La disputa entre el gobierno de Donald Trump y la Universidad de Harvard se profundizó esta semana con la insistencia del mandatario en vetar la matriculación de estudiantes extranjeros —una medida temporalmente suspendida por disposición de una jueza— y con la orden de cancelar contratos federales con la universidad por 100 millones de dólares. El estudiantado internacional vive con incertidumbre y temor ante la posibilidad de que sus estudios en la institución se vean truncados por las medidas del republicano que los obligaría a cambiar de universidad o exponerse a la deportación.
Al compás de esta situación, miles de alumnos de Harvard con togas carmesí y birretes negros celebraron esta semana su graduación. El presidente de Harvard, Alan Garber, recibió una gran ovación cuando en su alocución mencionó a los estudiantes internacionales que asistían a la graduación con sus familias, diciendo que era “como debería ser”, aunque no mencionó directamente el conflicto con Trump.
Lorena Mejía Rodríguez, estudiante colombiana recientemente graduada de la Harvard Kennedy School, explicó a Página/12 que la sensación de los estudiantes extranjeros ha sido muy variada en estos últimos días: felicidad porque muchos se graduaban, pero al mismo tiempo preocupación por sentir persecución. “Hace uno o dos meses, tuvimos personas de la policía migratoria alrededor del campus, personas que además usaban gorra, gafas de sol, mascarilla y era muy intimidante”, indicó.
“Hay estudiantes que en este momento están en sus pasantías de verano y se encuentran la mayoría fuera del país, ellos deberían estar regresando en agosto y todo esto ha generado mucha incertidumbre de si van a poder volver al país”, subrayó sobre algunos de los alumnos extranjeros afectados por las medidas de Trump, entre los que también están los estudiantes que acaban de ser admitidos a la universidad y que no saben si podrán efectivamente comenzar a estudiar allí.
Para Mejía Rodríguez, Harvard representa “la meca del conocimiento” y una meta de vida para muchos estudiantes latinoamericanos, por su prestigio académico y su peso simbólico en la región. En ese marco, destaca que la universidad la hizo sentir acompañada y respaldada, especialmente por el fuerte mensaje de inclusión expresado en los discursos de graduación. “Nosotros en los discursos de la graduación nos sentimos muy respaldados. Todos hicieron hincapié en que la institución va a continuar la lucha por la libre expresión, la libertad de pensamiento y la libertad en la investigación”, expresó.
“Dehumanizante”
Abdullah Shahid Sial, estudiante paquistaní de matemáticas aplicadas y economía en Harvard, de 20 años, dijo a la agencia de noticias AFP que considera que la política de Trump contra las universidades estadounidenses es deshumanizante. “Es realmente desafortunado que este sea el caso de jóvenes de 18, 19 y 20 años que llegan aquí sin familia y, en la mayoría de los casos, no han estado antes en Estados Unidos, y tienen que lidiar con cosas que incluso asustarían a los abogados”, remarcó, sin saber si podrá regresar el próximo año.
Una estudiante española de política y estadística, que declinó dar su nombre por miedo a las represalias, mencionó a AFP que seguirá adelante con sus planes de estudiar en la Universidad de Columbia. “Da miedo, porque toda nuestra actividad en las redes sociales podría ser monitoreada, por ejemplo si nos gustan los mensajes propalestinos o anti-Trump. Eso podría hacer que nos denieguen el visado”, indicó.
La Universidad de Harvard cuenta con 6.793 estudiantes internacionales procedentes de más de 100 países, lo que representa el 27,2 por ciento de su matrícula total para el período académico 2024-2025. Esto significa un aumento de 0,4 puntos porcentuales respecto del 26,8 por ciento registrado por la institución en 2023-2024. El propio Trump dijo que la cifra debería limitarse al 15 por ciento.
