El líder ultraderechista, ultranacionalista y euroescéptico George Simion, de 38 años, se ha impuesto este domingo con rotundidad en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Rumania: obtiene el 40% de los votos, según los datos oficiales con el 98% escrutado. Esos comicios eran la repetición de los celebrados y anulados en noviembre por la supuesta injerencia rusa, en los que también venció un candidato populista y extremista: Calin Georgescu, ahora valedor de Simion. Los dos aspirantes más votados hoy deberán medirse aún en una segunda vuelta el 18 de mayo, de la que sí saldrá ya el nuevo presidente del país.
Con el 98,4% escrutado, Simion obtiene el 40,32% de las papeletas. El segundo puesto, clave porque quien lo ocupe será quien dispute la presidencia al líder ultra en segunda vuelta, ha estado reñidísimo hasta el último momento. A punto de cerrarse el recuento, gana esa plaza el independiente Nicușor Dan, alcalde de Bucarest (20,75%), aunque casi empatado con el candidato de la coalición gubernamental proeuropea, Crin Antonescu (20,51%). Y ya más rezagados, el ex primer ministro socialdemócrata Victor Ponta (13,46%) y Elena Lasconi, quien fue segunda en noviembre y ahora cae al último puesto con el 2,67%. Dan dio por seguro su pase a la siguiente ronda con un mensaje en Facebook: “He entrado en la segunda vuelta. ¡Muchas gracias!”, escribió.
La participación a las 21.00, hora de cierre de las urnas, alcanzaba el 53,2% del censo, ligeramente superior a la registrada en noviembre (52,5%). Pero se había disparado la de los rumanos que votan desde el exterior: 973.000 habían depositado su papeleta a esa hora, casi un 27% más que en noviembre, según datos de la Oficina Electoral Central.
En aquellos comicios de hace cinco meses venció de forma inopinada Calin Georgescu, un candidato independiente, ultranacionalista, que fue aupado por sus vídeos virales en la red social TikTok sin que fuese detectado por los servicios secretos. Ante las sospechas de que su victoria respondiera a una operación impulsada por Rusia, el Tribunal Constitucional anuló esa primera vuelta y ordenó su repetición. Prohibió, además, a Georgescu volver a presentarse, por lo que él apadrinó al aspirante de otro partido ultra, George Simion, de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR).
La clase política rumana considera que estas son las elecciones más cruciales de la era poscomunista, en un país que forma parte de la UE y de la OTAN y que podría inclinarse hacia el populismo extremista y antieuropeísta que avanza en el continente. De la votación de hoy no saldrá aún el futuro presidente —los dos más votados tendrán que medirse en segunda vuelta—, pero una victoria clara de Simion supondría una nueva conmoción para el tablero europeo.
“Nos acercamos a un resultado excepcional, mucho más allá de lo que muestran las televisiones del sistema, que supo provocar divisiones, salpicar con veneno y retorcer todo lo que dijimos”, ha dicho Simion en un vídeo difundido por sus redes sociales tras conocerse los primeros sondeos. “Propagaron mentiras. Ustedes son los ganadores. Hoy el pueblo rumano habló. Es hora de ser escuchados, a pesar de los obstáculos, a pesar de las manipulaciones”, añadió.
Simion sugirió, además, que si llega al cargo de presidente seguirá las directrices de Georgescu: “Ciertamente permaneceré dedicado a aquel que debería, por derecho, ocupar la silla de presidente, el hombre en quien millones de ustedes han puesto sus esperanzas. Digo aquí, delante de todos: mantendré mi palabra. Porque Rumania necesita su sabiduría y visión. Y porque no quiero el poder para mí. Estoy aquí para el regreso al orden constitucional”.
Nicușor Dan adelantó, tras conocer los primeros sondeos a pie de urna que ya daban una clara victoria a Simion, que si él no pasaba a segunda vuelta apoyaría al candidato proeuropeo que lo hiciese: “Habrá una disputa entre un candidato prooccidental y un candidato antioccidental y creo que esto es lo único de lo que tendrá que tratar la campaña: mantener el camino occidental de Rumania, es decir, pertenecer a la Unión Europea que significa prosperidad, pertenecer a la OTAN que significa seguridad. En la hipótesis de que yo no pase a la segunda ronda, sin condiciones apoyaré al candidato prooccidental”, recalcó.
