos en su generador, aunque por el momento se han trascendido eventuales daños
Los trabajos ya se han reanudado con normalidad y sin incidencias reseñables en centros como el Institut de Recerca Sant Joan de Déu (IRSJD), el Institut d’Oncologia del Vall d’Hebron (VHIO), el Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y el Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC). También se reporta una situación óptima desde el Centre de Regulació Genòmica (CRG), donde fuentes de la institución reafirman que “los protocolos de emergencia han funcionado correctamente y que, gracias a ellos, se han salvado años de investigación”.
Tanto la conselleria de Recerca y Universitats de la Generalitat como el Ministerio de Ciencia e Innovación afirman que están contactando con todos los centros de investigación del estado para asegurarse de que tanto las instalaciones científicas como los trabajos en sí han sobrevivido al apagón. Y por ahora, por suerte, todo apunta a que sí.
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Cortesía de El Periodico
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