No. No estaba su nombre en ninguno de los cartelitos que estaban sobre la mesa, ordenadamente, en la sala de conferencias. Las conferencias de prensa del Festival Internacional de Cine de Cannes están programadas para que el director, las cabezas de elenco y algún productor se siente al estrado para hablar de la película por la que están invitados.
Pocas veces suele haber sorpresas, y esta tarde, en la reunión con la prensa acreditada, la hubo.
Como no hay espacio para la improvisación, la conferencia de El esquema fenicio, de Wes Anderson (estrena en la Argentina el 5 de junio) fue la excepción. La que trajo un soplo de aire fresco al encuentro tan estructurado.
Bill Murray es uno de los intérpretes predilectos del director de Los excéntricos Tenenbaums. Pero en El esquema fenicio tiene apenas una breve aparición, que de todas formas le permitió ingresar al Grand Théâtre Lumière en la noche del domingo acompañando a Anderson y al elenco principal del filme, descendiendo de un ómnibus en el que llegaron todos, en vez de utilizar los coches negros del Festival.
No había lugar para él en el estrado. No estaba el cartelito con su nombre en la mesa larga, así que cuando el actor de Hechizo del tiempo y Los cazafantasmas entró junto al resto (Benicio del Toro, Benedict Cumberbatch, Michael Cera, Mia Threapleton, Riz Ahmed, Rupert Friend y Richard Aoyade), Bill -de bermudas y zapatillas- se sentó entre el público, en la primera fila, junto a Roman Coppola, hijo del director de El Padrino, que trabajó como guionista en la película que compite por la Palma de Oro.
Cuando se lo reconoció, casi todo el mundo le brindó un estruendoso aplauso. Murray entonces se puso de pie para aplaudir, él, al equipo del filme, antes de invitar a los periodistas presentes a hacer lo mismo. Luego, le diría a Wes Anderson “público difícil”, en referencia al auditorio. Y se quedó a escuchar toda la conferencia de prensa.
Hasta que Wes Anderson fue invitado a hablar sobre la relación familiar que suele desarrollar en los rodajes y posteriores reuniones por las premières y estrenos en todo el mundo, en particular con The Phoenician Scheme. El director texano aclaró que tenía una hija, al igual que su colaborador Roman Coppola, y dijo: “De hecho, hoy está celebrando su cumpleaños número 14”.
Eso fue todo lo que necesitó Bill Murray para ponerse de pie, hacer que la adolescente (la nieta de Francis Ford Coppola) hiciera lo mismo e invitar a la prensa a aplaudirla, antes de que toda la sala comenzara a cantar el “Feliz cumpleaños”.
Terminada la conferencia de prensa, Murray permitió que le sacaran fotografías y firmó autógrafos a todo aquel que pudo acercársele.
No estaban Scarlett Johansson, Tom Hanks ni Bryan Cranston, y Anderson, luego de preguntarse “¿Pueden retener las películas en la aduana?”, por el anuncio del presidente Donald Trump de cobrar un arancel del 100% a las películas no estadounidenses, recordó el origen de su nuevo filme.
Y Del Toro se mostró feliz de volver a trabajar con Anderson, porque con el director siente que puede “canalizar al niño que llevo adentro y hacerlo explotar, y eso es algo único para un actor”. Y a la pregunta de cómo le gustaría morir -su personaje sufre varios intentos de asesinato-, respondió sonriendo “¿Me preguntás eso porque estoy de negro? No quisiera que fuera un accidente”, remató.
Cortesía de Clarín
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