Danza de palomas: las aves que salvaron miles de vidas

Comparten espacios con nosotros desde hace siglos. Aunque las palomas formen parte del ambiente habitual de calles y plazas urbanas, quizás nos cueste imaginarlas en otros emplazamientos en los que tuvieron gran importancia: los campos de batalla. Pese a su apariencia frágil y más bien anecdótica en el mundo moderno, estas aves desempeñaron un papel crucial en las guerras del siglo XX, sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial. A menudo subestimadas, las palomas mensajeras fueron capaces de volar a través del fuego enemigo, las tormentas y las emboscadas aéreas, transportando en sus patas mensajes que salvaron regimientos enteros, barcos al borde del naufragio y poblaciones civiles aisladas. Exploramos cómo estas aves —entrenadas por expertos, protegidas por comandos especiales y hasta condecoradas con medallas militares— se convirtieron en heroínas aladas de una de las etapas más oscuras de la historia humana.

La paloma mensajera: un soldado invisible

Aunque ya en la antigüedad las palomas se utilizaron como mensajeras, fue en el siglo XX cuando su papel adquirió dimensiones estratégicas sin precedentes. Los militares reconocieron en estas aves una ventaja que ningún sistema mecánico podía igualar en condiciones adversas: la capacidad de orientarse en medio del caos y regresar al palomar desde distancias de hasta mil kilómetros.

Durante la Segunda Guerra Mundial, ambos bandos entrenaron decenas de miles de palomas. A través de la Royal Air Force (RAF), el Reino Unido movilizó unas 250.000 aves entre 1939 y 1945 para usarlas en operaciones aéreas, marítimas y terrestres.

Las palomas podían alcanzar una velocidad de 80 km/h y, en condiciones óptimas, realizar vuelos de más de doce horas. Se las prefería para misiones de comunicación en situaciones donde la radio no podía utilizarse o. La fiabilidad de estas aves superó incluso las expectativas de los estrategas. En promedio, más del 95% de los mensajes llegaron a su destino, un margen de éxito que ni siquiera los sistemas electrónicos de la época podían asegurar.

Palomas y soldados en la Segunda Guerra Mundial
Recreació fantasiosa del uso de palomas durante la Segunda Guerra Mundial. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Entrenamiento y logística militar

Cada paloma se entrenaba rigurosamente gracias al personal especializado, que incluía desde criadores civiles hasta comandos militares. El Servicio de Palomas de Guerra del Reino Unido (National Pigeon Service) contaba con más de 200 criadores registrados, quienes seleccionaban las aves que mostraban una mejor capacidad de orientación y resistencia.

Los entrenamientos implicaban habituarlas a regresar al palomar desde ubicaciones lejanas y desconocidas. El método se basaba en aprovechar su notable sentido de la orientación, aún no del todo comprendido por la ciencia, pero atribuido a una combinación de percepción magnética, visual y olfativa.

Para protegerlas, las palomas se transportaban en jaulas especialmente diseñadas. En muchos casos, se las lanzaba desde aviones o paracaídas junto a los comandos en territorio enemigo. En algunos frentes, incluso se desplegaron “palomares móviles” montados en camiones, trenes o barcos para asegurar su operatividad constante.

Palomas volando
Recreación ficticia de palomas en vuelo. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Historias de vuelo y heroísmo

Cher Ami y el Batallón perdido

Entre las miles de aves movilizadas durante la Segunda Guerra Mundial, varias se destacaron por sus acciones extraordinarias. La más célebre fue Cher Ami, una paloma del ejército estadounidense que, en 1918, logró entregar un mensaje crucial pese a estar gravemente herida. Con ello, logró salvar a casi 200 soldados del llamado Batallón perdido. Por esta hazaña, fue condecorada con la Croix de Guerre del gobierno francés.

Winkie y el rescate en el mar

En la Segunda Guerra Mundial, la paloma Winkie contribuyó a rescatar una tripulación británica cuya aeronave cayó en el Mar del Norte. Winkie, liberada desde la cabina antes del impacto, logró volar más de 200 kilómetros hasta su palomar. Esto posibilitó que las fuerzas de rescate localizaran a los aviadores antes de que pudiesen morir de hipotermia.

White Vision, la salvadora de pilotos

Otro caso notable lo protagonizó White Vision. Esta ave salvó a tripulantes de un avión caído en 1943 y fue galardonada con la Dickin Medal, el equivalente animal de la Cruz Victoria. En total, 32 palomas recibieron esta distinción durante la guerra.

Palomas blancas volando
Recreación ficticia de palomas. Fuente: Midjourney/Erica Couto

Espionaje, sabotaje y resistencia

Además de su papel como mensajeras, las palomas también se usaron en operaciones de espionaje y sabotaje. La Resistencia en la Europa ocupada por los nazis las empleó para enviar información a Londres, en especial en zonas donde la vigilancia hacía imposible cualquier otra forma de comunicación. Estas misiones resultaban arriesgadas en extremo: el simple hallazgo de una paloma podía implicar la ejecución inmediata del portador.

Conscientes de ello, los nazis tomaron medidas drásticas. Hitler prohibió la posesión de palomas entre los civiles y ordenó abatir aquellas que volaran fuera de control. Asimismo, desarrollaron halcones entrenados para interceptarlas en vuelo, una especie de “fuerza aérea antipaloma” cuyo objetivo era neutralizar esta red de comunicación clandestina que escapaba a su control.

De la guerra al olvido

Tras la Segunda Guerra Mundial, el avance de la tecnología hizo que el uso militar de las palomas quedara obsoleto. El radar, la radio y las telecomunicaciones satelitales relegaron su uso a un puñado de prácticas ceremoniales o deportivas.

Aun así, su contribución no se olvidó del todo. En Londres, el Imperial War Museum y otras instituciones conservan restos embalsamados de palomas condecoradas, junto a las medallas que recibieron. Existen también monumentos conmemorativos en Reino Unido, Francia y Estados Unidos dedicados a los animales de guerra, entre ellos las palomas, los caballos, los perros y hasta las mulas.

Lejos de ser simples habitantes de plazas y monumentos, las palomas mensajeras protagonizaron algunas de las misiones más peligrosas y decisivas del siglo XX. Su instinto, disciplina y resistencia convirtieron a estas aves en piezas clave de la maquinaria militar aliada, capaces de salvar miles de vidas.

Referencias

  • Sánchez, David, 2024. Animales de combate. Madrid: Pinolia.
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Cortesía de Muy Interesante



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