A medida que crece, el cuerpo humano pasa por una serie de cambios, la mayoría de estos sutiles, como la presencia de un olor corporal característico en ciertas etapas de la vida (por ejemplo, el aroma dulce de los bebés). Aunque el olor corporal de cada individuo depende de factores diversos como la alimentación, los hábitos de higiene o el entorno, hay algunos aromas que tienen que ver con la química del organismo.
Puede que en algún momento hayas notado un olor particular en tus abuelos, uno que se mezcla con su perfume o el aroma de su ropa. Este proviene de una molécula llamada 2-nonenal, responsable del llamado “olor a viejo“, o como suele conocerse en Japón, kareishu. Fueron precisamente científicos japoneses quienes descubrieron esta molécula en 2001.
¿Qué es la molécula 2-nonenal y cómo actúa?
Un experimento realizado en 2012 por el equipo de Susanna Mitro, de la Universidad de San Francisco, permitió conocer a profundidad la molécula 2-nonenal. Este contó con 44 participantes divididos en tres grupos: 20-30 años, 45-55 años y 75 a 90 años. A todos se les entregó una camisa especial con almohadillas en las axilas que absorbían el olor corporal. Las personas debían dormir con ellas durante cinco días consecutivos.
Al final de ese periodo, los científicos colocaron las almohadillas en frascos y pidieron a los participantes que los olieran y adivinaran tanto la edad como el sexo de la persona a la que correspondía cada uno. De acuerdo con el estudio, fue más difícil detectar diferencias en el olor de individuos jóvenes que identificar el aroma de personas mayores.
Los investigadores señalaron que esto se debe a que la molécula 2-nonenal se genera en la piel a medida que aumentan los ácidos grasos de la barrera lipídica. La producción de esta sustancia se dispara a partir de los 30 años, aunque se detecta solo en personas mayores de 40 años. Un científico citado por La Nación explicó que la molécula es un derivado de la ruptura del omega-7 y emana un olor similar al de las hierbas o la grasa.
Un olor difícil de eliminar
José María Antón, investigador de biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en España, explicó a El País que “el 2-nonenal [puro] huele realmente mal. Tanto que cuando abrimos una cápsula con esa molécula en el laboratorio, todo apesta“. Añadió que, como los lípidos no son solubles en el agua, el mal olor relacionado con estos es muy difícil de eliminar. Actualmente, varios laboratorios investigan la forma de neutralizar el olor de 2-nonenal.
Pamela Dalton, del Centro de Sentidos Químicos Monell, añade que “a medida que envejecemos, nuestra capacidad olfativa disminuye“. Esta pérdida del sentido del olfato es más notable a partir de los 70 años, debido a la falta de fibras olfativas y la muerte de neuronas encargadas de procesar las fragancias. Es por eso que muchas personas mayores son inmunes al olor de 2-nonenal.
Cortesía de Xataka
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