Cannes 2025: Jennifer Lawrence, entre la depresión postparto y las escenas de sexo salvaje

El cine a veces copia a la realidad, pero muchas otras veces es la realidad la que se impone al filmar una película. Algo o mucho de eso sucedió en el rodaje de Die My Love, el filme que compite aquí en Cannes y con el que Jennifer Lawrence vuelve a los primeros planos después de alguna comedia banal.

La ganadora de un Oscar interpreta a una mujer que se encuentra en medio de la depresión posparto. Madre de dos hijos (acaba de dar a luz a su segundo), la estrella estadounidense contó en una conferencia de prensa en la que muchos periodistas se quedaron afuera, que se basó en su propia experiencia para encarnar a Grace.

“No hay nada como el posparto. Te sentís tan sola, lo cual es sumamente muy interesante… La ansiedad y la depresión extremas te aíslan del mundo. Te sentís como una extraña, como una alienígena”, describió.

Lo cierto es que la actriz de El lado luminoso de la vida y la saga de Los juegos del hambre se mostró verdaderamente conmovida al hablar.

“Tener hijos lo cambia todo. Cambia toda tu vida. Es brutal, pero también increíble, añadió, vinculando la intensidad de su actuación con su experiencia como madre. “Así que no solo tomo en cuenta cada decisión sobre si trabajo, dónde trabajo y cuándo, sino que la maternidad me ha enseñado… Bueno, no sabía que podía sentir tanto, y mi trabajo tiene mucho que ver con las emociones. Es casi como sentir una ampolla o algo así, tan sensible. (Mis hijos) han cambiado mi vida para bien y me han transformado creativamente. Recomiendo encarecidamente tener hijos si querés ser actriz”, dijo ya más distendida y con una sonrisa.

Jennifer estaba embarazada de cinco meses de su segundo hijo durante el rodaje. “Como madre, fue muy difícil distinguir entre lo que yo hacía y lo que ella (por su personaje) hacía. Fue desgarrador”. También es cierto que Grace tiene problemas mentales, e ingresa en un plano psicótico.

A su lado estaba sentado Robert Pattinson, que se convirtió en padre en noviembre pasado, y en el filme de Lynne Ramsey es la pareja de Grace, con quien se muda a una casa en medio de la nada, antes de quedar embarazados. Y con el nacimiento del niño, no sabe cómo ayudar a su mujer.

“Solo espera que la relación vuelva a ser como antes, sin entender por qué les pasa esto, por qué este intruso (que sería el bebé) se metió en su relación. Imagino que es un miedo que todos experimentan en cuanto tienen un hijo”, intentó analizar el actor, que es el último Batman.

En otro momento la pregunta para Jennifer estuvo orientada a cuál fue el día más difícil en el rodaje, y resultó ser una de las muchas escenas de sexo de la película.

“Un día antes comenzar a filmar Lynne (la directora) nos mostró a Rob y a mí una escena de la película If (la película de Lindsay Anderson), donde los personajes se atacan como tigres. Y nos dijo: ‘¿Lo harán desnudos, sí?’. Y nosotros dijimos: ‘Ah, OK’. Y ése fue el primer día en el set”.

Toda una estrella, Jennifer Lawrence había llegado a la gala en el Grand Thèâtre Lumière el sábado a la noche con un vestido blanco, sin tirantes de la casa Dior, inspirado en un archivo de la casa de alta costura de 1949. La enagua de tafetán de seda en cascada del vestido, con una cinta en la cintura, revelaba sutilmente sus zapatos negros de punta abierta. Parecía toda una novia con su vestido blanco, realzada por un elegante moño y un maquillaje natural realzado por un labial rojo.

Pero a la salida de la Sala se la vio con un vestido igualmente largo, pero negro. Las cosas que pueden hacer las estrellas y que no se les es permitido al común de los mortales…

Cortesía de Clarín



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