¿Qué fue el Dryas reciente y cuál fue el impacto de este episodio glacial en la historia de la humanidad?

El Dryas reciente, también conocido como Joven Dryas, constituye uno de los eventos climáticos abruptos más importantes y mejor documentados del final del último periodo glacial. Este fenómeno climático marcó un repentino retorno a las condiciones frías en gran parte del hemisferio norte, hace entre 12.900 y 11.700 años, e interrumpió el proceso de calentamiento que caracterizaba el inicio del Holoceno. Su impacto fue global: afectó a los ecosistemas, los glaciares e, indirectamente, también a las sociedades humanas emergentes, cuyas dinámicas culturales y de subsistencia estaban ligadas de forma directa a las condiciones ambientales.

¿Qué es el Dryas reciente?

El término Dryas reciente proviene del hallazgo de polen de Dryas octopetala, una planta alpina resistente al frío, en registros sedimentarios del norte de Europa. Estos registros indicaban un retorno a las condiciones frías tras un breve interludio cálido conocido como periodo Ållerød. Los datos se confirmaron a posteriori gracias al desarrollo de la datación por radiocarbono.

Según la cronología más actual, basada en años calibrados, el Dryas Reciente tuvo lugar entre hace 12.900 y 11.700 años. Ocurrió cuando la insolación boreal alcanzaba su máximo y el nivel del mar se encontraba a medio camino de su ascenso posglacial de entre 120 y 130 metros, lo que sugiere una alteración importante en los procesos de desglaciación.

Dryas octopetala
Dryas octopetala, la flor que dio nombre a este periodo. Fuente: Opioła jerzy/Wikimedia

Cambios climáticos globales durante el Dryas reciente

En el hemisferio norte

Los núcleos de hielo de Groenlandia registran una abrupta disminución de la temperatura de hasta 9 °C al inicio del Dryas reciente, con un incremento posterior de 11 °C al término del evento. La señal isotópica de oxígeno y nitrógeno sugiere que las temperaturas sobre la superficie de la capa de hielo fueron unos 15 °C más frías que las actuales, aunque las regiones periféricas pudieron experimentar un enfriamiento más moderado de entre 6 y 7 °C.

En Europa, los registros palinológicos y lacustres indican una caída de las temperaturas de entre 2 y 6 °C que se acompañó, en muchos casos, de una mayor aridez. El avance de los glaciares alpinos y escandinavos confirma la magnitud del enfriamiento en la región. Asimismo, el Atlántico norte mostró un claro descenso de la temperatura superficial del mar, con valores que oscilaron entre 1 y 10 °C dependiendo de la latitud.

En América del Norte se registró una situación similar. La región central y oriental se volvió más fría y seca, mientras que en el sureste de Estados Unidos se experimentaron condiciones más cálidas y húmedas, quizás por la redistribución del calor atlántico debido al colapso de la circulación oceánica.

Paisaje árido
Algunas áreas del planeta se volvieron más áridas durante el Dryas reciente. Recreación fantasiosa. Fuente: Midjourney/Erica Couto

En África y Asia

En el norte de África y el Medio Oriente, el Dryas reciente provocó un aumento en la aridez del Sahara, evidenciado por un incremento en la cantidad de polvo transportado hacia el océano. Esta sequía se debió al desplazamiento hacia el sur de la zona de convergencia intertropical (ZCIT), forzada por el enfriamiento del Atlántico Norte.

En cuanto al continente asiático, aunque los registros resultan más fragmentarios, los datos disponibles apuntan a una debilitación del monzón de verano indio y chino, con un fortalecimiento relativo del monzón invernal. La disminución en la intensidad de los monzones tuvo consecuencias significativas sobre los patrones de precipitación den Asia.

En las regiones tropicales y el hemisferio sur

A diferencia del hemisferio norte, el hemisferio sur y varias zonas tropicales experimentaron un ligero calentamiento durante el Dryas reciente, lo que pone de manifiesto un fenómeno conocido como bipolar seesaw o balancín bipolar. Este patrón antagónico entre hemisferios se relaciona con la redistribución global del calor causada por el debilitamiento de la circulación meridional atlántica (AMOC).

Las temperaturas superficiales en el mar en el Atlántico tropical aumentaron ligeramente en algunas zonas y descendieron en otras: reflejan, pues, una respuesta heterogénea al forzamiento climático. En los Andes centrales, aunque se registra un aumento del nivel de los lagos por mayor precipitación, el retroceso de los glaciares andinos apunta a un clima más cálido en ciertas altitudes.

Temperaturas en el Dryas reciente
Cambios de temperatura durante el Dryas reciente. Fuente: United States Geological Survey/Wikimedia

Causas del Dryas reciente

La hipótesis más aceptada sobre el origen del Dryas reciente implica una repentina entrada de agua dulce en el Atlántico norte, que debilitó la circulación oceánica profunda (AMOC). Este flujo provino del derretimiento de la capa de hielo laurentina, cuyos drenajes se habrían redirigido desde el río Misisipi hacia el San Lorenzo al norte, alterando así la salinidad del Atlántico.

Aunque otros investigadores han propuesto rutas de drenaje alternativas o incluso la posibilidad de un impacto cometario, la mayoría de los modelos climáticos y los registros geológicos apoyan la hipótesis de la redistribución continental de aguas de deshielo como el principal desencadenante. En concreto, se estima que el aumento en el flujo de agua dulce fue de, aproximadamente, 0,12 sverdrups, suficiente para interrumpir la formación de aguas profundas en el Atlántico norte.

Paisaje nevado
Recreación fantasiosa de un paisaje helado. Fuente: Midjourney/Erica Couto

El impacto en las sociedades humanas

Aunque el Dryas Reciente precede a la aparición de la escritura y las primeras civilizaciones complejas, su impacto sobre las sociedades humanas de cazadores-recolectores del Paleolítico final y del Epipaleolítico fue considerable. Los cambios drásticos en los ecosistemas, la disponibilidad de recursos hídricos y la migración de fauna debieron alterar de manera profunda los patrones de asentamiento y subsistencia humana.

En el Cercano Oriente, por ejemplo, el Dryas reciente coincide con una transformación crítica en el desarrollo del Neolítico. Se ha planteado que la aridez provocada por este evento climático forzó a las poblaciones natufienses a abandonar la incipiente agricultura y, en consecuencia, a regresar a formas más móviles de vida hasta que el clima se volvió más favorable tras el fin del evento.

Asimismo, algunas teorías sugieren que la presión ambiental del Dryas reciente pudo actuar como catalizador para el surgimiento de formas más complejas de organización social. Estas formas complejas incluirían la construcción de estructuras como Göbekli Tepe en la actual Turquía, cuyos inicios datan del final de este evento climático.

El último gran evento glacial

El Dryas reciente fue un episodio climático abrupto y de alcance global que interrumpió el calentamiento posglacial y tuvo profundas repercusiones tanto en los ecosistemas como en las primeras sociedades humanas. Causado por una alteración en la circulación oceánica, consecuencia del aporte de agua dulce procedente de la capa de hielo laurentina, su influencia se dejó sentir de manera diferenciada en diversas regiones del planeta.

Referencias

  • Carlson, Anders E. 2010. “What caused the Younger Dryas cold event?”. Geology, 38.4: 383-384. DOI: https://doi.org/10.1130/focus042010.1
  • Carlson, Anders E. 2013. “The Younger Dryas Climate Event”, en Cary Mock y Scott Elias (eds.), Encyclopedia of Quaternary science, pp. 126-134. Newnes.

Cortesía de Muy Interesante



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