China lidera en cantidad de estudiantes extranjeros (1.390), seguida por Canadá (751), India (578), Reino Unido y Corea del Sur (ambos con 268). En sexto lugar a nivel global –y primero en América Latina– se encuentra Brasil, con 160 estudiantes. En la región le siguen México (134), Colombia (78), Perú (50), y Argentina y Chile (ambos con 46).
Las políticas de visados
Según informó el viernes The Washington Post, los solicitantes de visa que viajen a la Universidad de Harvard serán sometidos a un control más estricto por parte del Departamento de Estado. El diario citó un comunicado del secretario de Estado, Marco Rubio, quien instruyó a embajadas y consulados de Estados Unidos a realizar verificaciones adicionales de antecedentes, incluyendo el análisis exhaustivo de cuentas en redes sociales. Estas medidas no se limitarán únicamente a estudiantes, sino que también alcanzarán a profesores, empleados, contratistas, oradores invitados y turistas.
Rubio escribió que las evaluaciones son necesarias para cumplir con dos órdenes ejecutivas de Trump: una sobre terroristas extranjeros y otra para combatir el antisemitismo. La Administración ha congelado millones de dólares en subvenciones y contratos con Harvard y ha presentado sus acciones contra la institución como una lucha por los derechos civiles, ya que la ha acusado de tener un sesgo progresista, de seguir aplicando consideraciones raciales en sus políticas de admisión y de tolerar comportamientos antisemitas en el campus.
Las acusaciones de antisemitismo hacen referencia sobre todo a las protestas propalestinas que tuvieron lugar el año pasado en la Universidad de Columbia (Nueva York) y que se extendieron a otras facultades estadounidenses y del resto del mundo. “Queremos tener excelentes estudiantes aquí. Simplemente no queremos estudiantes que causen problemas”, dijo Trump el viernes en una rueda de prensa en la Casa Blanca, en el marco de la despedida oficial de Elon Musk en el rol que ha desempeñado hasta ahora al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE).
Dentro de este contexto de medidas contra Harvard y otras instituciones académicas que tienen una fuerte afluencia de estudiantes extranjeros, Rubio dijo en otro comunicado —titulado “Las nuevas políticas de visados ponen a EE.UU. primero, no a China”— que el Departamento que dirige y el de Seguridad Nacional colaborarán para revocar los visados de estudiantes chinos. “Esto incluye a aquellos con vínculos con el Partido Comunista Chino o que estudian en áreas cruciales”, precisó. “También revisaremos los criterios de visado para mejorar el escrutinio de todas las futuras solicitudes de visado de la República Popular China y Hong Kong”, agregó.
Las autoridades de Japón y Hong Kong instaron a las instituciones de educación superior locales a brindar apoyo a los estudiantes de la Universidad de Harvard afectados por las medidas que busca implementar Trump, de modo que puedan continuar con sus estudios. Del mismo modo, el ministro de Cultura alemán, Wolfram Weimer, dijo en una entrevista con el medio Bloomberg que su país estaría dispuesto a establecer un “campus de exiliados”. “A los estudiantes de Harvard y otras universidades estadounidenses les digo: son más que bienvenidos en Alemania”, afirmó.
Disputa legal
El jueves, la jueza Allison Burroughs, del estado de Massachusetts —donde se encuentra la Universidad de Harvard—, anunció la prórroga de la suspensión cautelar al veto contra los estudiantes extranjeros, que había concedido una semana antes tras la impugnación presentada por la institución ante los tribunales. El objetivo, explicó Burroughs, es brindar cierta protección al alumnado internacional mientras la universidad y el gobierno se preparan para presentar sus argumentos.
La decisión de la jueza se conoció pocas horas después de que el gobierno estadounidense emitiera un aviso formal con la intención de impedir que Harvard inscriba y reciba a estudiantes extranjeros, dando inicio así al proceso legal de inhabilitación. Las autoridades otorgaron a la universidad un plazo de 30 días para presentar pruebas que justifiquen por qué no debería impedírsele albergar e inscribir a personas nacidas en otros países.
Cortesía de Página 12
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