Los creadores de los lobos gigantes de Juego de Tronos afirman que están cerca de “devolver a la vida” a los tigres de Tasmania

Tras la creación de los primeros ratones con pelo de mamut, los “lobos gigantes” de Juego de Tronos y los lobos rojos fantasma, el equipo de científicos de Colossal Bioscience anuncian que están más cerca de “devolver a la vida” al tigre de Tasmania. Según afirma la empresa, por primera vez en la historia se ha logrado secuenciar todo el código genético de esta especie extinta en 1936 y, además, también se ha conseguido crear células madre que podrían, eventualmente, utilizarse para crear embriones de estos animales. Por el momento no se reporta el nacimiento de ningún tigre de Tasmania pero, tal y como afirman los investigadores en un comunicado, ya se está trabajando en ello para lograrlo lo antes posible.

El trabajo está siendo liderado por la empresa Colossal Bioscience, tras la cual se encuentran figuras como el genetista George Church de Harvard y el multmillonario Ben Lamm, en colaboración con científicos de la universidad australiana de Melbourne. Según explica el investigador principal de este proyecto, Andrew Pask, en esta iniciativa ya se han logrado al menos dos grandes hitos científicos. “Por un lado, hemos podido secuenciar todo el genoma de tigre de Tasmania, incluyendo todos los bits de código de un extremo al otro. Por otro lado, también hemos podido crear las primeras células madre realmente clave para realizar todo este proceso de ingeniería genética que necesitamos para recrear estos animales”, relata el científico.

El siguiente paso, explican los científicos, es alterar el código genético del dunnart, considerado el pariente vivo más cercano al tigre de Tasmania, para lograr así “recuperar la especie”. Este enfoque, ya puesto en práctica en los trabajos con lobos gigantes, ha sido muy criticado por la comunidad científica ya que los animales creados no son más que “híbridos” entre especies existentes con algún que otro gen de animales del pasado. Aunque, al menos por el momento, aún no se ha logrado “resucitar” por completo un animal extinto.

Reintroducción de la especie

Según explican desde Colossal Bioscience, más allá de los trabajos de ingeniería genética para “resucitar” esta emblemática especie australiana, también se está trabajando con un comité asesor para entender dónde y cómo se podría reintroducir esta especie. “Estamos pensando dónde colocaremos estos animales y cómo monitorearemos sus movimientos y su impacto en el ecosistema“, afirma Pask. Esta cuestión también ha suscitado gran debate en la comunidad científica, sobre todo porque, tal y como defienden los ecólogos, la introducción de especies del pasado podría alterar los maltrechos ecosistemas actuales. Además, tampoco está claro si estos animales podrían adaptarse en unos entornos que han cambiado tanto respecto al siglo pasado. 

Y es que los tigres de Tasmania (también conocidos como tilacino, Thylacinus cynocephalus) son un emblema de las extinciones causadas por nuestra especie en la historia reciente. Estos marsupiales carnívoros de pelaje rayado desaparecieron un siglo atrás debido, entre otros, a la caza, la pérdida de hábitats naturales y la aparición de enfermedades. El último tigre de Tasmania conocido murió en cautiverio en 1936 en el zoológico de Hobart, en Tasmania. La especie fue declarada oficialmente extinta en 1982, aunque posteriormente se reportaron algunos avistamientos no verificados. 

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Cortesía de El Periodico



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