Una de las llaves de acceso a la segunda vuelta, según los pronósticos, dependerá del sentido del voto de los rumanos que residen en el extranjero; y entre estos sí parece haberse producido un considerable aumento en la participación: 973.000 habían votado antes de las 21.00, frente a 767.000 en noviembre; es decir, un 26,8% más. El dato es, sin embargo, difícil de dimensionar en este momento porque Rumania no cuenta con un censo más o menos estable de votantes en el extranjero, y por tanto es complicado saber en qué medida ese aumento de la participación responde a una decisión de los votantes o a un aumento en el propio censo de emigrados. Entre los países en los que los rumanos más se están movilizando figuran España (con más de 600.000 empadronados de esa nacionalidad), Italia, Reino Unido, Alemania y Moldavia.

“La Rumania postcomunista nunca ha vivido unas elecciones tan controvertidas y tensas porque fueron anuladas en la primera vuelta y mucha gente se ha sentido decepcionada, furiosa”, decía Vlad tras votar en un centro de la capital. “He votado porque nunca ha contado tanto el voto para el futuro del país, ya sea proeuropeo o antiUE, y realmente cuentan: puede cambiar el camino del país”, proseguía, sin desvelar su papeleta, este especialista de marketing de 40 años. Y apuntaba: “Mucha gente ha optado por el voto útil: no elige al candidato proeuropeo que más le gusta a uno sino al que cree que va a ir a la segunda vuelta con Simion”.
“Necesitamos un presidente tranquilo y competente porque el país está inmerso en una situación económica difícil”, afirmaba Ana, una economista de 46 años que mencionaba un déficit del 9,3% y decía temer una subida de impuestos. “Estamos en una crisis económica que ha sido aplazada por las elecciones, pero saldrá a relucir porque hay grandes problemas”, sostenía, tras subrayar que “el líder ultraderechista no ha debatido con nadie, al contrario que los candidatos prooccidentales, que se han sacado los ojos”. “Ha sido frustrante ver a políticos proeuropeos que tienen muchos puntos en común atacarse de manera virulenta. Tendría que haberse presentado sólo uno; prácticamente el voto proeuropeo se ha partido en tres”, lamentaba.

Los principales contendientes se acercaron a los colegios electorales a primera hora de la mañana. Simion apareció acompañado por Georgescu, el vencedor de los comicios de noviembre. “Estamos aquí con una sola misión: la vuelta al orden constitucional, a la democracia. No tenemos ningún otro objetivo que no sea que el pueblo rumano esté en primer lugar (…). Estamos aquí con un solo deseo: hacer justicia por Rumania”, declaró Simion tras depositar la papeleta. “No estoy aquí para reconocer un fraude”, aseveró Georgescu en referencia a las elecciones. “Un fraude diseñado por aquellos que han adoptado la astucia como la única política estatal. Pero estoy aquí para reconocer el poder de la democracia, el poder del voto que asusta al sistema, que aterroriza al sistema”, remarcó. Ambos votaron.
Antonescu, el aspirante de la coalición gubernamental, señaló: “Este es un día muy importante. Me alegro de que tengamos una presencia masiva [de votantes]. Es algo extraordinariamente importante para legitimar las elecciones, para la fuerza moral. He votado por una Rumania unida, fuerte y digna”. Nicușor Dan, de profesión matemático y también activista, afirmó que había votado por “muchas personas calladas, honestas y trabajadoras que nadie ha representado hasta hoy”. “Voté por la esperanza, por un nuevo comienzo. Rumania está viviendo un momento difícil y no podemos esperar que los que la llevaron al hoyo la saquen”, dijo.
La anulación de la primera vuelta de las presidenciales de noviembre por el Tribunal Constitucional, una decisión que se produjo solo dos días antes de la segunda vuelta y que provocó las críticas airadas de Rusia y del Gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, propició que el presidente rumano, Klaus Iohannis, dimitiera a principios de febrero. En su lugar fue elegido de forma interina el liberal Ilie Bolojan. El proceso está bajo la lupa de la Unión Europea.
TikTok, que estuvo en el ojo del huracán en noviembre porque en esa red cobró popularidad de forma fulgurante el candidato ultranacionalista, aseguró que había eliminado dos redes secretas que intentaban influir en el discurso político en las elecciones de Rumania. Esas redes estaban compuestas por 87 cuentas con más de 33.000 seguidores.
Durante la jornada de este domingo se produjo el hackeo de las páginas web de los ministerios de Interior, Justicia y Exteriores, reivindicado por el grupo de piratas informáticos rusos NoName057. También fue pirateada la web del candidato Antonescu, que escribió en su perfil de redes sociales: “Fuerzas oscuras del extremismo tratan por los métodos más viles de detenernos. ¡No lo permitamos! ¡Vamos a votar!”. La Dirección Nacional de Ciberseguridad (DNSC) rumana reconoció que el hackeo de páginas oficiales se había producido pero aseguró que estas volvieron a funcionar con normalidad poco después.
Cortesía de El País
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