Una camioneta cubierta de paneles solares circuló por cuatro meses Europa, como parte de un experimento, que parece demasiado bueno para ser cierto. Diseñado por investigadores alemanes, promete extender su autonomía hasta en un 30% sin necesidad de conectarse a la red eléctrica. La clave está en una carrocería recubierta con celdas solares, un enfoque que retoma una idea vieja, pero ahora con un nuevo nivel de precisión científica. El ensayo se llevó a cabo entre abril y julio de 2021 en condiciones ideales, pero aún así, no ha convencido del todo a quienes siguen de cerca el futuro de la movilidad eléctrica.
El proyecto fue impulsado por el Gauss Centre for Supercomputing y el Ministerio de Asuntos Económicos y Energía de Alemania. Durante el estudio, la camioneta con paneles solares salió todos los días rumbo al Instituto de Investigación de Energía Solar de Hamelin. Ahí permanecía estacionada la mayor parte del día, recibiendo luz directa hasta que, al final de la jornada, regresaba a casa tras unos 45 minutos de manejo. De los 1,750 kilómetros que recorrió en total durante ese tiempo, se calcula que 530 fueron gracias a la energía recolectada por los paneles. Los investigadores aseguran que el sistema logró aprovechar más del 60% de esa energía solar de forma directa.
En números, el experimento con paneles solares suena prometedor. Pero hay detalles que levantan cejas. La prueba se realizó en primavera y verano, cuando los días son más largos y soleados. El vehículo permanecía inmóvil durante horas en un lugar específico, orientado de forma favorable para captar la mayor cantidad posible de luz. Y aunque los investigadores intentaron excluir otros factores como la frenada regenerativa, no queda del todo claro cuánto de ese 30% de autonomía extra podría mantenerse en condiciones reales de uso.
Las dudas crecen al pensar en un entorno urbano, donde las sombras de edificios, árboles y otros vehículos reducen de forma significativa la eficacia de los paneles solares. Además, cuando un vehículo se encuentra en movimiento, las placas están menos tiempo expuestas a la luz directa, lo que limita aún más su rendimiento. La realidad de un vehículo comercial, que recorre largas distancias sin detenerse por horas, no coincide con el protocolo de esta prueba.
Proyecto impulsado por el Gauss Centre for Supercomputing, el Ministerio de Asuntos Económicos y Energía de Alemania.
Tampoco hay datos sobre el precio del sistema ni sobre el impacto que tendría en el peso del vehículo o en la temperatura del habitáculo. Elementos que podrían afectar no solo el confort, sino también la eficiencia general del sistema. Hasta ahora, los paneles solares en autos han sido una solución con más promesas que resultados. El Lightyear 0, por ejemplo, ofrecía hasta 70 kilómetros diarios de autonomía solar, pero su producción terminó abruptamente, quedando solo sus paneles como tecnología aprovechable.
Mercedes también ha experimentado con este tipo de sistemas. Su prototipo Vision EQXX logró recuperar apenas 43 kilómetros en más de 1,200 recorridos, aunque la marca insiste en que la tecnología todavía tiene margen de mejora. Incluso exploran una pintura con propiedades solares que, en teoría, podría sumar hasta 12,000 kilómetros al año en países como Alemania. Pero por ahora, son más teorías que realidades.

Módulos y baterías del sistema eléctrico solar.
La camioneta alemana representa un avance en el debate sobre cómo mejorar la autonomía sin depender de baterías más grandes o cargas más rápidas. Sin embargo, aún es una pieza de laboratorio más que una opción práctica para el día a día. Mientras no existan pruebas en condiciones reales y con cifras más claras, el escepticismo seguirá rodando por delante de la innovación.
Cortesía de Xataka
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